Reseña de Cómic
La Cólera
de Santiago García y Javier Olivares
Joseph Alfe
Editorial: Astiberri
Guion: Santiago García
Dibujo: Javier Olivares
240 páginas. Color.
Cartoné. 28,00 €
ISBN: 978-84-17575-61-8
Después de que me lo recomendaran y viendo muchas opiniones que lo tachan de obra maestra y de lo mejor del cómic del pasado año, no dudé en hacerme con «La Cólera» de Javier Olivares y Santiago García. Además, como amante de la antigüedad grecolatina, el que estuviera inspirado en «La Ilíada» y que el título hiciera alusión a la conocida Cólera de Aquiles, ya suponían otro gran extra para su compra.
Pues bien, al fin he podido leerlo y ha sido del tirón, en una sola noche. Aunque tiene un buen número de páginas, muchísimas de ellas carecen de texto, o sea que se lee rápidamente. Otra cosa es el tiempo que uno pasa admirando el fascinante arte visual de Javier Olivares para la misma.
Advierto que es un estilo visual no apto para todos los gustos ya que es poco convencional y con un aire bastante vanguardista. A mí realmente me ha encantado, ya no solo por su calidad técnica, sino por su enorme potencia expresiva, por lo que es capaz de transmitirte si conectas con él. Me ha parecido fabuloso.
La capacidad de Javier Olivares para abordar cada escena o tramo de la historia de la manera que requiere, me ha parecido magnífica. Ya no solo por el dibujo sino también por su atinado uso del color. La expresividad que irradia cada una de sus páginas y su capacidad para modularla según conveniencia, me ha hecho ver a Olivares como un aedo, solo que su poesía, su musicalidad, es visual.
En su singular y personalísimo arte, he ido captando tenues ecos a otros artistas, como por ejemplo Alberto Breccia o Federico del Barrio, por citar sólo dos. Y también, como no podía ser de otra forma, me ha recordado —todo y sus diferencias— al arte pictórico de algunas cerámicas griegas. Fascinado por su arte, incluso ha venido a mí la imagen lejana del arte de un juego de rol basado en la antigua Grecia, dibujado por Max.
Otro de sus aspectos destacados es su uso narrativo de ciertos elementos, como la inversión del dibujo en un momento dado de la historia, o cómo invade el rojo a Aquiles cuando despierta su cólera, hasta ser totalmente rojo en contraste con el resto de personajes grises. Sólo menciono dos momentos pero hay muchos más. Y es que el trabajo de Olivares da para comentar cantidad de cosas pero tampoco es cuestión de extenderme más. Aún así si querría resaltar su titánica fuerza. Este es un trabajo sin duda épico, a la altura de esta historia de historias.
Yendo al guión, lo primero a destacar es la generosidad de Santiago García, que entiende perfectamente que una obra de este tipo requiere, para un calado perdurable, páginas y páginas sin texto, donde el lector se sumerge sin distracción en la historia visual que se despliega ante sus ojos. Escribe lo justo y cuando toca escribir. Además hace uso de un estilo contemporáneo, de diálogos escuetos y no floridos que chocarán a los más puristas que esperen algo similar al verbo homérico. No, Santiago García reformula esta historia del pasado, añadiéndole un episodio futurista, para darle un valor de actualidad y tratar algunas cuestiones.
Ese mundo «futurista», llamado Europa, tiene aspectos inquietantemente parecidos a nuestra actualidad. García traza un itinerario desde las obras madres de nuestra cultura (La Ilíada y La Odisea) hasta nuestro presente/futuro, para de nuevo volver a ellas, no sin dejarnos una serie de consideraciones y reflexiones. Sin duda, esta es una obra que se presta a relectura.
Me ha gustado también ver la cantidad de elementos que indican una profunda documentación por parte de los autores. Su historia no solo bebe de la Ilíada y la Odisea, sino que también hay una relevante referencia, por ejemplo, a Hesíodo y sus Edades —la de Aquiles es la de los Héroes, la nuestra la de Hierro o peor— y a muchos más elementos de todo el corpus legendario de estos personajes.
Me ha fascinado ver cómo Olivares representa de forma narrativa el escudo de Aquiles, tal y como se le describe en el Canto XVIII de la Iliada. Ese escudo es una narración y Olivares así lo entiende.
Luego, hay detalles que sorprenderán a quienes no conozcan muy bien la historia de Aquiles al margen de la Ilíada, por ejemplo, al verlo como mujer. No se lo inventa el guionista, ya que Aquiles estuvo disfrazado de mujer para no ir a la guerra (cosa de su madre) en la corte de Licomedes, hasta que llega Odiseo y lo descubre. Además, se hacía llamar Pirra que significa pelirroja y así lo representa Olivares en el cómic. Vamos, que hay detalles para los interesados en estas cosas para aburrirse.
Curiosamente, sí que hay en este aspecto algún elemento más controvertido, y que me ha hecho pensar en la película «Troya» de W. Petersen, hasta el punto de convencerme que los autores la han tenido presente. El primer aspecto es que en «La Ilíada», Aquiles autoriza a Patroclo a llevar su armadura, sabe que va a ir a luchar como si fuera él. En cambio, aquí es más similar a la película. En el cómic Aquiles se niega y es cosa de Patroclo, pero eso no encaja con la fidelidad del personaje que no haría nada sin consentimiento de Aquiles. Y luego otro punto; es que al igual que en la película, los dioses tan presentes en la Ilíada, no aparecen, con la excepción de Tetis. Supongo que forma parte de la idea de los autores de no desplazar responsabilidades humanas a los dioses.
También es muy interesante la caracterización que se hace de Aquiles y cómo se diferencia entre lo contado y embellecido por el aedo, por Homero, y lo que los autores del cómic quieren que sea. Al fin y al cabo es su historia, aunque también sea la nuestra y la de todos.
Me ha gustado también que al margen de su carga épica, dramática e incluso moral o reflexiva, hay espacio para el humor. Un humor que se atreve incluso a burlarse de cierta característica de la Ilíada, o de figuras heroicas como la de Ajax.
Antes hablaba de Vanguardia a nivel visual pero creo que también es aplicable a nivel de guión. En su ensayo «L’artiste, le savant et l’industriel», donde aparece registrado por vez primera el término Vanguardia, Secante Rodrigues dice: «el poder de las artes es de hecho la forma más inmediata y rápida para la reforma social, política y económica.» Y viendo cómo en «La Cólera» se articula un relato desde nuestro pasado más fundacional hasta nuestro presente y futuro, observamos algo de eso. De llamada a la reflexión sobre aquello que somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
Podría extenderme mucho más en el comentario de esta obra, pero lo dejaré aquí. Creo que ya ha quedado manifiesto que me ha encantado, que me parece un portento visual e interesante como historia. Los que veáis que puede convenceros el dibujo, y queréis una historia a camino entre lo clásico y lo contemporáneo, no lo dudéis pues es una obra muy recomendable, avalada además, por premios como Mejor Obra Nacional en los Premios del Cómic Aragonés 2020 o Mejor Obra Nacional en los Premios de la Crítica de Dolmen 2020.