Reseña de Cómic
Desolation Jones
Edición original: Wildstorm/DC/Vertigo
Edición española: ECC
Guion: Warren Ellis
Dibujo: JH Williams III

Hoy en día quien más y quien menos sabe de qué pie cojea Warren Ellis. Sus obsesiones, sus filias, sus fobias… Y sobre todo, el tipo de personaje sobre el que hace orbitar sus historias; mal hablado, fumador, con mal carácter y de vuelta de todo.
Cambiando un par de detalles podemos decir que sus personajes son siempre el mismo, llámese Jenny Sparks, Elijah Snow, Spider Jerusalem, el protagonista de Inyección, Global Frequency o del Ministerio del Aire… o este Desolation Jones del que vamos a hablar hoy.
Si bien con el tiempo ya le hemos visto las costuras al británico, y este tipo de personajes ya empiezan a cansar, no es menos cierto que sus tramas suelen funcionar y que cuando no escribe en piloto automático deja obras tan interesantes como ésta.
En esta serie, Ellis nos presenta a un ex-espía del MI6 que vive en Los Ángeles, pero uno muy alejado del glamour y las estrellas de cine. Ellis dirige la atención hacia una comunidad de agentes secretos que han tomado la ciudad como lugar de retiro, personajes que tienen taras físicas y psicológicas, en muchos casos, producidas por los experimentos realizados en ellos por las propias agencias para las que trabajaron.
Entre ellos tenemos a nuestro protagonista, Desolation Jones, un ex-agente con incapacidad para sentir el dolor que es además un misántropo con graves problemas sociales que sólo quiere vivir alejado de todos, pero cuyas habilidades detectivescas y el respeto del que goza entre la comunidad de ex-agentes hace que acudan a él para resolver una situación: un caso que involucra a ciertas grabaciones porno que han sido robadas y cuyo propietario, alguien muy poderoso en la ciudad, desea recuperar.
Esta es la excusa para hacer un recorrido por un Los Ángeles muy lejos de los oropeles y el glamour. Centrado en la industria del porno de la cual Los Ángeles es su capital indiscutible, vamos conociendo por el camino, al mismo tiempo, a una serie de personajes a cual más bizarro y roto, hecho que aprovecha Ellis para darnos su opinión sobre el porno, su industria y sus trabajadores. Todo muy interesante y más aún por la forma en la que está contada, con un JH Williams III que se sale.
Sin haber alcanzado la madurez que llegaría a tener en Promethea o en Obertura, Williams realiza aquí un trabajo de calidad indiscutible, muy por encima de la media que podemos encontrar en el cómic americano y que, independientemente de que te atraiga más o menos la historia que ilustre, es abrir una página y dejarte arrastrar por la fuerza de su narrativa.
En resumen, una joyita oculta que si bien no se puede clasificar entre los grandes trabajos del británico, para mí está solo un escalón por debajo.
*La edición de ECC en tapa dura, además de la historia principal completa, incluye los primeros capítulos de su continuación, nunca terminada por la pérdida del portátil en el que el Ellis tenía los guiones.