Reseña de cómic. Colección Héroes y Villanos / Salvat
Yo soy Gotham (1ª entrega)
de Tom King, Mikel Janín y David Finch

Humberto da Silva
@Hwitterdasilva


Editorial USA: DC Comics
Editorial española: Salvat / ECC
Guión: Tom King
Dibujo: Mikel Janín y David Finch
Cartoné. 192 páginas.
2,99 € (primera entrega)
ISBN: 978-844714693-2

 

Hoy reseñamos la primera entrega de la Colección Héroes y Villanos de DC Comics, publicada por Salvat en colaboración con la editorial ECC.

Como hemos comentado en el artículo donde analizábamos la colección, y gracias a nuestro acuerdo de colaboración con Salvat Editores, iremos publicando puntualmente las reseñas de cada entrega en nuestro blog.

En este tomo nos encontraremos con el arco argumental “Yo soy Gotham”, publicado originalmente en 2016, correspondiente a los números 1 al 6 de la colección quincenal de Batman y la historia autoconclusiva “Una Presa para Mí”, ambos guionizados por Tom King.

YO SOY GOTHAM

Esta historia sirve de punto de partida para un inicio y un reinicio.

Marca el inicio del guionista Tom King (Sheriff de Babilonia, Mister Milagro, Omega Men) al frente de la colección de Batman y, al mismo tiempo, el reinicio del personaje de Batman —y de todo universo DC— después de la etapa conocida como “Los Nuevos 52” (New 52).

A lo mejor, por este motivo, en la primera de las 6 partes de este arco, no vemos aún a la trama principal, sino que nos encontramos a Batman enfrentándose al Hombre Calendario, en clara alusión a que la vida se mueve en ciclos y que estamos ante el inicio de uno de ellos.

Claramente, estas primeras páginas nos sirven como pinceladas y una declaración de intenciones de King —y de DC Comics— para Batman en los siguientes años.

Nos encontramos a un Batman más joven, quizás en su apogeo físico, dibujado por Mikel Janín. Nos deja entrever una relación más paternalista de Alfred hacia Bruce Wayne. Además, ya en las primeras páginas, nos deja claro que quiere contar con la figura del joven Duke Thomas, quien ya apareciera en las páginas de Año Cero ayudando a Wayne y quien, posteriormente, se uniera al grupo de vigilantes adolescentes inspirados en la figura de Robin en las páginas de “We are Robin”.

En todo caso, Batman nos da a entender muy tempranamente al lector—y al propio Duke Thomas— que él no será un nuevo Robin, sino “algo diferente o algo más”, esa expresión tan socorrida en las series televisivas de la cadena CW donde Green Arrow, Flash y compañía viven sus aventuras.

Una vez nos vamos adentrando en la siguientes partes, seremos testigos de la estrecha colaboración que cabe esperar entre Batman y el comisario Gordon, también la relación del vigilante con la propia Gotham —de ahí el nombre de este primer arco— y una serie de referencias sobre el universo de Batman, a través de elementos arquitectónicos de la ciudad.

David Finch (Batman : El Caballero Oscuro, Maldad Eterna) demuestra un buen dominio de la arquitectura, extensible también al urbanismo y a cada detalle en las viñetas que dibuja, ya sean el Bat-ordenador o en los diferentes vehículos que utiliza Batman.

Pero las bondades de su arte no se circunscriben únicamente a esos elementos. Finch es dueño de un dibujo magnífico, quizás algo más vinculado a los clásicos que otros autores más contemporáneos, pero no por ello menos impresionante. Las expresiones corporales y la anatomía de sus personajes son excelentes —hasta cartesianas— y su propuesta narrativa imprime una acción intensa y fluida.

King también nos deja claro que este Batman seguirá haciendo un uso intensivo de los recursos económicos de su imperio empresarial, gracias a las habilidades financieras de Lucius Fox, utilizando toda clase de vehículos y equipamiento con tecnología punta, derrochando batmóviles como si de batrangs se tratasen…

Esto es algo que, de alguna manera, molesta a los lectores más veteranos, que conocieron a un Batman más “detectivesco” pero que parece no molestar a las generaciones más jóvenes de lectores que no tuvieron contacto con esta faceta del Caballero Oscuro.

Hay que decir que, hacia la mitad de “Yo soy Gotham”, nos encontraremos con un momento detectivesco de este Batman y que nos da un descanso de ese murciélago más ultratecnológico y super-preparado. Cabrá al lector seguir a este Batman de King para comprobar y considerar si esta premisa inicial se cumple hasta el final de la etapa del guionista en la serie.

“Yo soy Gotham” arranca como tal en su segunda parte. Con un Batman asumiendo todo lo que se le presupone en un “blockbuster” de estas características: acción trepidante e inverosímil que desafía la lógica y hasta el sentido común.

Aquí, King propone y David Finch dispone, generando unas páginas verdaderamente espectaculares en cuanto a dibujo y narrativa literaria y visual se refiere.

Un avión comercial sufre una ataque terrorista y se dispone a realizar un aterrizaje forzoso en el centro de Gotham que no sólo conducirá a la muerte a sus ocupantes, sino a todos aquellos a los que arrastre a su paso, además de al propio Batman que, después de intentar contactar en vano con la Liga de la Justicia y de utilizar todos los medios a su alcance, asume su final a cambio de conducir la aeronave a un escenario menos destructivo para sus pasajeros y para la población de Gotham.

En el último momento, cuando todo parece perdido, dos nuevos personajes, con poderes metahumanos similares a los de Superman, aparecen de la nada para ayudar a nuestro héroe, un hecho que le coge completamente desprevenido pero al que, de momento, agradece.

Si hay una característica destacable en las diferentes versiones que hemos visto de Batman en las últimas décadas es su desconfianza natural hacia todo y todos. Y estos nuevos héroes, llamados Gotham y Gotham Girl, no serán una excepción.

A partir de este primer encuentro, nuestro héroe realizará una profunda  investigación, invocando esta faceta detectivesca del personaje que comentamos algunas líneas más arriba, con el objetivo de responder a las dos grandes incógnitas sobre estos nuevos héroes: quiénes son y si son de fiar.

Encontrará las muchas cosas que le unen a estos jóvenes y a ellos a él y tendrá de decidir se les toma bajo su manto protector y mentor, como todavía hace con otros jóvenes vigilantes en Gotham.

También empezamos a entrever la aparición de ciertos personajes que nos prometen estar detrás de algún plan maquiavélico. Son viejos conocidos de increíble potencial para crear crisis y propagar el Mal.

“Yo soy Gotham” es una disposición de las piezas sobre el tablero por parte de King. Una declaración de intenciones de manual.

Y por eso, vemos cómo otras piezas van apareciendo como el Psicopirata, el Dr. Hugo Strange o Amanda Waller. Y, si a Amanda Waller la vemos aparecer, podemos tener por seguro que el Escuadrón Suicida hará lo suyo. Los hechos cometidos por estos personajes, tendrán repercusión —o repercusiones— en los siguientes arcos argumentales.

En resumen, “Yo soy Gotham” podemos hablar de un inicio de etapa bastante espectacular, con muchas referencias al pasado del personaje a modo de tributo a su legado, así como por la etapa anterior, conducida por Scott Snyder.

Pasemos ahora a la penúltima parte de este tomo.

UNA PRESA PARA MI

“Una presa para mi” es un crossover entre los personajes conocidos como los “Looney Tunes” y Batman. Para muchos lectores, esta historia ya amortiza los 2,99 € que cuesta la primera entrega.

Tom King decide poner sobre la mesa qué hay en común entre Batman y Elmer Fudd: ambos son cazadores.

Además, decide que su Elmer Fudd no será ese cazador inútil que es engañado constantemente por el conejo Bugs Bunny y que, además, este crossover se realizará en Gotham y no en ese mundo plástico, de realidad maleable, de dónde proceden los Looney.

Para ello, le confiere a la historia todos los matices del género negro donde no faltan los garitos de mala muerte, poblados por toda serie de personajes depresivos y autodestructivos. Se nota también el esfuerzo de King a la hora de explorar a esos personajes, presentándonos sus conclusiones de una manera muy convincente.

Lee Weeks se encarga de que sus lápices nos transporten a ese mundo de luces y sombras al que los lectores de Batman están acostumbrados. Esto es, a una Gotham de los años 50, con su glamour y decadencia, con una nota de Looney Tunes en su atmósfera.

Vale la pena mantenerse atento a cada viñeta. Las referencias al mundo de los personajes de la Warner Brothers son constantes. Weeks logra hacer una caracterización muy buena de los personajes en la mayoría de los casos. En otros casos, el lector necesitará un poco más de imaginación o conocimientos.

La historia en sí, es más bien simple y está enmarcada en los clichés del género. Su fuerza reside, sobre todo, en el mundo que tanto guionista y dibujante logran crear. Es decir, sabemos que estamos ante un Elmer y un Bugs Bunny diferentes, pero podemos entrever su esencia en una historia al servicio de los fans de estos personajes que logra hacernos pasar un rato muy agradable.


CONTENIDO EXTRA

Es el último contenido del tomo.

Simplemente, recomendar la lectura del texto firmado por “Nick Jones”. Principalmente a los lectores que se aproximan por primera vez a Batman y/o al universo DC o a aquellos que vuelven a leer cómics, después de un largo paréntesis pues ayuda muchísimo a contextualizar nuestra lectura, además de ofrecernos pequeñas curiosidades a cerca de los autores de la presente obra.

¡Que la disfrutéis!

 

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