Las mejores Películas de Super-héroes
Superman – 1978
Richard Donner
¿Qué hace grande a esta película? Son muchos los adjetivos que podrían usarse para ensalzarla, pero de tener que elegir uno, optaría por “ambiciosa”. Cuando a finales de los setenta el cineasta Richard Donner se encontró ante este proyecto, podría haberlo abordado de muchas formas, pero apostó por hacerlo a lo grande. De una manera que incluso en aquella época ya estaba en desuso, hizo una película con la ambición y la grandeza de autores como William Wylder (Ben Hur, 1959) o Cecil B. DeMille (Los diez mandamientos, 1956). Esta película, sin serlo, está narrada como una epopeya bíblica hollywoodiense de la década de los 50, por lo menos en sus dos primeros actos.
El film sale victorioso en muchos géneros y fracasa parcialmente en uno. Donner consigue conjugar la épica, la aventura, la ciencia ficción, la acción y el romance en perfectas dosis, lo cual no es tarea fácil. El único “pero” que se le puede poner es el excesivo uso de la comedia por parte del villano y sus secuaces (resta más que suma), aunque para ser justos también habría que destacar la interacción romántica entre Clark/Superman y Lois: el persistente coqueteo recuerda a las comedias de Rock Hudson y Doris Day, y en esa parte el humor funciona como un reloj, tanto por la labor de los actores como por la puesta en escena.
El guion es otro punto a tener en cuenta, ya que maneja tres partes muy diferenciadas: la destrucción de Krypton, la juventud en Smallville y la presentación de Superman al mundo. Todas las partes funcionan, salvo la final, lastrada por unos villanos demasiado caricaturescos y una resolución inverosímil, incluso para el espectador de la época.
Hay muchos aspectos destacables en esta película:
La colosal puesta en escena de Richard Donner. El monumental diseño de producción de Krypton y Metrópolis. La reconocible y empoderadora banda sonora de John Williams. Y los planos y secuencias que quedan para el recuerdo, como la del rescate del helicóptero, el vuelo por Metrópolis, la entrevista de Lois a Superman, el monólogo de Jor-el despidiéndose de Kal-el y muchos más.
Pero quizás, lo que todos recordemos con más cariño sea la interpretación de Christopher Reeves, la cual ha sido una cruz con la que han tenido que lidiar los actores posteriores que han heredado el rol. Reeves se hizo con el papel hasta el punto de convertirse en un icono, que a priori era muy complicado: consiguió hacer que un dios de poder ilimitado fuera humano y cercano, pero lo más meritorio de su interpretación, y la película ha envejecido muy bien por ello, es que nos hizo creer que un hombre sí podía volar.
Y aquí nuestra conclusión.
Jose Maria Palomé