Reseña de Cómic
The Damned – Three Days Dead
de Cullen Bunn y Brian Hurt
Editorial USA: Oni Press
Editorial española: Debolsillo

Estamos en el periodo de la Ley Seca en Estados Unidos.
The Damned nos presenta el mundo de la mafia desde una faceta oculta y desconocida: su estructura interna está liderada por demonios. Literalmente.
Y no sólo trafican con substancias prohibidas. Sus negocios oscuros van mucho más allá: actúan, desde hace eones, en el lucrativo tráfico de almas.
Nos encontramos de lleno en una guerra entre facciones demoníacas. Para solucionar sus diferencias y devolver la paz a las calles se ha llegado a un preacuerdo. Una propuesta de paz que salta por los aires cuando el árbitro elegido para mediar en el conflicto es secuestrado.
Alphonse “Big Al” Aligheri, el demonio jefe de uno de los bandos, decide encargar al fixer (solucionador) conocido como Eddie la tarea de encontrar al árbitro secuestrado, dar con quien lo secuestró y descubrir porqué está interesado en una guerra entre clanes demoníacos. A partir de aquí, iremos conociendo a Eddie —y sus propios y personales misterios— en un mundo donde nada es lo que parece ser.
Un concepto creativo atractivo conducido por Bunn con eficiencia que hace que el lector acompañe la trama con interés y que explica en parte —bajo mi punto de vista— el interés que el autor despertó en la industria en su momento.
Los personajes están bien desarrollados. Por otro lado, los escenarios por los que se mueve la historia están muy bien presentados. Cuando el autor decide hacer algún alto en el camino para explicar eventos del pasado, lo hace de manera que la trama no se interrumpe, aportando, además, más elementos que contribuyen a entender lo que tenemos delante.
El arte de Brian Hurt encaja muy bien con la historia. Tiene un muy buen dominio de la narrativa gráfica y sabe jugar con las escenas sombrías, aportando dramatismo visual de forma muy eficiente. Además, sabe ser ser minimalista o detallista cuando el momento lo exige, realizando composiciones que nos permite centrarnos en los diálogos importantes sin distracciones y otras que enriquecen y alimentan visualmente nuestra imaginación.
Un cómic bien construido, con buen ritmo: ni lento como para aburrirse ni demasiado ágil como para perderse. Una premisa atractiva y bien conducida y un arte muy bien ejecutado.
Una obra que adquirí en su día a ciegas, que estaba dando vueltas por mis estanterías desde hace mucho y que finalmente cayó hace unos días. Y me alegro, pues ha estado bastante entretenida. Quiero leer los dos volúmenes restantes y ver cómo se desarrolló y hasta dónde llegó.