Reseña de Cómic
Flashpoint
de Geoff Johns y Andy Kubert
David Haldon
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Edición original: DC
Edición española: ECC Comics
Guionista: Geoff Johns
Dibujante: Andy Kubert
Las palabra «Crisis» es la herramienta que DC ha usado repetidas veces para actualizar, cambiar de dirección o darle un nuevo impulso a su universo. A lo largo del tiempo ha habido varias, algunas importantes como Crisis Infinita, otras ambiciosas pero que no llegaron a conseguir el resultado esperado como Crisis Final.
Incluso, un par de ellas utilizaron el nombre para contar una historia que nada tenía que ver con el concepto original de una Crisis (Crisis de identidad, Héroes en Crisis) pero, curiosamente, la historia que más cambios trajo al Universo DC después de las Crisis originales no incluyó esa palabra en su título, a pesar de que fue una ruptura total, un cambio radical que dividió a los aficionados como pocas veces antes.
Y es que Flashpoint, el evento del que hablamos, no fue concebido originalmente como una Crisis, ni mucho menos como un punto y aparte en la historia de la editorial. En un principio Geoff Johns, su creador, la concibió como una saga más de Flash —la serie de la que se ocupaba en ese momento— pero las circunstancias editoriales y la ambición del editor en jefe de DC en esos años, Dan Didio, la convirtió en uno de los eventos más importantes de la historia de la editorial.
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Edición Flashpoint XP
Cartoné. Color. 1632 páginas
A partir de aquí SPOILERS
Flashpoint, del que el pasado mes de mayo se cumplieron 11 años, fue una saga ideada por Geoff Johns para la colección de Flash y que pretendía jugar con los viajes temporales, un concepto recurrente en el cómic de superhéroes.
La historia en sí no es nada original, básicamente en una fotocopia (hasta en los detalles más pequeños) de la mítica Era del Apocalipsis de Marvel, publicada en los 90, pero sus consecuencias fueron mucho mayores y a más largo plazo.
Al igual que en aquella, nuestro protagonista decide volver atrás en el tiempo para evitar la muerte de un ser querido para encontrarse con un mundo distópico, completamente diferente al que conocemos —y que solo nuestro protagonista principal sabe que no es el correcto—, siendo el misterio de quién ha provocado ese cambio lo que guía la trama inicialmente y teniendo como atractivo principal, como en todo elseworld, los cambios en los personajes que todos conocemos.
FLASHPOINT, MÁS QUE UN ELSEWORLD
No hablamos de cambios meramente estéticos, pero también de actitud, bando y personalidad, encontrándonos algunos ciertamente llamativos con un Aquaman duro y cruel y una Diana vengativa y militarista, prácticamente una villana.
Con todo, la mayor sorpresa la encontramos en el personaje de Batman, no sólo en su actitud y motivación, sino en su identidad en sí, identidad que ha dado mucho juego en sagas e historias más allá de Flashpoint y que llegan incluso a hoy día.
La historia en sí, aunque inicialmente no se la valoró como se merece —con la editorial vendiéndola más como la antesala del futuro reboot del Universo DC y los aficionados interesados en las especulaciones y rumores sobre lo que acabó siendo los Nuevos 52 (aquí reseña)— es sólida, bien escrita y el ejemplo perfecto de como ha de hacerse un evento superhéroico.
Tiene un ritmo trepidante que va in crescendo hasta el gran final, y una serie de misterios que se plantean desde las primeras páginas y que van resolviéndose conforme la historia avanza, manteniendo al lector atrapado en la lectura.
FLASHPOINT Y LOS NUEVOS 52
Si hay algo a destacar es la imaginación de Johns a la hora de afrontar a los personajes y su situación en el Universo DC, destacando el ya señalado Batman así como el de Superman, con un papel muy alejado de cualquier otra historia que hayamos leído del personaje, un Flash sin acceso a la Fuerza de la Velocidad e impotente ante la situación o un Cyborg qué es el héroe más popular de América. Pero más allá, de esos ejemplos, cabe resaltar el acierto del guionista al poner el foco en personajes menores o secundarios como Zatanna, el Sandman original o Shade.
La historia acaba en un final épico que dio lugar a un cambio total en el Universo DC: los Nuevos 52, etapa editorial en la que se reiniciaron todas las colecciones del Universo DC haciendo borrón y cuenta nueva con el pasado (salvo excepciones como Batman y Green Lantern) y demuestra una vez más que aunque Superman, Batman y Wonder Woman son los iconos y los pilares de la editorial, es Flash el motor del cambio de la misma, desde la mítica historia de la Edad de Oro, El Flash de dos mundos, pasando por las Crisis en Tierras Infinitas hasta este Flashpoint.
En cuanto al dibujo tenemos a un Andy Kubert sólido y experimentado que llega a este trabajo en la madurez de su carrera y que da lo que se espera de este tipo de eventos; páginas de acción a raudales, splash pages espectaculares y un buen diseño de personajes, resultando uno de los mejores trabajos en su carrera.
El evento se completó, como es costumbre, con múltiples tie-ins de calidad variable, en el que destaca por encima de todo el Batman de Azzarello y Risso, y que sirven para dar información y contexto a este mundo.
En general, una saga que si bien con las vicisitudes y cambios territoriales en DC ha perdido importancia (los Nuevos 52 ya son sólo un mal recuerdo) y que incluso ha sufrido un «rebooteado» en parte por el propio Johns —en su Reloj del Juicio Final—, sigue siendo una lectura sólida, entretenida y muy disfrutable, un ejemplo de cómo hacer un evento super-heróico bien hecho.