Reseña de cómic:
Los 4 Fantásticos: Viaje a la Zona Negativa
de John Byrne
Contenido: Fantastic Four #251 a #256
Guion: John Byrne
Dibujo: John Byrne
La gran mayoría de aficionados al género reconoce que la “Trilogia de Galactus” (números 48 a 50 de Los 4 Fantásticos) como el cenit creativo del tándem Lee/Kirby, pero si hemos de ser sinceros eso es simplificar demasiado. Sería más justo decir que es entre 1966 y 1967 cuando el equipo que conformaban Lee y Kirby estaba a pleno rendimiento. El abrumador torrente creativo no podía parar y pasamos de la creación de Estela Plateada y Galactus a la de un nuevo e inexplorado universo, nos referimos a la Zona Negativa.
En el número 51 de Los 4 Fantásticos, se nos plantea por primera vez la existencia de un universo paralelo al nuestro. Reed en su búsqueda de conocimientos crea el “Cubo Radical”, que no es otra cosa que una enorme máquina que abre una entrada dimensional al sub-espacio. La Zona Negativa estaba preparada para ser explorada y en ella nos encontramos con terribles villanos como Annihilus, Blastaar o Stygorr.
VIAJE A LA ZONA NEGATIVA
John Byrne llegó a Los 4 Fantásticos con la intención de demostrar al mundo que era un autor completo y no un “simple” dibujante.
A modo de declaración de intenciones tituló su primer número regular (FF #232) como “Retorno a los orígenes”. Lo que pretendía era más que evidente, volver a la esencia del grupo con el que había crecido y esa no es otra que la familia y la exploración.
Es en ese contexto cuando entre los números 251 y 256 aborda un ambicioso arco argumental, nos referimos a “Viaje a la Zona Negativa”.
Desde el profundo conocimiento que Byrne tenía del cuarteto, se dio cuenta que pese a las repetidas apariciones que la Zona Negativa había tenido en la colección, esta apenas se había mostrado. Los diferentes autores que la habían abordado se limitaron siempre a los mismos enemigos.
La Zona Negativa que nos plantea Byrne es la de un vasto universo infinitamente complejo, con una inmensa variedad de razas y civilizaciones. Si hasta ahora los encuentros del cuarteto se habían limitado casi en su totalidad a los Anthrosian (Annihilus) o los Baluurians (Blastaar) era porque apenas se habían adentrado en la profundidad de ese universo limitándose a explorar tan solo la pequeña franja que limita con el nuestro.
Byrne puso en boca de Reed Richards su visión de la Zona Negativa cuando este dice:
“¡Un universo tan vasto como el nuestro, con planetas, soles, formas de vida y civilizaciones que desafían nuestra imaginación!”
Un Byrne ansioso por dejar su impronta desde el primer momento, realizó trasformaciones desde la primera viñeta, cambiando la forma en la que habían viajado hasta ese momento a la Zona Negativa. Para ello, introdujo un pozo interdimensional (en el propio edificio Baxter) y una nave de exploración denominada Mark I, abandonado el “portal” clásico al que nos tenían acostumbrados.
A lo largo de este arco argumental, el de mayor duración que el autor había realizado para Los 4 Fantásticos hasta ese momento, Byrne nos demuestra su gusto por la ciencia ficción, abordando conceptos que en aquel momento no eran habituales en los cómics, pero sí en libros del género.
En uno de los números nos muestra la ciudad de Ootan, cuya extensión es la de más de la mitad de un planeta y nos plantea cómo la ignorancia, junto a los prejuicios adquiridos, pueden distorsionar nuestros juicios.
En otro de los números nos presentara los kestorianos, una raza que lleva 100.000 años vagando por el espacio en su propia versión del Arca de Noe. Esta es una historia de cifi puro que bien podría ser un episodio de la serie Twilight Zone, y en la que Byrne aborda el concepto de la evolución.
En el brillante episodio “Las mentes de la Mantracora” nos enseña un mundo aún en el medievo, mezclando en las dosis perfectas el cifi con el terror, pero la saga no se limita a esto. A modo de trama secundaria, a lo largo de los 6 números vemos como Annihilus ha activado un nulicampo alrededor de Baxter con el fin de terminar con nuestro universo.
LAS CONSECUENCIAS
A menudo cuando pensamos en Los 4 Fantásticos nos viene a la mente la imagen de un grupo inamovible, en el que nada cambia jamás, pero esto no es cierto.
Como ya hemos comentado, el primer cambio que Byrne realiza en este arco argumental nos lo muestra ya en la primera viñeta, nos referimos al cambio en la forma de viajar a la Zona Negativa, pasando del portal clásico al pozo interdimensional y al Mark I. Otro de los cambios, que a ojos de un lector actual puede ser menor, pero que para nada lo fue en su momento, es el cambio de uniforme, el cuarteto pasó del azul a una versión en “negativo” del mismo. La tercera de las consecuencias para la Primera Familia fue que Sue se quedó embarazada durante su estancia en la Zona Negativa, y este hecho repercutiría de forma trascendental en el desarrollo del embarazo.
En definitiva, este ambicioso arco argumental confirma a Byrne como un autor completo, muy superior como un todo a lo que es capaz de mostrar tan solo como dibujante. Su dibujo, siempre brillante, marida a la perfección con sus magistrales historias, mucho más maduras que aquellas a las que los guionistas de la época nos tenían acostumbrados.