Reseña de Cómic
El Universo Mutante De Carlos Pacheco · Segunda Parte: Bishop
de Carlos Pacheco
Editorial española: Panini
Editorial USA: Marvel
Título original: Bishop
Para está segunda parte de la reseña dedicada al «Universo Mutante De Carlos Pacheco» (aquí primera parte) vamos a hablar del que fue su primer trabajo para la Marvel USA, una miniserie hoy totalmente olvidada pero que supuso el debut del gaditano en la casa madre después de sus comienzos en Marvel UK y que le unió a John Ostrander, un guionista de peso y que por aquel entonces estaba en la Distinguida Competencia realizando la que quizá sea su mejor obra, The Spectre.
Ambos fueron los encargados de la primera miniserie de un personaje que tenía todas los números para convertirse en un peso pesado de la franquicia pero que por diferentes circunstancias siempre estuvo en segundo plano, Bishop en la historia «Huida del Mañana».
Bishop, el primer encargo para Marvel USA
En esta miniserie de 4 números Ostrander y Pacheco —un Pacheco con un estilo muy diferente al de hoy día pero que personalmente me gusta mucho— profundizan en la historia y la personalidad de Bishop, un personaje que nació a la sombra de Cable y siendo prácticamente su doble, versión políticamente correcta; un armario empotrado con predilección por las armas, llegado de un futuro en el que los mutantes lo han pasado muy mal y con un pasado misterioso y motivos ambiguos.
Como hemos dicho al principio, Bishop tenía todos los números para convertirse en un favorito del público, tanto por el diseño (muy atractivo) como por su historia y, sobre todo, por el momento editorial en el que vio la luz, esos 90 en los que los antihéroes, los personajes violentos y de moralidad dudosa hacían furor; fue la época del Castigador y Cable, el momento en el que Lobezno se volvió el personaje más popular de la Casa de las Ideas y donde los trasuntos de estos personajes crecían dentro y fuera de la editorial.
Hasta entonces había sido un papel en blanco, un personaje de pocas palabras, tosco, del que solo sabíamos su procedencia, un futuro en el que la Patrulla-X había muerto víctima de una traición (todos recordamos la grabación entrecortada de Jean Grey y la magistral resolución que se marcó Mark Waid años después) que reverenciaba a la Patrulla-X como héroes mitológicos y que tenía problemas para asimilar que eran personas, falibles, muy alejados de la imagen que se había formado de ellos.
En estos miniserie, Ostrander plantea un guión efectivo pero poco original en el que Bishop ha de atrapar a un criminal escapado de su propia época, un mutante psicópata capaz de poseer el cuerpo de sus víctimas y qué le haría enfrentarse a sus propios fantasmas encarnados en la muerte de su hermana, también miembro de la fuerza policial del futuro la que él pertenece, y que sirve a los lectores para conocer al propio Bishop y tener más información y contexto de la época de la que procede.
Una trama cumplidora pero rutinaria, y que se apoya en algunos trucos narrativos como una máquina creada por Forja, que permite que la consciencia de su difunta hermana pueda proyectarse de forma holográfica, permitiendo las conversaciones y la interacción de Bishop con esta.
El dibujo es lo mejor de esta historia con diferencia. Un Pacheco muy distinto al de hoy día, pero cuyo trazo se ve realzado por —para mí uno de sus mejores entintadores— Cam Smith, dando como resultado un muy buen dibujo con escenas de acción y persecución espectaculares.
Una trama que cumple su función de dar contexto e información sobre un personaje que estaba llamado a ocupar un lugar central en los mutantes pero que no ha acabado de encontrar su sitio, y que se sigue leyendo con agrado aún hoy día aunque la historia peca de conformista —al contrario que los Starjammers que comentamos la semana anterior— pero, en conjunto, una lectura recomendable. Sobre todo si se es fan de los mutantes y más de los de esa época.
Reseña: El Universo Mutante de Carlos Pacheco Parte 1: Starjammers