Reseña de cómic
Es un pájaro…
De Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen
Guion: Steven T. Seagle
Dibujo: Teddy Kristiansen
Edición Original: DC Comic
Edición española: ECC Cómics
Número de páginas: 144
Precio: 17,95€
Es un pájaro…
Superman es un personaje tan grande que trasciende el mundo del cómic. A lo largo de las décadas ha protagonizado seriales de radio, cine y televisión, así como películas que llegaron al gran público. Su imagen es un icono reconocido por la inmensa mayoría de la población. La publicación en abril de 1938 del Action Comics #1, en el que el héroe hacía su primera aparición y por el que en 2014 se llegó a pagar la friolera de 3,2 millones de dólares, supuso el comienzo de la denominada Edad de Oro del Cómic.
La popularidad del personaje es tal, que en 1992 los telediarios de todo el mundo anunciaron que DC Comics había “matado” a Superman. Su sola presencia como personaje ya es un reclamo para gran número de aficionados y la editorial, consciente de la situación, lo usa como parte esencial de la mayoría de sus eventos.
Es un avión…
El guionista Steven T. Seagle (Vertical) y el artista danés Teddy Kristiansen (Sandman) nos plantean en esta obra un curioso experimento. Un cómic que, aunque aparentemente está protagonizado por El Hombre de Acero, finalmente se convierte en uno en el que tan solo aparece Superman, pero no trata sobre el kryptoniano.
Seagle no nos cuenta una historia al uso sobre Superman, sino que utiliza el ofrecimiento por parte de DC de que se encargue de los guiones para explicarnos lo que, en su opinión, representa El Hombre de Acero y los motivos por los cuales a él no le interesa una oferta que para la mayoría de los guionistas sería el culmen de su carrera. Lo curioso de esto, es que el guionista disecciona perfectamente la esencia del superhéroe. Intercalando a lo largo de la historia conceptos y objetos que definen al personaje, tales como el poder, la soledad, la kryptonita o el mismísimo uniforme.
No, es Superman
Pero para Seagle Superman es tan solo el MacGuffin que le permite contar la verdadera historia. De lo que en realidad nos habla este cómic es del miedo. El miedo con mayúsculas.
El guionista da a su obra un tinte autobiográfico y nos habla de un oscuro secreto familiar, que no es otro sino el que su familia es portadora de una enfermedad genética, la terrible enfermedad de Huntington para ser más exactos. Este asunto se trata con una mezcla de vergüenza y culpabilidad en el seno de la familia del guionista, y de cómo la posibilidad de ser portador (o no) de dicha enfermedad marca tanto sus relaciones familiares como las personales.
Es precisamente el tono sosegado y melancólico del guion, acompañado del soberbio dibujo de Teddy Kristiansen, el que dota a la historia de un tono abrumadoramente triste.
Sin lugar a duda, otro de los grandes aciertos de esta obra es la elección de Teddy Kristiansen como dibujante. Su particularísimo estilo marida a la perfección con esta historia alejada del habitual cómic superheroico. Tanto su inquietante trazo, como la elección de una paleta de colores apagada. permiten al lector adentrarse en la mente del protagonista y comprender su sufrimiento vital.
En definitiva, estamos ante una soberbia historia sobre los miedos y como estos moldean nuestras relaciones. Una historia con Superman pero que, por una vez, no se convierte en una historia de Superman.