Reseña de Cómic
Revista Drácula, el último grito del cómic en 1971
Marcos Ordóñez Fernández
Canal Cómics XXI

Luis Gasca, prestigioso analista de los cómics y el cine, decidió a principios de los años 70 reeditar en España los cómics clásicos americanos, Flash Gordon, Príncipe Valiente, Rip Kirby y otros. La edición era en fascículos y posteriormente se encuadernaba. Pero Gasca tenía un sueño y era el publicar una colección solamente con dibujantes españoles. Buscó financiación para todas esas publicaciones y la encontró en el empresario Javier Aramburu y el editor Manuel Salvat. Bautizó a la editorial como Buru Lan, que en euskera quiere decir “trabajo intelectual”.

Esa nueva publicación dedicada a los cómics de aquí, se llamó Drácula. Era un ambicioso proyecto en fascículos y encuadernable que recogería la obra de los mejores dibujantes españoles del momento. Eran revistas de 24 páginas más las cubiertas. El primer tomo lo ocupaban cuatro historias de otros cuatro dibujantes con una gran proyección, y que eran Esteban Maroto, Josep Maria Beà, Enric Sió y Alberto Solsona. También se publicaban relatos literarios cuyas firmas más habituales fueron las de Juan Tébar y José Luis Garci, y Enric Torres ilustró varias portadas. Buru Lan usaba el formato fascículo para darle al cómic un envoltorio para adultos y que prestigiara el producto. El precio también era “para adultos”, 30 ptas., elevado si tenemos en cuenta que un Trueno Color costaba 8 ptas. En 1971 se editan 12 fascículos y la edición se para. La ambiciosa obra, que debía ocupar 5 tomos no tiene las ventas esperadas. Se impone una pausa.

En 1972 Drácula regresa a los kioskos. Se vuelven a poner en circulación los 12 fascículos ya publicados, pero ahora numerándolos del 01 al 012, y añadiendo 60 fascículos más que incluyen las obras 5 por Infinito de Esteban Maroto y Delta 99 de Carlos Giménez, que para su edición en Drácula sufrieron retoques en sus guiones. Ambas series eran materiales de agencia muy recientes, que conseguían abaratar sustancialmente los gastos de producción de la obra y le daban viabilidad. En total serán un total de 72 fascículos encuadernables ahora en 6 tomos. En 1971 Buru Lan coeditó la primera parte de la obra en inglés junto a la New English Library, y en 1972 hizo lo propio con Warren Publishing, que publicó sólo un tomo con los 6 primeros fascículos.

James Warren vino en persona a España para firmar el contrato, y en una entrevista que Gasca mantuvo con Tebeosfera comentaba que para la ocasión invitó a los dibujantes y a Josep Toutain, con el que el editor americano ya había mantenido contactos recientemente para el desembarco de los dibujantes de Selecciones Ilustradas en las revistas de Warren.
Todo en Drácula era creatividad, excepto el apartado del color. Todos los cómics estaban pintados de forma mecánica, indicando los colores y encargándose el grabador de colocarlos. Los tonos eran muy estridentes, sin pretender una combinación armónica y con poco criterio en la elección. El color, que siempre tiene que mejorar el cómic, aquí lo empeoraba. Está claro que fue un apartado que se descuidó.

Luis Gasca, bajo el seudónimo de Sadko, guionizó el Wolff de Esteban Maroto, cuyo arte brilló en el escenario de la fantasía heróica con una gran modernidad, demostrando su dominio de la escena y de los personajes que la componen. También Sadko creó los textos de Agar-Agar de Alberto Solsona, un dibujante que continuaba demostrando aquí sus mundos oníricos, con un estilo que ya conocimos en los dos años anteriores en la magnífica revista Strong. Josep Maria Beà publicó su serie Sir Leo, con Luis Vigil firmando los guiones. Beà acudía de nuevo a su rico bestiario, concebido como siempre desde la más absoluta originalidad. Enric Sió exhibió sus intenciones vanguardistas en las historias que posteriormente serían bautizadas como Mis Miedos. Su gusto por la composición que rompiera esquemas era un punto clave para sus inquietantes narraciones. Sió siempre tuvo un espíritu gráfico transgresor, fiel a su pertenencia a la “gauche divine” barcelonesa.

En Drácula también colaboraron Carlos Giménez con su historia El Mensajero, Alfons Figueras y López Blanco.
Luis Gasca, doctor en Derecho, era un intelectual que colaboraba en diversas publicaciones internacionales y que tenía muchos y buenos contactos. Uno de ellos, Forrest J. Ackerman le sugirió el título de la revista. Dio vida a este proyecto tan ambicioso que buscaba dar visibilidad al cómic español para adultos, y aunque hubo de reconducir la obra sobre la marcha, la historia le ha otorgado la importancia que merece.

Gran articulo Marcos. Incomensurable tu labor de divulgación de nuestros clásicos -y nunca suficientemente recordados- artistas del cómic. Me ha llamado especialmente la atención las viñetas que has reproducido de una historia titulada «Alicia» de Enric Sió; si esta estuviera inspirada en el personaje de Lewis Carroll, te rogaría que me pudieses indicar donde podría conseguir esa historia (en qué número de la revista Drácula o en algún recopilatorio de Enric Sió). Gracias y un saludo.
Acabo de localizar la historia en un recopilatorio de Enric Sió titulado «Mis Miedos» 🙂
Me alegro que lo hayas encontrado Eric!