Las Mejores Películas de Superhéroes
BATMAN VS SUPERMAN · EL AMANECER DE LA JUSTICIA
Zack Snyder
No hay mayor pérdida de tiempo que hacer o leer una reseña sobre esta película, ya que da igual el posicionamiento que tenga el que la escribe: no importan los argumentos que se aporten para ensalzarla o destruirla. Es una de esas extrañas ocasiones donde las emociones nublan cualquier atisbo de razón, e incluso el que firma esta reseña, tratando de ser lo más objetivo posible, soy víctima de esto. Posiblemente este film tenga la misma cantidad de cosas que se pueden tanto reprochar como reivindicar pero, al final, no hay puntos intermedios: la odiamos o la amamos.
El aspecto más polémico de esta obra es el tratamiento de los personajes, en especial el de Superman y Batman, lo cual es lógico ya que tenemos más de ochenta años de cómics, series, películas, etcétera, que los han abordado. Cada uno de nosotros tiene una idea muy clara de cómo se deben comportar. El problema es que con personajes tan icónicos, que han tenido tantas encarnaciones, difícilmente coincidiremos en cuál es la correcta. Si vemos la trama de este film como una historia donde el protagonismo está compartido entre Batman y Superman, la detestaremos, ya que queda muy descompensada y la oscuridad de Batman termina por opacar la consabida luminosidad de Superman.
En cambio, si la vemos como una película en la que Superman es siempre visto desde los ojos de Bruce Wayne, la cinta resulta ser completamente diferente. Mostrar a Superman de modo amenazante a través de los ojos de un tercero no es nada novedoso: en los cómics tenemos antecedentes como Luthor (1997), de Brian Azzarello y Lee Bermejo, y creo que el director, Zack Snyder, bebe muchísimo de esta obra para generar el mismo efecto dramático. Podríamos pasar horas debatiendo cuál es el enfoque correcto para estos héroes, pero sería un debate estéril, ya que tenemos que juzgar la obra por lo que es y no por lo que pudo o debió haber sido.
El guión de Chris Terrio no está exento de polémica aunque, a mi modo de ver, hace un trabajo solvente en las circunstancias en las que lo escribió. El problema de hacer una película de superhéroes en Warner es siempre el mismo y es algo que se torna evidente en cualquier obra donde salga Superman: hay demasiadas voces opinando. Y esta película es una clara víctima de ello. Un ejemplo de esto es la anticlimática escena donde Wonder Woman ve en su ordenador los videos de la futura Liga de la justicia, debilitando el clímax antes de la pelea entre Batman y Superman, en pro de generar expectativa por las siguientes producciones que, por cierto, jamás llegaron. Pero, aún así, Chris Terrio consigue que su trama se imponga a pesar de la molesta intervención de terceros.
La historia es sencilla: Batman, un justiciero viejo, desengañado y bordeando la paranoia, ve a Superman como un futura amenaza, un ser que, pese a no ser malo en si, terminará por corromperse y debe ser destruido antes de que esto suceda. Batman, a lo largo de la trama, terminará por empatizar con él y a través de Superman renovará su esperanza y volverá a ser un adalid de la justicia. Es un arco típico de un héroe sin fe que la acaba recuperando. El problema es que la gente se empeña en ver una película de dos personajes, cuando Superman solo está en filme como catalizador del arco de Batman.
La labor de Ben Affleck como Batman, Henry Cavill como Superman y Gal Gadot como Wonder Woman es muy sólida. Affleck lo borda como un Batman que está de vuelta de todo, siendo, a mi modo de ver, el mejor intérprete que ha habido en este rol. Cavill, pese a tener el personaje más ingrato, relegado a un secundario en una visión muy lúgubre, sale triunfante como héroe acosado y dubitativo.
Gadot está tan espléndida como heroína que hace que nos olvidemos de lo innecesario que es su personaje para la trama. Si la sacáramos de la historia, la película funcionaría igual. Pese a ello, su escena de acción durante la batalla final contra Doomsday es de los mejores momentos del film.
El único actor que resalta negativamente en esta película es Jesse Eisenberg. Entiendo que querían actualizar al personaje de Lex Luthor y que se pareciera más a un Steve Jobs que al villano de los cómics y, aunque la intención no es necesariamente mala, el resultado sí lo es. No sé si es demérito del actor o del enfoque del director, pero el resultado es un personaje histriónico y muy molesto, lo cual duele especialmente a los que adoramos al Lex Luthor de los cómics y que aún no hemos podido ver ninguna versión cinematográfica decente del personaje.
Me dejo a la persona más controvertida para el final, el director Zack Snyder, para mí un autor con todas las letras. A modo de aclaración diré que para mí, ser un autor ni es bueno ni malo, es una forma de decir que Zack Snyder tiene una serie de inquietudes artísticas y que no es un director de estudio. Al igual que pasaba con el guión de Chris Terrio, Zack Snyder tuvo que lidiar con un montón de presiones externas, más después de la controvertida Man of Steel (2013).
En mi opinión, es un director con muchas carencias, pero también con unas virtudes muy destacables. Entre las primeras, su mayor fallo es que se focaliza demasiado en algunas escenas, potenciando valores visuales y dejando de lado, en ocasiones, la coherencia y la cohesión del conjunto. Pero su virtud más destacable es su poderío visual y la edición sobre la banda sonora, cualidad muy típica de cineastas que vienen de la publicidad o el videoclip. La mayoría de cineastas ruedan, montan y luego ponen la música, en cambio los autores como Snyder montan sobre la música, imprimiendo en sus obras un tono operístico, que en este caso destaca sobremanera, gracias a la poderosa partitura de Hans Zimmer. La escena de la muerte de Superman es un magnífico ejemplo de montaje y banda sonora: está tan bien hecha que hace que nos olvidemos de los defectos del CGI y del desacertado diseño de Doomsday.
Por otra parte, también habría que subrayar el talento del director para rodar secuencias de acción. Al respecto, la escena en la que Batman salva a Martha es la mejor de lucha cuerpo a cuerpo que he visto en el género. Y como último aspecto a destacar, tan elogiado a la vez que criticado, es su capacidad de trasladar viñetas al celuloide. Sus detractores dicen que sólo copia y calca, pero eso es una falacia. En 1998, Gus Van Sant cogió una de las obras más celebres de Alfred Hitchcock, Psicosis (1960), y la reprodujo plano a plano, y terminó siendo una de las peores películas que se recuerdan.
En cambio, Zack Snyder, en un ejercicio de estilo impecable, toma las viñetas de Frank Miller y las reproduce de forma magistral, a la vez que aporta valores únicos del medio cinematográfico, las páginas donde asesinaban a los Wayne en El Regreso del Caballero Oscuro (1986). Con anterioridad, reprodujo de forma tan perfecta la obra íntegra 300 (1998, también de Miller), que creó una tendencia visual que inspiró muchas obras posteriores.
No quiero terminar sin resaltar la escena más conflictiva del film: la resolución del enfrentamiento entre Batman y Superman a través del nombre de Martha. Dicha escena es importante porque resume perfectamente la polarización que experimenta el público: unos la ven como algo ridículo, carne de meme, y otros conectan con ella hasta emocionarse.
Posiblemente, ambas facciones tengan razón para posicionarse de modo tan radical, ya que estamos ante Zack Snyder en estado puro. La escena es emocional, sirve para enlazar el origen de Batman con el momento en que éste se ve reflejado a sí mismo en la indefensión de Superman (es la primera vez en una película donde mostrar la muerte de sus padres nos sirve narrativamente para la evolución de la trama), pero también es cierto que a esa secuencia le falta un poco de contexto. Snyder espera que el espectador rellene los huecos por sí mismo, sin verbalizar la evolución de Batman. En mi opinión lo logra a través del montaje y la interpretación de Affleck, pero también es cierto que depende mucho de la predisposición del espectador. Si conectas, te encanta; si no conectas, te deja a deber.
En conclusión, esta obra tiene muchas cosas objetivamente reivindicables: solventes actores, un arco sólido del protagonista, una puesta en escena impresionante, una banda sonora que se adapta a cada personaje y momento, así como ganas de ofrecernos algo novedoso en un género que se hace con molde.
Por otra parte tenemos lo negativo: abuso de un por momentos deficiente CGI, mala caracterización de algunos personajes, tramas que no cierran (pensadas para secuelas que nunca llegaron) y algunos agujeros de guión debido a las muchas manos que se metieron en las diferentes fases de la producción. Pero, al final, ni es una película horrible ni tampoco una obra maestra. Pero, tal y cómo he dicho al principio, los argumentos no importan para esta cinta, lo que importa es el poso que te deja, y a mí, cada vez que la veo, me encanta.
José María Palomé
Reseña de Cine Batman vs Superman. El Amanecer de la Justicia
Guión Zack Snyder
Protagonistas Henry Cavill, Ben Affleck, Gal Gadot