Spawn: Las Guerras de Satán
Tomo con los números 256 a 262 de Spawn
Guión de Todd McFarlane y Erik Larsen
Dibujo de Todd McFarlane, Erik Larsen, Szymon Kudranski y Jonboy Meyers
Image Comics
Editado por Planeta Cómic

Tras muchos meses de espera los fans de Spawn y el noventerismo están de enhorabuena, porque la mítica creación de Todd McFarlane, que acaba de hacer historia al lograr el primer puesto en ventas con su número 300 en Estados Unidos, vuelve a editarse en nuestro país con un tomo que recopila íntegramente un impactante arco.
En el anterior tomo asistimos al esperado regreso de Al Simmons como protagonista de la colección y ahora toca verlo subir las apuestas.
Porque Spawn va a por todas y desciende hasta el infierno para tratar de salvar el alma de su amada Wanda en una saga repleta de importantes sucesos que esta vez sí marcan un antes y un después en la serie y que plantean un nuevo e interesante escenario de cara a futuros tomos.

Para tan especial ocasión se juntan de nuevo dos de los creadores del sello Image a principios de los años 90, unos McFarlane y Larsen que han mantenido sus respectivas colecciones en el mercado durante décadas y que dan justo lo que los lectores esperan: un montón de acción con Spawn enfrentado a hordas de demonios y una trama que se lee con fluidez al primar el apartado gráfico sobre los textos.

Tras dos episodios dibujados por Meyers y Kudranski y que sirven de prolegómeno nos sumergimos en el descenso al infierno de Spawn, ya a cargo de Larsen de manera principal y con McFarlane como apoyo.

Si bien es cierto que el nivel del dibujo de ambos no es el de antaño, todavía nos brindan algunas splash pages espectaculares de la batalla que se desencadena.

Un tomo que puede leerse de manera independiente, ya que a pesar de hacer alguna referencia a acontecimientos pasados es muy accesible y dejará un buen sabor de boca a los fans del personaje al dar justo lo que se espera de la serie más longeva de Image.
3 en guión y 2,5 en dibujo???… Blasfemos!!!
La verdad es que el dibujo no me disgusta, pero tuve que contenerme y no dejarme llevar por la pasión noventera a la hora de puntuar