Reseña de Cómic
Riesgo Suicida
de Mike Carey y Elena Casagrande

Edición original: BOOM! Studios
Edición española: Aleta

Portada de Riesgo Suicida #1, de BOOM! Studios / Aleta

Debido al covid-19, este año no iré a ninguna parte de vacaciones. Mi chica y yo nos encargaremos en casa al aire acondicionado y a nuestros libros y cómics. Siendo así, he decidido aprovechar estas vacaciones encerrado en mi casa para bajar mi legendaria pila.

Tengo muchos TPBs gringos sin leer de Image, Dark Horse, Aftershock, Oni Press, etc. El otro día empecé por The Damned, de Cullen Bunn y ya he terminado sus 3 volúmenes (aquí la reseña del primer volumen) y este fin de semana, repasando mis baldas, le ha llegado el turno a Riesgo Suicida (Suicide Risk), de la desaparecida Aleta, aunque la mía sea la edición americana.

Portada de Riesgo Suicida, de BOOM! Studios / Aleta

Me pareció una buena idea leerla y reseñarla, puesto que todavía se puede conseguir en algunas librerías o en internet. En algunos casos, saldada o a buen precio.

Cada vez más, nos encontramos con obras que se cuestionan cómo sería vivir entre seres con super poderes. Hipotéticos escenarios que reflexionan sobre el día a día de dichas personas, sus dramas personales y relaciones familiares y la reacción de la otra parte de la población, la que carece de poderes.

Desde la Doom Patrol de DC Comics hasta los X-men, la respuesta de Marvel ante su rival en su día, pasando por The Boys o Astro City, muchos autores y editoriales han intentado acercarse a esas hipotéticas realidades.

Riesgo Suicida, la obra de Mike Carey (Lucifer, The Unwritten) y Elena Casagrande (Hulk, Hack/Slash) también pretende acercarse a estas cuestiones.

Estados Unidos atraviesa su peor crisis. Aparentemente de la nada, empiezan a surgir personas con superpoderes. El problema es que el desequilibrio entre supers buenos y malos es abrumador: sobran villanos y faltan héroes. Las fuerzas policiales se encuentran desbordadas, incapaces de hacer frente a esta nueva amenaza.

En realidad, tal situación no es nada nueva, si nos paramos a reflexionar. Por ejemplo, ¿cuántos villanos tienen, sólo entre ellos, Batman, Flash y Spiderman? Así que, la situación a la que nos expone Carey no es una hipótesis —dentro de lo ficticio que es todo—, sino que nos pone ante una “realidad” en el mundo del cómic de super-héroe: siempre ha habido más villanos que héroes. Y claro, uno no se da cuenta de ello con cierta profundidad o asiduidad, hasta que lee las primeras páginas de Riesgo Suicida.

Pero hay un dato más alarmante, si cabe: algunos de esos villanos son héroes que han cambiado de bando.

Nada más empezar el primer volumen, Riesgo Suicida nos lanza directos a la acción: un asalto a un banco perpetrado por una banda de super-villanos. Las fuerzas policiales son fácilmente derrotadas, así como Extended Remix, un héroe que no llega a durar más de dos páginas ante el poder combinado de los villanos. Y se lo cargan allí mismo.

Leo Winters es el único policía, junto a su compañero que termina con un brazo amputado, que sobrevive al enfrentamiento. De hecho, Winters, en un momento de subidón de adrenalina, consigue detener a uno de los villanos en el momento de su fuga del escenario del crimen.

La experiencia de ver a tantos civiles y a tantos compañeros muertos, como es evidente, llena a Winters de impotencia y sed de venganza.

Carey nos cuenta también sobre los rumores de que el aumento repentino en el número de supers está relacionado con la aparición de una nueva droga en el mercado. Winters, consciente de ello, y sabedor de que esa es, probablemente, la única forma de traer algo de equilibrio a esta guerra desigual, decide dar con los camellos adecuados y conseguir su dosis de super-poderes. El volumen 1 de Riesgo Suicida nos presenta el escenario descrito más arriba y de cómo Winters adquiere sus poderes y de cómo los utiliza.

En el segundo volumen, la historia da un giro y empezamos a comprender que la realidad es aún más profunda y complicada y que, quizás, el lector más atento y exigente encontrará respuestas más convincentes a algunos momentos en los que cree haber detectado como pequeños fallos en el guión en el primer volumen. En este volumen, Winters se ve envuelto con otro grupo de villanos que evidencia la osadía de estos nuevos dioses: pretender hacerse dueños de una región en un país, obligando por la fuerza a la ONU a reconocer su territorio como estado soberano.

El volumen dos cuenta, además, con una historia “extra”, Instant Access, que nos cuenta cómo una ama de casa, cansada de las humillaciones en su trabajo y su fallida vida familiar, decide conseguir su dosis de super-poderes. Esta historia la ilustra Joëll Jones, en vez de Casagrande, y lo hace bastante bien.

Es en detalles como esta historia dónde más detecté fallos de guión que, como digo, no quitan el interés de la historia, pero la hacen menos creíble. Lo que me chirría es la poca cantidad de dinero que le piden a esta pobre mujer, a menos que exista un propósito en la activación de poderes en ciertas personas, una suerte de conspiración.

Obviando lo anterior, Carey hace un buen trabajo tejiendo la historia principal a base de arcos argumentales menores que entretienen y van poco a poco contextualizando al lector, presentando personajes y situaciones que pertenecen o pertenecerán a la trama mayor.

El trabajo de Casagrande es bueno sin llegar a deslumbrar, con un trazo limpio, sin abusar de abdominales innecesarios, trabajando los escenarios y fondos de forma eficaz e inteligente. Sin esfuerzos innecesarios, consigue un arte que, al menos, no te saca de la historia.

Mi valoración, de momento, es positiva, a la espera de empezar el tercer tomo. Es una serie entretenida que vale mucho más la pena que muchas series a las que nos tienen viciados y acostumbrados y que nos enseña a estar atentos a la actividad editorial de las editoriales más pequeñas, tanto de las americanas independientes, como de las españolas como lo era Aleta.

Su único pero es que, al no tratarse de una novedad, puede ser complicado encontrar todos los números. Es imposible encontrar a un precio normal el volumen 5 de la edición americana, por ejemplo.

En definitiva, una serie que me está entreteniendo mucho y de la que espero poder reseñar su desenlace dentro de poco.

 

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