Reseña de cómic
Superman y Los 4 Fantásticos
De Dan Jurgens y Art Thibert
Guion: Dan Jurgens
Dibujo: Dan Jurgens (bocetos) Art Thibert (acabado)
Edición Original: DC Comic
Edición española: Forum
Número de páginas: 64
Si bien es cierto que hoy en día han perdido parte de su popularidad, los cruces entre las editoriales Marvel y Dc siempre han sido cómics muy esperados por una gran parte del fandom. Alguno de ellos como; Superman vs Spiderman, Batman vs. El Increible Hulk o X-men y Los Nuevos Titanes, fueron grandes éxitos de ventas.
En cualquier caso, las negociaciones para editar estos números eran tan complicadas, que se llegó al acuerdo de que ambas editoriales no solo en la parte económica sino en la editorial. Cualquiera de las dos editoriales tenia poder ejecutivo sobre el proyecto, dado que no se podía (o debía) decepcionar a ninguna de las aficiones.
Hoy queremos hablar de uno en concreto, Superman y Los 4 Fantásticos (1999) obra de Dan Jurgens y Art Thibert.
Lo primero que hemos de mencionar es el tamaño de la publicación (39x26cm) que nos recuerda a otros como el de Superman y Spiderman o Superman vs Muhammad Ali.
Lo segundo es la premisa de la que (aparentemente) parte. Dan Jurgens plantea una genialidad en su simplicidad, ¿y si Galactus hubiera devorado Krypton?
EL PODER CÓSMICO
Superman encuentra un cristal kryptoniano, en el que Jor-El le dice que Krypton fue destruido por un ser de otro universo, por nada menos que Galactus el Devorador de Mundos. Por ese motivo, el Hombre de Acero atravesara el velo que separa los universos Marvel y DC, presentándose nada menos que en el Muelle 4 (cuartel general de los 4 Fantásticos en aquel momento) pero junto a él también llegara al universo Marvel Henshaw, también conocido como Ciborg Supremo.
Tras enfrentarse junto a los 4 Fantásticos al Devorador de Mundos, Superman es imbuido del poder cósmico. ¿Cuál será el limite de un Superman si suma el poder cósmico a sus ya casi ilimitados poderes? Jamás tuvo Galactus un heraldo con tan inmenso poder.
Por otra parte, Henshaw (Ciborg Supremo) cuyo origen es muy similar al de la primera familia, tiene la intención era el de hacerse él mismo con el poder cósmico, se convierte en un aliado de conveniencia de los 4 Fantásticos en la búsqueda de Superman (y de Reed).
¡AZOTE!
Como es de esperar el férreo código ético al que Superman se somete lucha contra la orden de su amo de encontrarle mundos para alimentarse, al principio no será difícil encontrar mundos deshabitados, pero es evidente que tarde o temprano tendrá que llevar al Devorador hasta un mundo habitado. ¿Qué ocurrirá en ese momento en la mente del Hombre de Acero? La respuesta es evidente para cualquier aficionado y al igual que Estela Plateada, se rebelará contra Galactus al entender como inmoral la muerte de millones de seres para alimentar a 1 solo.
En una escena que nos recuerda intencionadamente al combate de Galactus y Estela Plateada en la llamada Trilogía de Galactus, Superman es despojado del poder cósmico, pero logra sobrevivir a esto, y junto a los 4 Fantásticos y Henshaw se enfrenta a su antiguo amo.
No diremos en esta reseña el resultado del combate, ni el giro de guion al que Jurgens hábilmente somete a la historia. Pero si podemos decir que, pese a una buena premisa inicial y una buena resolución final, este es un cómic tal vez excesivamente simple en su narración.
Sobre el apartado gráfico que corre a cargo del propio Dan Jurgens (con acabados de Art Thibert) diremos que es sobradamente cumplidor, y que en todo momento al arte de Jurgens esta a la altura de la historia que nos quiere contar.
En definitiva, nos encontramos ante un entretenido cruce editorial que se disfruta de principio a fin y que disfrutaran por igual los marvelzombis o los más acérrimos aficionados a DC.