SUPERMAN AÑO UNO – Libro Uno
Editorial: ECC Cómics
Precio de portada: 12´95€
Páginas: 64
ECC acaba de publicar el primero tomo (de tres) de Superman Año Uno, historia encuadrada dentro del sello “DC Black Label”.
Primero hemos de hablar de la edición en si misma que ECC nos trae a nuestras tiendas:
Un tomo de 64 páginas sin ningún tipo de extras, en formato cartoné y con unas dimensiones algo extrañas para lo que estamos acostumbrados (216 x 276 mm).

Cuando un aficionado a los comics escucha “año uno”, inmediatamente lo asocia a Batman y a Frank Miller. Este no es el momento de hablar de una de las más icónicas obras de Batman, pero no es casualidad ni el titulo ni el autor de este comic. “Superman año uno” de Frank Miller.
Es evidente la fuerza que tiene ese título y es más evidente que DC lo ha usado como reclamo. Es en esta línea en la que debemos ver la elección de Romita Jr. como dibujante ya que antes habían colaborado en obras tan famosas como “Daredevil: El hombre sin miedo” o “Batman Caballero Oscuro III: La raza superior”.
No hace demasiado tiempo ECC ha editado “Hombre y Superman”. Lo que bien podría ser la versión de Marv Wolfman de un “año uno” de Superman. Ahora de la mano de Miller y Romita Jr. vemos una versión diferente.
Si bien la versión de Wolfman se centraba en la llegada de Clark a Metropolis, la de Miller comienza con la destrucción de Krypton.
Los aficionados a Superman ha leído incontables veces el final de krypton, pero Miller nos muestra los últimos instantes del planeta de una forma diferente. A través de los ojos de un bebe que está a punto de dejar a tras a sus padres y su mundo.

Tras la llegada a Smallville y su adopción por los Kent, podemos ver los intentos de Clark por ser un niño normal. Intentando conciliar el sueño, ya que es lo que se supone que haría un niño, mientras trata de evadir su mente de todas las cosas que percibe debido a su superoido.

Posteriormente, Miller nos enseña sus años de instituto, en los que se van desarrollando sus poderes y como mientras esto ocurre, Clark va moldeando su personalidad, en lucha constante entre lo que es justo y lo que puede hacer.
“contrólate hijo, contrólate. Los huesos se les parten como ramitas” o “los humanos se rompen con facilidad” son cosas que el joven Clark oye en su mente mientras tiene una pelea en los pasillos de su instituto.
También, nos muestra Miller su círculo de amistades, un grupo de “frikis” al margen de la vida social del instituto, o como Clark descubre el amor de la mano de Lana Lang.

El momento que Miller ha elegido para finalizar este primer tomo es precisamente cuando Clark finaliza el instituto y decide alistarse en La Marina para ver el mundo, al fin y al cabo, es un adolescente lleno de dudas de cuál es su lugar y lo que pretende es a modo de viaje iniciático alcanzar la comprensión de cuál es su lugar en el mundo.
El guion de Miller para este primer número no es nada del otro mundo. Hemos visto en muchas ocasiones historias relativamente familiares, pero lo hace con su particular estilo narrativo que tanta fuerza imprime a sus comics.
Esta historia que en otro guionista no tan brillante nos parecería insulsa y repetitiva, en manos de Miller adquiere una nueva dimensión.
Llegados a este punto. Hemos de hablar de la parte gráfica. Lo primero que vemos al acercarnos a este cómic es la horrenda. No se puede calificar de otra manera. Portada realizada por Romita Jr.
Sin embargo, la composición que hace de las páginas es realmente brillante y sostiene muy bien la ágil narrativa del guion.
Desgraciadamente Romita Jr. esta muy alejado de su cúspide artística y en este cómic dibuja algunas caras y cuerpos como si tuviera ganas de terminar pronto para poder cobrar el cheque e irse de vacaciones.
En definitiva, Romita Jr. nos da constantemente a lo largo de este cómic, una de cal y otra de arena.