Reseña de Cómics
Torpedo 1936
Editado: Panini/Evolution Cómics
Guión: Enrique Sánchez Abulí
Dibujo: Jordi Bernet
Este artículo, más que una mirada crítica, viene a ser un merecido homenaje, a modo de reseña, a dos autores con una extensa carrera llena de éxitos, no sólo en nuestro país, sino también a nivel mundial: Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet.
También es un homenaje a uno de sus mejores personajes, si no el más reconocido por público y crítica: Luca Torelli, o Torpedo, como reza el título de esta serie.
España daba sus primeros pasos, trás la transición política. La sociedad estaba cambiando, el cine, la música y —cómo no— el cómic empezaban a notar esos cambios de libertad y «destape». Nuevas publicaciones llenaban las estanterías de los quioscos y una de las editoriales más atrevidas en esa época, Toutain Editors, apoyó la creación y publicación del personaje noir más irreverente jamás publicado.

En un principio, el guionista Enrique Sánchez Abulí y Alex Toth iban a ser los encargados, pero tras dos historias, parece ser que Alex Toth no estuvo de acuerdo con que el personaje tuviera cierta carencia de moral y abandonó el proyecto, lo que hizo que Torpedo 1936 sea el cómic que es hoy día: una de las mejores obras de humor negro y uno de los mejores tándems en el mundo del cómic.
Barajados algunos nombres, fue Jordi Bernet, para nuestro deleite, quien acabó haciéndose con la parte gráfica porque, sin desmerecer al maestro Toth, la calidad estética, sumada al dominio de composición de página y a su narrativa gráfica, Bernet dio con la clave para que Torpedo se convirtiera en obra de culto que es hoy.

Obviamente, hemos de destacar la elocuencia y la brillantez de los guiones, con cierta moraleja y guiños hacia el género de cine negro, y también a la caracterización de sus personajes secundarios y sus diferentes roles, las frases lapidarias y la ironía de las situaciones, sin olvidar una ambientación bien documentada.
Pero hablemos de Torpedo…
Corrían los violentos años 20 y el joven limpiabotas Luca Torelli, como muchos otros jóvenes italianos que emigraron hacia la Tierra de las Oportunidades a principios del siglo XX, encontró su auténtica vocación en tirar de gatillo.
Torpedo consiguió cierto estatus en los bajos fondos y, acompañado de su desafortunado ayudante Rascal, vivió toda clase de correrías, siempre salvando el pellejo y en una ruina económica constante. Eso sí, sin perder la clase.
Cuando nos referimos a Torpedo, para nada hablamos del héroe clásico por antonomasia. Noooo, todo lo contrario. Podríamos definirlo como el James Cagney del cómic, mezclado con el romanticismo cínico de Humphrey Bogard. Un tipo duro, un fuera de la ley con su propio código de honor, que encajaría perfectamente en las célebres palabras de Grouxo Marx: “Estos son mis principios, sino le gustan, tengo otros”. Es decir, Luca no se casa con nadie. Es un matón a sueldo, un pillo hecho a si mismo.
Pero no quisiera desvelar más de este personaje porque la mejor forma de conocerle es leyendo sus historietas. Y digo historietas porque, aunque la historia de Torpedo tiene una continuidad, su formato de relato corto de 8 páginas hace de este cómic una lectura muy amena y divertida.
A lo largo de su historia, Torpedo 1936 ha disfrutado de varias ediciones, algunas mejores y otras más incompletas.
Por recomendar, y no andarse a rebuscar entre ediciones pasadas, incompletas y de segunda mano, les recomiendo el magnífico integral que no hace mucho publicó Panini España que cuenta con una edición mejorada, completa y ordenada cronológicamente.
Bueno amigos, por mi parte, esto es todo por esta vez. Podríamos extendernos más, sobre sus ediciones y sobre sus autores, pero prefiero no caer en repetición de los mismos contenidos disponibles en las diversas webs de información en la red.
Como ya les he dicho anteriormente, la mejor manera de conocer a Torpedo es zambullirse en sus páginas que, seguro, no os dejarán indiferentes.