Infinity: Outrage
Guión: Víctor Santos
Dibujo: Kenny Ruiz
Editorial: Corvus Belli

 

Portada Infinity

He de decir que normalmente no me atraen los tebeos que salen a rebufo de algún libro o de alguna serie de televisión de éxito. Y menos aún cuando es un trabajo “por encargo”. Pero hay que reconocer que en el caso que nos ocupa la excepción está más que justificada porque nos encontramos ante un manga español con un tándem creativo al que es muy difícil resistirse: Victor Santos (guión) y Kenny Ruiz (dibujo).

Poco se puede decir de estos señores que no se sepa ya a estas alturas. Victor Santos, además de un gran dibujante es un espectacular contador de historias, sobre todo las que tienen que ver con el género negro, cosa que deja muy clarita en estas páginas.

Y Kenny Ruiz, con un estilo manga que destila pasión por lo suyo en cada viñeta y que le ha llevado, entre otras cosas, a trabajar para varias editoriales europeas.

El argumento de este manga está basado en el exitoso juego de miniaturas Infinity, de Corvus Belli, situado en un mundo futurista gobernado por enormes y poderosas facciones en perpetua guerra fría —y no tan fría— en el que Emily Handelman, una oficial de Panoceanía, contrata los servicios de un arquetípico grupo de mercenarios para una misión de sabotaje, para lo que además necesita los servicios de Knauf, un francotirador retirado que actualmente se gana la vida en un planeta salvaje sirviendo de guía para ricachones que buscan cazar criaturas peligrosas.

Además de Emily y de Knauf, el equipo está compuesto por Uhahu, una hacker muy jovencita pero de armas tomar. Beba, una sensual latina piloto de mechas. Domovoi, un hombretón ruso con un pequeño secreto. Y Nakadai, un ninja al mas puro estilo Snake Eyes… Todos ellos prescindibles a ojos de los líderes si las cosas salen mal, que saldrán, porque en este tipo de historias las cosas nunca son lo que parecen.

Con esta premisa, uno piensa que se va a encontrar con una historia repleta de tiros, acción a raudales y mucha ciencia ficción que, de hecho, es así. Kenny Ruiz nos dice “sujétame el cubata” y se marca unas páginas repletas de acción y tecnología donde lo da todo hasta el más mínimo detalle, pero es que para nuestra sorpresa Victor Santos coge todo el argumento y sin despeinarse comienza a meter giros de guión, operaciones encubiertas, traiciones y transhumanismo, consiguiendo una historia agridulce y redonda con un poso de moraleja que a mi personalmente me encantó.

Además, como viene siendo la tónica habitual en los mangas españoles, al final tenemos un buen montón de páginas con extras sobre el proceso de trabajo, lo cual siempre está bien para poner en contexto una obra. Máxime cuando viene inspirada por otro medio, como es el caso.

En definitiva, un gran tebeo; ideal para los que les guste la ciencia ficción, los mechas, el space-opera o una buena historia en general, contenido en un volumen único y, además, no necesitas conocer el universo en el que está basado para disfrutarlo.

1 Comentario

  1. Pinta muy bien, parece bastante interesante. Además, entre que es tomo único y, lo más importante, se trata de autores españoles (a los que hay que apoyar al máximo), será una de las obras que compre próximamente.

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