Reseña de Cómic
Marvel Saga: Daredevil de Mark Waid
de Mark Waid, Paolo Rivera y Marcos Martín
Jesús Mateos
Editorial americana: Marvel
Contenido original: Daredevil 1-6 (2011)
Editorial española: Panini
Guión: Mark Waid
Dibujo: Paolo Rivera y Marcos Martín
Cartoné. Color. 168 páginas. 15 €
ISBN: 978-8-411-01297-3
El Daredevil encapsulado en este Marvel Saga de Mark Waid 1 es sencillamente sublime, lleno de cambios vitales y necesarios para evitar una posible sobreexplotación del personaje. Un cambio de paradigmas tanto en las historias y el tono; como en la narrativa y secuencias visuales del Hombre sin Miedo.
No nos engañemos, de forma general los 25 Marvel Sagas anteriores han llegado a cotas de calidad muy muy altas y la media de lo que habíamos leído era de notable alto. No en vano contábamos con autores premium como Brubaker, Michael Lark, la dupla Bendis-Maleev en el principio, o Diggle-De la Torre al final. Pero incluso de lo bueno se cansa uno.
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Notemos como el denominador común de todos ellos ha sido el de «vamos a echar más mierda a la vida de Matt». Y es que con cada tebeo nuestro abogado invidente pasaba las de Caín para sobrevivir a la siguiente historia. Cada vez más personal, más siniestra, más llena de horror personal y más violenta.
Y llega un veteranísimo Mark Waid, que ha jugado con todos los juguetes tanto de Marvel como de DC, y dice: «vamos a rescatar al Daredevil más primigenio». Haciendo un punto y a parte, empieza a construir un nuevo status quo para nuestro leguleyo favorito.
No es ningún mefistazo, ojo. No se ignora mágicamente el pasado del personaje. Todo lo contrario, sencillamente lo vuelve a sus verdaderos orígenes históricos como justiciero desenfadado y alegre, más injertado en el universo Marvel y quizá con un toque «camp» que le sienta fenomenal, así es como era en los 60. Un back to basics con categoría.
De verdad que puedo entender que haya gente que le horrorice el cambio, pero considero que es como abrir las ventanas, limpiar y airear tu casa después de una gran juerga nocturna: es algo necesario y bienvenido.
Tenemos un Matt Murdock que por fin sonríe a la vida, encantador, charlatán, mujeriego y alegre. Y un Daredevil que se enfrenta a enemigos poco usuales para él como Victor Mancha o Klaw, por ejemplo. Los secundarios siguen siendo imprescindibles empezando por un preocupado y currante Nelson o por chicas con las que Matt tendrá su tira y afloja; como la ayudante del fiscal Kirsten McDuffie, que sigue pensando que Matt es Daredevil.
Insisto: no se ha borrado nada de la vida de Diablo Guardián. Tanto es así que la gente, al seguir pensando que Matt podría ser Daredevil, no quiere verse en los tribunales con ellos como abogados. Por tanto, veremos cómo unos inteligentes Nelson y Murdock cambiarán de estrategia comercial para centrarse en preparar a sus clientes para su auto representación en los tribunales. La relación de Matt y Nelson es muy divertida y entrañable, me he reído cuando Matt le recrimina a Nelson sus hábitos alimentarios.
Cada caso judicial enredará a Daredevil de una forma u otra hasta que uno en concreto lo meterá de cabeza en una trama que seguirá de fondo, tanto en este tomo como en los siguientes, y donde veremos cómo las peores organizaciones del mundo querrán algo que tiene Murdock en su poder. Pero veremos que Daredevil se va quitando de enmedio a todos (temporalmente) con socarronería, labia y siendo más listo que todos los implicados.
El remozado no ha sido sólo en los guiones. Paolo Rivera y Marcos Martín han echado toda la carne en el asador y han apostado por dar un toque nuevo y personal a la hora de mostrar cómo Matt ve (o no ve) el mundo. Sencillamente sublime.
Desde la elección de colores planos y con poca degradación, al uso de miniviñetas para enfatizar algo que alerta a los sentidos aumentados de DD. Rivera y Martín se mueven como peces en el agua tanto a la hora de narrar conversaciones, como paseos por Nueva York, como grandes peleas. Concretamente la del Capitán América contra Daredevil en el segundo número es una bomba de acción, golpes y saltos.
En definitiva, hablamos de un tomo lleno de vitalidad, alegría y jovialidad. Mark Waid entiende cómo son los súper héroes y lleva a Daredevil a ese meritorio lugar otorgado a los grandes.
No es ya un luchador de barrio (que también), sino que le da toda la atmósfera y ambiente propios de las grandes historias llenas de virtudes heroicas. Matt está en un gran momento y nosotros los lectores nos alegramos con él. Compra ideal, tanto para los que empiezan con el personaje, como para los veteranos que queríamos una evolución.