Reseña de Cómic
Ragnarok 3. La Destrucción de Helheim
Walter Simonson
Oscar Ríos
Contenido: Ragnarok: The breaking of Helheim #1-6
Editorial española: Panini Cómics
Guion y dibujo: Walter Simonson
Cartoné. Color. 160 páginas.
ISBN: 978-84-18589-07-2
20 €
El cómic norteamericano de los 80 nos dejó lo que por aquel entonces se comenzó a conocer como “autores completos”. Posiblemente, sus máximos exponentes fueron John Byrne (los 4 Fantásticos) Frank Miller (Daredevil) y Walter Simonson con su Thor. De los 3, posiblemente el menos afamado sería precisamente este último. ¿Quién sabe si por eso de que “una luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo”, el brillo actual de Byrne (Danger Unlimited) o de Miller (Superman año 1) esta muy alejado del que fue? Sin embargo, en lo que a Simonson se refiere, eso es otro cantar.
Este es un Simonson septuagenario que ha decidido no realizar un “trabajo alimenticio” sino remontarse a los terrenos en los que se siente cómodo y mostrar al publico el cómic que al propio Walter le gustaría leer.
En este tercer tomo de Ragnarok (La destrucción de Helheim), Simonson continúa mostrando al aficionado de todo lo que es capaz cuando se le permite abordar sin cortapisas los mitos escandinavos que a él le son tan cercanos.
El Ragnarok (Destino de los Dioses) ha sucedido hace incontables años. De entre los dioses, tan solo Thor ha sobrevivido. Pero ahora es un draugar, una especie de muerto viviente. En este tercer tomo veremos como, tras la desaparición de Hel, los draugar continúan escapando de Helheim para sembrar el caos por las Tierras Crepusculares.
Simonson nos narra de una forma brillante el particular descenso a los infiernos del Dios del Trueno, desarrollándolo de una forma mucho más compacta que cuando lo abordó en la serie Thor.
El guion es sólido y se sustentan en los enciclopédicos conocimientos de los mitos nórdicos que tiene el autor y, pese lo ampuloso de alguno de los diálogos, la historia se nos muestra ágil. Siendo, precisamente esos diálogos de tono arcaico, los que le confieren una apariencia medieval que confiere a la historia una sorprendente verosimilitud.
Por otra parte, no podemos en ningún caso pasar por alto el maravilloso trabajo que realiza Walter Simonson a los lápices. Conocedor de sus puntos fuertes, el dibujante nos regala una obra plagada con sus asombrosas onomatopeyas, pasmosas explosiones de energía que irradian fuerza y, cómo no, espectaculares ilustraciones a toda página.
En resumidas cuentas. Casi 4 décadas después de su Thor, Simonson nos brinda un cómic que esta a la altura de sus mejores trabajos. Completamente disfrutable, no sólo para los aficionados a los mitos nórdicos, sino para todos los que disfrutan de un cómic bien realizado.