Reseña de Cómic
Hay algo matando niños: Tomo IV
de James Tynion IV y Werther Dell’Edera
Edición original: Something is Killing the Children
Editorial americana: Boom! Studios
Edición española: Planeta Cómic
Guion: James Tynion IV
Dibujo: Werther Dell’Edera
Cartoné. 152 páginas. Color.
ISBN: 978-8411120296
17,95 €
«Hay algo matando a los niños» fue una de las sorpresas del año pasado en España. Una serie que no inventaba nada (y que tenía más de una coincidencia con «Buffy Cazavampiros») pero a la que el buen hacer de su guionista, James Tynion IV, consiguió elevar por encima del resto de novedades y llamar la atención del público.
Tynion supo crear una trama interesante y un mundo coherente en la que la protagonista, carismática y misteriosa, enganchó al lector desde las primeras páginas y hacía que quisiéramos saber más sobre ella y la misteriosa organización a la que pertenecía.
Así que, después de la saga inicial publicada en tres tomos por Planeta, la editorial nos presenta ahora el cuarto en el que se abre un nuevo arco argumental que, en forma de flashback, nos narra el origen de esa cazadora de monstruos y los entresijos de «La orden de San Jorge» todo ello ilustrado por el dibujante regular de la serie, Werther Dell’Edera.
En este nuevo arco, Tynion no trata de reinventar la rueda y da a la gente lo que espera; una ampliación de las migajas de información que fue esparciendo sabiamente durante los primeros tres tomos de la serie.
Así seremos testigos del origen de nuestra protagonista, su tragedia personal, su llegada (no deseada por todos) a la de «Orden de San Jorge» y lo que es más interesante, la organización, estructura y diferentes facciones que la componen, ampliando muchísimo el worldbuilding de la historia y presentando a nuevos personajes, algunos ya vistos en la trama anterior en el presente, que explican en parte la personalidad y forma de actuar de la protagonista.
Hay menos acción y vísceras que en los números anteriores (aunque las últimas páginas son explosivas en ese aspecto) pero el autor lo compensa con mayor espacio para el desarrollo de personajes y unos diálogos de la mejorcito que hay en el mercado americano actualmente.
En el dibujo sigue el italiano Dell’Edera cuyo uso de viñetas apaisadas y distribuidas en dos páginas complica la narrativa de la serie, dificultando al lector la tarea de seguir la historia al no distinguirse claramente cuando dichas viñetas se continúan lateralmente en la página contigua y cuando se deben leer de la manera tradicional, de forma horizontal, pero ya acostumbrados a los tomos anteriores tampoco resulta un problema.
El color del español Miguel Muerto sigue dando a la serie una estética muy personal y diferente, con unos tonos oscuros que van perfectamente con el tono de la historia, quedando en conjunto una buena lectura y que enganchará aún más a los lectores a los que ya sedujo el primer arco argumental, por las revelaciones y sorpresas sobre el origen de la protagonista y la Hermandad pero que no ofrecerá ningún aliciente a los que no convenció la primera saga.