Reseña de Cómic
ESTELA PLATEADA: ¡ESCAPE AL TERROR!
de Stan Lee y John Byrne
Editorial americana: Marvel Comics
Contenido: Silver Surfer: Escape to Terror!
Argumento: Stan Lee
Guion: John Byrne
Dibujo: John Byrne
Tinta: Tom Palmer
No vamos a descubrir nada al aficionado si decimos que pese a no tener nada que ver con su creación, Estela Plateada era uno de los personajes más queridos por Stan Lee.
Tras abandonar oficialmente las labores de guionista, Stan “el hombre” Lee volvió en contadas ocasiones a retomar las labores que le encumbraron y en la gran mayoría fue para retomar al personaje que le era más querido, nos estamos refiriendo, como no, al Surfista Plateado.
Tanto Marvel como el propio Stan eran plenamente conscientes de que su vuelta a los guiones era un gran evento para el cómic. Motivo este por el cual decidieron que a cargo de los lápices estarían auténticos primeros espadas del mundo del cómic.
Para ello se eligieron a Jack Kirby para The Ultimate Cosmic Experience! (1978), a Moebius para su Estela Plateada: Parábola (1988) y a John Byrne en 1982 para Escape al Terror. Realmente, la labor de Lee en Escape al Terror fue la de argumentista, siendo John Byrne el guionista y dibujante.
En 1982, el status de Estela Plateada seguía siendo el mismo que el de su creación en la maravillosa Trilogía de Galactus (Fantastic Four 48 a 50). Nos estamos referimos al confinamiento en la Tierra de Estela Plateada.
Por lo tanto, y dentro de su afán por ofrécenos un cómic que representase un hito, pues en los 80 los números especiales aún representaban algo, Lee/Byrne nos plantean una historia en la que el surfista logra abandonar la Tierra, con la ayuda de los 4 Fantásticos, viajando hasta Zenn-La, su planeta natal.
Al llegar ve al otrora majestuoso mundo convertido en un erial y a sus orgullosos habitantes en una sombra de lo que fueron. Tras la traición de Norrin, Galactus regreso a Zenn-La para devorar su energía vital. Estela había salvado un mundo, pero a costa de condenar al suyo propio. Ahora su nombre era sinónimo de sufrimiento y dolor para todos los supervivientes.
Pero las desgracias de Norrin no se limitan a ser consciente que su sacrificio al convertirse en heraldo de Galactus no ha servido para salvar a su mundo, sino que van más allá. Su amor, la hermosa Shalla Bal está en poder de Mephisto.
Estela Plateada ha de volver a la Tierra (volviendo a quedar confinado en ella) para enfrentarse al Príncipe de las Mentiras y salvar el alma de su amada Shalla Ball.
La premisa de la que parten Lee/Byrne es más propia de los años 70 que de la década de los 80, pero es cierto que es absolutamente fiel a la deriva que el personaje había tenido hasta ese momento.
Quisiera también hacer particular mención al apartado gráfico. En 1982 el arte de John Byrne estaba en el cenit de su carrera y los marcados trazos de su entintador, Tom Palmer, desdibujan en demasía los elegantes lápices de Byrne.
Este hecho, lejos de ser algo a lamentar, confiere al cómic un “aire Buscema” que nos hace retrotraernos a la colección regular de Big John y Stan Lee. Lo que lo que se pierde en belleza, se gana en nostalgia. Siendo el resultado final una obra notable.