Reseña de Cómic
El Violeta
Editorial: Drakul
Guión: Juan Sepúlveda Sanchís y Antonio Santos Mercero
Dibujo: María Cochet
En la reseña de hoy vamos a hablar de El Violeta de la Editorial Drakul, editorial con un catálogo muy interesante y que consiguió cierta repercusión con esta historia. El Violeta trata un tema del que películas y libros pasan de puntillas o tocan de forma tangencial; la situación de los homosexuales en la España franquista. Esa premisa, y una muy buena portada, me hicieron interesarme por este tomo que una vez comprado y leído, sin ser redondo, ha cumplido mis expectativas.
La trama nos cuenta la vida de un joven homosexual en la España de los 50, en plena dictadura y en un momento en el que la homosexualidad es un tabú y un delito, una enfermedad a tratar o una vergüenza que esconder.
Aunque la atención recae en el protagonista de la obra, un joven gay de apenas 18 años, esta tiene un reparto coral qué sirve para mostrarnos un fresco social de la época; homosexuales de todo tipo y condición, policías embrutecidos, mujeres sumisas y maltratadas, familias a las que la homosexualidad produce una mezcla de rechazo, incomprensión y asco…una realidad triste y gris que, desgraciadamente, sufrieron miles de personas durante toda su vida.
La trama está bien trazada y nos muestra sin sobresaltos ni grandes golpes de guión la vida de este personaje que sólo quiere ser feliz pero al que la sociedad, la moral, las costumbres y las leyes le obligan a vivir una vida que no quiere y que no le llena, una vida que después de cierta situación que vive al principio del cómic asume con resignación y sin rebelarse hasta casi el final. Es una trama bien contada, aunque sin ninguna sorpresa qué aliñe la historia para el lector.
El contra viene quizás en la parte del dibujo. No tiene un trazo malo y algunas páginas son notables pero el Cómic tiene un lenguaje propio, unos recursos de narrativa, planos, etc. cuyo uso son bastante pobres en esta obra; por momentos parece un relato ilustrado o uno de esos cómics de Claremont de los 70 o de los 80 donde los bocadillos de diálogo llenan las páginas explicando lo que las viñetas son incapaces de mostrar por si mismas o peor, volviéndolas redundantes.
Con todo, el problema más grave es el del color. Un color muy denso y oscuro que en ocasiones (pocas, hay que decirlo) dificulta la misma lectura del cómic, tapando el dibujo de tal manera que por momentos no se sabe qué está ocurriendo.
Quiero pensar que fue algo buscado por la artista para mostrar ciertas situaciones que transcurren en prisión, para transmitir al lector lo que el protagonista estaba viviendo, pero lo único que consigue es frustrarle porque este directamente no es capaz de ver lo que ocurre. Con el paso de las páginas esto mejora y no vuelve a darse este problema, pero queda la sensación de que una elección distinta en la paleta de colores o más cuidado en la impresión, habría mejorado muchísimo el conjunto.
En general, una historia interesante y que se nota bien documentada. Un fresco de la época (de una parte de la sociedad de esa época) que pocas veces o ninguna se trata, con momentos bastante duros y que, por encima de todo, transmite credibilidad y verosimilitud.