Reseña de cómic
Los Vengadores vs. La Patrulla X
de Rogern Stern & Marc Silvestri
Oscar Ríos
Editorial original: Marvel Comics
Guion: Rogern Stern
Dibujo:. Marc Silvestri
Sin lugar a duda, la década de los 80 fue la década mutante para Marvel. Claremont había llevado la otrora denostada colección de la Patrulla X a su punto más alto. La popularidad era tal que aparecieron otros títulos para saciar al fandom mutante.
Nuevos Mutantes (1983), Factor X (1986), Excalibur (1988), Lobezno (1988) son las series regulares que aparecieron en los 80 aunque dejaremos la explosión de títulos mutantes de los años 90 para otro artículo.
El caso es que el público seguía demandando más títulos, por lo que Marvel apostó por las series limitadas, de las que son buenos ejemplos “Honor” (1982), su secuela “Kitty Pryde y Lobezno” (1984) o la excepcional “Los 4 Fantásticos vs La Patrulla X” (1987). Es precisamente dentro de este grupo de miniseries en la que se engloba “Los Vengadores vs. La Patrulla X”.
El, por aquel entonces, guionista de Los Vengadores, el siempre cumplidor Rogern Stern, junto al dibujante Marc Silvestri, decidieron aprovechar el tirón de ventas de los mutantes para mostrarnos a lo largo de 4 números el cruce de los 2 principales grupos de la Marvel de los 80.
Pero antes de hablar de la miniserie es preciso contextualizar el momento en el que se creó esta serie. Durante la primera mitad de la presidencia de Ronald Reagan la propaganda anticomunista copaba las taquillas de los cines norteamericanos —y mundiales—: Rambo II (1985) y Rocky IV (1985) son buenos ejemplos de cómo se percibía a la otra superpotencia mundial.
No obstante, con la llegada al poder de Gorbachov en 1985 y la implementación de la llamada Perestroika, la percepción por parte del ciudadano norteamericano de su histórico rival comenzó a cambiar. En el mundo ya no todo no era o blanco o negro. Una gama de grises había aparecido y los cómics no iban a estar ajenos a esto.
La historia que nos plantean los autores comienza cuando los restos del Asteroide M, que recordemos había sido destruido con la llegada de Warlock a la Tierra (Nuevos Mutantes 21), caen en Ohio y en Kampuchea.
Como no puede ser de otra manera, Los Vengadores se encargan de la parte del Asteroide M que caen en el estado de Ohio, quedando a su suerte la parte que cae en Kampuche. Es en ese momento cuando la CIA filtra a la KGB que el asteroide estrellado es la antigua base de Magneto.
El Gobierno de la (todavía) URSS envía a los Supersoldados Soviéticos, que no eran otra cosa que el remedo soviético de los Vengadores, para detener si se pudiera o asesinar si era necesario, a Magneto, debido a que era considerado enemigo de la Unión Soviética por la destrucción del submarino nuclear Leningrado y la ciudad de Varykino.
Este particular grupo estaba formado por Vanguard, Estrella Roja, el Hombre de Titanio y Oso Mayor a los que se les suma el agente de la KGB, y rival de Iron Man, la Dinamo Escarlata.
El por aquel entonces redimido, Magneto se encuentra frente a 2 supergrupos que pretenden detenerlo para llevarlo ante la justicia. Por un lado, los norteamericanos desean llevarlo a una corte internacional de justicia. Por otro lado, los soviéticos que desean llevarlo ante una de su propio país.
Por si fuera poco, la Patrulla X entra en acción para defender a su otrora archienemigo y ahora integrante. Como no podría ser de otra manera, tanto supergrupo junto implica la inevitable batalla entre sus miembros.
Stern dedica la última parte de la miniserie al juicio de Magneto, jugando con las dudas del propio Magnus sobre el camino que ha de tomar. No desvelaremos aquí la resolución del juicio. Tan solo apuntaremos que, si bien en los números anteriores Rogern Stern nos presenta una buena historia con el sabor clásico de los superhéroes, el final (entorno al juicio de Magneto) se nos antoja apresurado, incluso abrupto, dando la sensación que Stern se quedo sin paginas y pretende cerrar en una sola grapa lo que había pensando hacer en 2 o 3.
Digno de mención es el trabajo grafico de Marc Silvestri, con unas páginas de acción vibrantes que impactan al lector. Tal es así que tras esta miniserie se le abrieron las puertas de la colección madre (la Patrulla X) de la que estuvo a cargo hasta 1990 y de la serie regular de Lobezno.
En definitiva, tanto por el solvente trabajo de Roger Stern, como por los lápices de Silvestri, esta es una historia que hará las delicias de los aficionados al genero super-heroico.
Revisa la mini serie, si te fijas el último número no es de Stern, le cambiaron el final, de ahí que pierda fuerza.