Reseña de cómic
SIEMPRE VENGADORES
Busiek & Pacheco
Hace no demasiado calificamos a la etapa en los Vengadores de Busiek/Perez (ver aquí reseña) como una de las mejores de la historia del grupo, pero Busiek no se limitó a la colección habitual de Los Poderosos Vengadores. Entre los años 1998 y 2000 se embarcó —junto al siempre genial Carlos Pacheco— en un ambicioso proyecto que ha marcado un hito en la dilatada historia del grupo: nos referimos a Siempre Vengadores.
En la historia que nos plantea el guionista, un Rick Jones al borde de la muerte sobrevive gracias a la intervención de Los Vengadores y de la Inteligencia Suprema Kree, pero el inmenso potencial del joven Rick Jones hace intervenir a Inmortus al temer por sus planes y, como toda acción tiene su reacción, Kang El Conquistador se enfrenta a él, convirtiéndose en un aliado temporal de los Vengadores.
No vamos a entrar a explicar la compleja historia de Kang, tan solo indicaremos que tanto Inmortus como Kang (o el propio Faraón Ranma-Tut) son en realidad el mismo, pero de diferentes épocas (ver aquí artículo sobre Kang). En Siempre Vengadores ambas encarnaciones se encuentran sumidas en una guerra abierta por el control total de la realidad.
De forma brillante, Busiek nos presenta una alineación de Los Vengadores traídos a nuestro presente (desde diferentes épocas) por Rick Jones. Así veremos a un Capitán América angustiado por los eventos de Imperio Secreto (recordemos que tras aquella saga dejó temporalmente de ejercer de Capitan), un Chaqueta Amarilla que ya acusa su trastorno mental, un Ojo de Halcón de la época de la Guerra Kree-Skrull, un Genis Vell y un Pájaro Cantor del futuro; mientras que el Hombre Gigante y la Avispa son contemporáneas a los hechos narrados. Esta formación, marcada por las lógicas disfunciones temporales que marcan su procedencia, es la que tendrá que enfrentarse a Inmortus en la denominada Guerra del Destino.
Busiek construye hábilmente una historia plagada de referencias a la historia de Marvel, que para nada son forzadas, haciendo que dichas referencias fluyan de forma natural. Enriqueciendo, de esa forma, la lectura para los aficionados habituales, pero sin entorpecer la lectura para los recién llegados.
El único «pero» que se le podría poner a esta saga, es que Busiek enriquece la historia a través de largos textos de apoyo que, si bien no entorpece su lectura al aficionado habitual, pueden alejar de la misma a un lector esporádico que se acerque de forma casual a esta obra.
Punto y a parte es el apartado gráfico. Carlos Pacheco nos brinda una de sus mejores obras, y eso es mucho decir si hablamos del magistral artista gaditano. Hay que recordar que, en el momento que Pacheco se embarca en la realización de este proyecto, era uno de los autores «hot» y que en lugar de lanzarse a dibujar una de las colecciones estrellas de la Marvel del momento, apostó por encargarse de los lápices de unos Vengadores que vivían horas muy bajas.
Los lápices de Pacheco son ágiles, recreándose en escenas de multitudes, que para nada desmerecen de las de George Perez o en las splash pages (tan de moda en aquel momento) y que permiten que el autor brille sobre manera. En todo momento notamos como el artista disfruta de la obra y eso como no puede ser de otra manera, se trasmite al lector.
En definitiva, podemos calificar a Siempre Vengadores como una de las obras de obligada lectura para todos los aficionados al grupo.
Lectura nostálgica, en la que se busca una narración épica de una batalla clásica de Los Vengadores. Cientos de referencias a todo el material de Vengadores que Busiek es capaz de gestionar y darle un sentido global y cerrado. Pacheco y Merino a su nivel (para mi gusto siempre queda como un poco «abocetado» y no finalizado del todo), que es un nivel muy alto si hablamos de dibujos de super héroes. En mi opinión, muy recomendable para fans de Vengadores y poco recomendables si vas a introducirte en el mundillo.