Reseña de Cómic
INVISIBLE KINGDOM 1. EN EL CAMINO
de G. Willow Wilson y Christian Ward

David Haldon
@ElMuroComic


Editorial USA: Bergen Books/Dark Horse
Editorial española: Astiberri
Guión: G. Willow Wilson
Dibujo: Christian Ward
Cartoné. 136 páginas
17 €
ISBN: 978-84-18215-44-5

La salida al mercado de «Miss Marvel» fue un éxito instantáneo. Un cómic alabado en igual medida por crítica y público y supuso la consagración de G. Willow Wilson que, en su primera serie importante en Marvel, consiguió lo que la editorial llevaba mucho tiempo intentando; la creación de un personaje nuevo, un héroe completamente original y que encarnara las virtudes de diversidad y frescura que atrajeran a las nuevas generaciones de lectores. Otros intentos se quedaron en la simple sustitución del héroe copiando todas sus características (Miles Morales) o el trasunto sin mayor impacto ni continuidad (RiRi Williams/Iron Man) pero, con Miss Marvel, personaje totalmente original y que sólo compartía con el clásico el nombre, Wilson acertó de pleno.

Pero desde ese éxito inicial, la carrera de Wilson se estancó y sus sucesivos trabajos pasaron bastante desapercibidos; su corta etapa en X-Men y un olvidable intento de Vengadoras femeninas —A-force— quedaban muy lejos del nivel de calidad, la frescura y la originalidad de su planteamiento en Miss Marvel. Su paso por Wonder Woman tampoco pasaba de simplemente correcto.

Pero el anuncio de su abandono de esta última serie para centrarse en un misterioso proyecto independiente levantó muchas expectativas e hizo esperar lo mejor. Expectativas que desgraciadamente no se han cumplido.

Invisible Kingdom, el proyecto de Willow Wilson para el sello «Berger Books» de Dark Horse y que contaba nada menos que con Christian Ward como dibujante (autor que había asombrado a todos en su Black Bolt), es una serie con una premisa a priori interesante pero que se ve lastrada por una serie de convencionalismos y lugares comunes que convierten su lectura en algo anodino, con personajes apenas desarrollados y que caen continuamente en el cliché, desperdiciando una gran oportunidad, al menos en este primer tomo, porque el mundo y la situación que plantea la autora es interesante, pero mal desarrollada.

Estamos en el futuro, un futuro de ciencia ficción con diferentes planetas, razas alienígenas, tecnología, etc. un mundo controlado por dos poderes fácticos aparentemente en conflicto, de un lado una multinacional (una poco disimulada Amazon) que representa el consumismo y el capitalismo, y por otro una religión (de nuevo, una poco disimulada Iglesia Católica) enfrentada aparentemente a ese consumismo compulsivo, y que predica una espiritualidad ajena al materialismo. Es un futuro en el que las diferentes razas conviven aparentemente en paz y en la que el hedonismo y el ultra capitalismo dominan el día a día de sus habitantes, de nuevo una metáfora nada disimulada de nuestro presente.

La historia se centra en una alienígena, una chica que deja atrás su vida y a su familia para emprender el camino que le llevará al monasterio principal de esa religión. Es alguien que quiere encontrar un sentido a su vida y que quiere dejar atrás ese materialismo, esas compras compulsivas (servidas al momento por los mensajeros de la mega corporación) con las que ha intentado llenar el vacío de su vida hasta entonces. Después de una peregrinación, que sirve para que el lector se sitúe en el mundo donde transcurre la historia, llega finalmente al monasterio y es acogida por su madre superiora.

Por otro lado tenemos a la tripulación de una de las naves de reparto de la corporación, que representan el papel nada disimulado de esos repartidores (falsos autónomos) explotados por las grandes empresas de envío a domicilio y que malviven con lo justo. Son una tripulación diversa, unida y alegre a pesar de su situación, con una capitana que lucha por mantenerlos a flote.

Ambos personajes y tramas, la chica que ingresa en la orden religiosa buscando sentido a su vida y la capitana de esa nave, cruzan sus caminos cuando la primera descubre un secreto, algo que pone en duda su fe y a la misma vez supone un peligro potencial para esta religión, y la segunda, cuando se encuentra depositaria de un paquete que demuestra una conspiración a gran escala dentro de la multinacional.

A partir de aquí se inicia la huida de ambas junto al resto de la tripulación, perseguidas tanto por la orden religiosa como por la multinacional, que pondrán todos sus recursos para atraparlos y que el secreto que puede destruir a ambas nunca salga la luz.

Es un planteamiento interesante pero tan lleno de clichés y situaciones «porque sí»; la abadesa de la orden convierte a la recién llegada en su ayudante y protegida, los tripulantes de la nave necesitan desesperadamente conseguir dinero para que el miembro más joven de la misma no caiga en manos de los servicios sociales, que hace que la serie no sorprenda en ningún momento. Eso unido a que los personajes son clichés andantes, desde la malvada madre superiora hasta el empresario sin escrúpulos, pasando por la inocente novicia, etc. hacen bajar el interés general de la historia muchísimo.

Es como si la guionista hubiera apuntado todos los tópicos qué entiende necesarios en una serie actual y los hubiera incluido en la historia, uno detrás de otro, sin molestarse en cosas como la originalidad de la trama y desarrollo de personajes, quedando algo así:

– Personajes principales femeninos y de sexualidad no normativa

– Crítica a la religión

– Crítica al capitalismo

– El enemigo es una multinacional explotadora y una religión organizada

– Engaño de estas organizaciones al pueblo, al que mantiene en la ignorancia

– Etc.

Todos estos lugares comunes se distribuyen a lo largo de la trama como uno de esos juegos en los que uniendo los puntos, aparentemente colocados de forma aleatoria, se crea una imagen. El problema es que al unir los puntos arriba indicados, lo que se obtiene aquí es una historia predecible, con sabor a ya visto, que ni nos sorprende ni nos emociona en ningún momento, convirtiendo la lectura (que eso si tiene buen ritmo) en algo monótono y sin interés.

Hay algún detalle interesante, como la raza a la que pertenece nuestra protagonista, aparentemente en extinción y que necesita de ella que cumpla su función como reproductora, pero no es una trama que se desarrolle, al menos en este primer tomo, ni compensa lo manido del resto de elementos de la historia.

El dibujo es otra cosa, Ward es una de las grandes sorpresas del cómic americano de los últimos años, con una gran capacidad para el diseño de personaje, la creación de lugares y atmósferas y un uso del color alucinante. Solo él salva los muebles en esta historia, pero no tanto como para justifique su recomendación.

En resumen un título que tiene buenos mimbres pero cuyo desarrollo es tan convencional y visto que le resta cualquier interés más allá del atractivo visual.

3 Comentarios

  1. A mí no me ha parecido tan mala en cuanto a guión, aunque sí veo las pocas ganas de disimular de las que hablas.
    Sin embargo, en cuanto a la relación entre las protas, creo que te has confundido, porque con quien se besa la piloto es con la otra chica de su tripulación, con la que se deja entrever una relación previa; también es verdad que, al final del tomo, sí parece que va a haber algo entre la piloto y la monja.
    Un saludo.

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