Reseña de Cómic
Miracleman: La Edad de Oro
de Neil Gaiman y Mark Buckingham
Editorial USA: Marvel
Editorial española: Panini Comics
Guión: Neil Gaiman
Dibujo: Mark Buckingham
ISBN: 978-8490945667
Continuar una obra perfecta y cerrada no es una tarea fácil, más si hablamos de una obra de Alan Moore y más aún si hablamos de Miracleman, la historia que supuso un antes y un después en el cómic de superhéroes y que ha influido de una forma u otra en la mayoría de autores del género desde los 80.
¿Cómo se podía continuar una obra así?
Sin hacer spoilers para el que no la haya leído, Miracleman es una historia con un final perfecto y cerrado en la que se produce una evolución del personaje —y de los personajes— magistral y que dejó un mundo con el que era muy difícil trabajar. A pesar de eso Gaiman no se amilanó y aquí tenemos el resultado de su trabajo.
Poco hay que decir de este autor, no es simplemente un escritor de talento sino además muy inteligente por eso no intentó jugar al juego de Moore, recreando una epopeya como la del Maestro. En su lugar, se centra en lo que mejor sabe hacer; pequeñas historias sobre personajes secundarios, en este caso sobre las personas sin poderes, que viven en el mundo resultante de la obra original.
¿Cómo sería vivir en una utopía, en un mundo perfecto, para seres que no lo son? ¿Cómo se adapta el ser humano a convivir con dioses? ¿Cómo se enfrentan los seres humanos normales a un mundo que ya no lo es?
Gaiman nos muestra aquí la vida de unos niños en el colegio, que a pesar de vivir en el paraíso, siguen siendo niños. La de una madre que va a descubrir que la maternidad no es lo que esperaba, la de un hombre que descubre que el hecho de que los humanos puedan hablar a los dioses no significa que estos les respondan… y muchas otras historias que dan una visión del mundo creado por Moore totalmente diferente a la del creador inicial, con un nivel de calidad comparable al de las mejores historias cortas de Sandman.
Al dibujo Mark Buckinghan. Esta vez, con un estilo muy diferente al que estamos acostumbrados en Fábulas —esta obra es muy anterior— menos preciosista y pulido pero haciendo gala de una cantidad de estilos y recursos narrativos apabullante. Quizá no sea del gusto de todos, especialmente en algunos capítulos con un trazo demasiado feista, pero la capacidad de adaptar su estilo a cada tipo de historia está al alcance de pocos dibujantes.
Una muy buena continuación de una obra que parecía imposible que pudiera continuarse, dado como cerró, y que dejará satisfechos a todos los que disfrutaron de la historia original siempre que no esperen encontrar lo mismo.
Buena reseña, David. Bastante interesante la propuesta de Gaiman que, sabiendo que no podría alcanzar el nivel de su antecesor, prefiere centrarse en algo más íntimo y personal. Tengo el comic pendiente, pero tiene una pinta increíble. Ahora mismo estoy leyendo todo Sandman del tirón (bendito Wallapop) y creo que una vez que termine releeré Miracleman y aprovecharé a seguir con la continuación de Gaiman. Saludos!
Sí, Gaiman por muy inteligente al no querer jugar en la misma liga de Alan Moore y centrarse en lo que mejor sabe, pequeñas historias intimistas, y le salió redondo.
Por lo demás, vaya pedazo de lecturas, que las disfrutes!😄