Reseña de Cómic
¡Universo!
de Albert Monteys
Editorial: Astiberri
El hype es algo de lo que nadie está completamente inmune. Obras o autores que en un principio no te llamaban la atención o que habías postergado en la lista de compras, de repente empiezan a sonar por todos lados y crean una necesidad que al final has de llenar. El problema es que con demasiada frecuencia el hype no está a la altura de las expectativas y conlleva decepciones. Sin embargo, esto no ha ocurrido con «¡Universo!» de Albert Monteys.
Monteys es un clásico del cómic nacional y del que guardo un buen recuerdo. Su «Mondo Lirondo» junto a otros dibujantes que hoy día son pesos pesados del humor gráfico nacional es una obra básica y ya clásica del humor español. Y su «Calavera Lunar» es una obra divertidisima de humor surrealista que todo el mundo debería leer. Ambas las tengo y las aprecio en su justa medida pero con el paso de los años uno va afinando sus gustos y sus preferencias y lo cierto es que Monteys no encajaba en estas.
Pero cuando anunciaron que sacaban ¡Universo! (la obra que se publicaba en digital en Panel Syndicate) en formato físico no me llamó la atención y lo dejé pasar. Pero, de repente, todo el mundo se volvió loco y cada reseña que leía por internet la elogiaba unánimemente. Así que, al final me animé y, después de leerla un par de veces, éstas son mis sensaciones.
Gráficamente nos encontramos a un Monteys mucho más pulido que en su etapa en Mondo Lirondo o en sus primeros experimentos como autor completo. Un trazo muy limpio, una seguridad a la hora de abordar la página que denota que la experiencia es un grado y, sobre todo, una capacidad para plasmar con la misma facilidad un paisaje futurista, una escena de época o una viñeta de puro surrealismo lisérgico. Si os preocupa el dibujo o su calidad, perded cuidado.
Un elemento que hay que resaltar a la hora de valorar el dibujo es el formato; esta obra fue originalmente publicada en digital y pensada para leer en tablet, así que se publica en horizontal, lo que obliga al dibujante a buscar soluciones narrativas no convencionales y, desde ese punto de vista, Monteys sale más que airoso, con una narrativa fluida y algunos hallazgos visuales notables.
El guión es lo que puede que provoque más dudas. Después de todo, Monteys es un autor que se ha caracterizado por el cómic de humor y cierta denuncia social y esta es una obra que se anunció como de ciencia ficción, que si bien no es un campo desconocido para el autor, lo cierto es que nunca fue su tema central sino, más bien, un trasfondo para las historias de humor que le caracteriza.
De nuevo, Monteys sale victorioso. Con unas historias que, si bien fluctúan en cuanto a la calidad, ninguna baja del muy bueno, llegando a sobresaliente en ocasiones, como la historia de la creación del universo o la de la chica que vive el tiempo por adelantado.
Así que, aunque el autor no puede renunciar a sus orígenes y constantemente lleva su historia a lugares donde se encuentra cómodo, es decir, el humor y la crítica social, repartiendo estopa al consumismo, la relaciones amorosas o la religión, lo cierto es que los conceptos que maneja son pura ciencia ficción. Y de la buena. Aquella que te deja pensando, una vez terminada la historia.
En cuanto la edición, es buenísima. Tapa dura con papel poroso de buena calidad y una reproducción magnífica. Por supuesto, sin los errores típicos de traducción o edición que encontramos en otras editoriales y a un precio muy ajustado. En relación calidad/precio Astiberri es, probablemente, la editorial que mejor edita en España en estos momentos.
Nada más que añadir, un muy buen cómic. Quizá no imprescindible, pero que disfrutará cualquiera que le de la oportunidad y, aunque se hace corto, —y es que las páginas se devoran como las palomitas en una buena película— tiene muchas relecturas en el futuro.