Reseña de Cómic
2001: La Odisea del Espacio
de Jack Kirby
Oscar Ríos
Editorial americana: Marvel Comics
Guion y dibujo: Jack Kirby
Stanley Kubrick es sin duda uno de los más grandes directores cinematográficos del siglo XX. Atraco Perfecto, Senderos de gloria o Teléfono rojo: volamos hacia Moscú, son buena muestra de su genio. Afortunadamente, Kubrick gustaba de experimentar y es en ese contexto de imaginación y experimentación cuando en 1968 abordó una de sus películas más particulares, nos estamos refiriendo como no a “2001: La Odisea del Espacio”.
En cualquier caso, no entraremos aquí a discutir sobre si es una excelente película de cifi, o si es simplemente un musical ambientado en un futuro cercano. Lo que nos trae aquí es hablar sobre su adaptación al nuevo arte.Pocas veces es tan evidente cual ha de ser el artista encargado de la adaptación de la película. Un genio como el de Kubrick sólo puede ser interpretado por otro genio de igual o mayor altura, nos referimos, cómo no, a Jack Kirby.
En aquella época preinternet, las adaptaciones de las películas más taquilleras era algo relativamente habitual y es en ese contexto en que Marvel encargó al Rey la adaptación de la película.
Habían pasado ya 8 años desde la aparición de la película y en determinados círculos se estaba convirtiendo en una película de culto, por lo que la adaptación de la misma parecía un valor seguro.
Kirby, que en esta su segunda etapa en la Casa de Ideas, ejercía también de su propio editor, realizó primero un tomo en el que se limitó a realizar una recreación al cómic de la película para, posteriormente, lanzarse a publicar una serie regular sobre la misma.
En esta serie regular, la cual desgraciadamente tan sólo duró 10 números, Kirby se dio cuenta de lo inadaptable de la obra al cómic, por lo que, de forma muy inteligente, abandona la recreación de la obra para pasarse a recoger los conceptos que el piensa esenciales de la misma y los mezcla con su particular visión, dando como resultado una de sus obras más particulares y desgraciadamente desconocidas.
La historia, al igual que la película, parte del salto evolutivo que El Monolito produce en los primitivos homínidos terrestres para, de forma inmediata, trasladarnos hasta un futuro 2001 y presentarnos a Decker, un astronauta que descubre El Monolito en uno de los asteroides de Júpiter.
Llegados a este punto (recordemos que es tan solo el primer número) Kirby da rienda suelta a todo su saber narrativo, deleitándonos con una serie de viñetas psicodélicas que sin lugar a duda firmaría el propio Kubrick.
En los siguientes números, Jack Kirby nos mostrará cómo El Monolito acelera la evolución humana en diferentes ámbitos. Si en el primero se limitaba a la evolución desde el punto de vista genético, en el segundo afronta el desarrollo de la religión y en el tercero afronta lo que será la carrera armamentística desde el punto de vista de uno primitivo señor de la guerra.
Desgraciadamente a Kirby le vuelve a ocurrir lo que otras tantas veces. No es capaz de encauzar su propia capacidad creativa. Pronto es ella la que parece controlar un trabajo que parece plasmarse a borbotones creativos. El Rey no es capaz de ordenar su desbordante imaginación. El propio Kirby parece consciente de ello y pronto vemos que las ganas y la ilusión del primer número desaparecen, convirtiéndose la colección en una sucesión de brillantes conceptos deslavazados.
Llegados a este punto, en el número 8, el Rey cambia radicalmente el sentido de la colección introduciendo a X-51, El Hombre Maquina. Es posible que Kirby se auto justificara viendo en la evolución de este robot su propia versión del salto evolutivo que en la película sufre Hal-9000. Desde ese momento, hasta su precipitado final en el número 10, será X-51 el indiscutible protagonista de la serie.
En cualquier caso, y pese a lo anárquico de los guiones, esta es una serie imprescindible para todos los aficionados a Jack Kirby, ya que no sólo demuestra lo mejor (y peor) del Kirby guionista, sino que el nivel artístico es altísimo: imágenes psicodélicas, viajes dimensionales, un inusitado, pero brillante, uso de sus kirby dots y porqué no decirlo, la particular visión de lo que pudo ser Conan si lo hubiera dibujado Kirby.
Me gusta mucho los dibujos de Jack Kirby, excelente estilo, y sobre todo porque fue uno de los pioneros del desarrollo de grandes comics de Marvel, un buen Blog
Ante todo darte las gracias por el comentario.
Jack Kirby es sin lugar a dudas uno de los autores más influyentes del cómic norteamericano. Su forma de narrar y marcado estilo esta al alcance de muy pocos