Reseña de cómic
Giant
de Mikaël
Ivan García
Editorial original: Dargaud (Francia)
Edición española: Norma Editorial
Guion y dibujo: Mikaël
Tapa dura: 132 páginas. Color.
ISBN: 978-84-679-3447-2
26 €
En la primera mitad del siglo XX, la ciudad de Nueva York se volvió uno de los centros mundiales de la industria, el comercio y las comunicaciones. Hasta el famoso Jueves Negro, el 24 de octubre de 1929, día en que La Bolsa de Nueva York se hundió y dio paso a la Gran Depresión, una crisis económica que se extendió por el mundo debido a la dependencia del dinero estadounidense.
Pero llegan los años 30 y, a lo largo de esta década, los rascacielos aparecen como champiñones en la gran ciudad. La familia Rockefeller, habiendo hecho fortuna con el petróleo, se lanza al sector inmobiliario erigiendo un gran complejo de rascacielos.
En un momento en que la mayoría de los neoyorquinos se alimentan en el comedor social, un grupo de irlandeses que han venido a vivir el sueño americano hacen equilibrios sobre vigas de acero a varias decenas de metros del suelo, por poco más de un dólar la hora.
Estos hombres que llegaron a buscar fortuna desde el otro lado del Atlántico y acabaron viviendo en condiciones lamentables, para así poder enviar la mayor parte de su sueldo a casa y mejorar las condiciones de vida de sus familias.
Mikaël se inspira en la icónica imagen de unos trabajadores sentados en unas vigas de un rascacielos durante un almuerzo, una de las fotografías más famosas de la historia. Esa imagen fue tomada en Nueva York, el 20 de septiembre de 1932, en plena Gran Depresión, y en ella aparecen once obreros sentados sobre una viga de hierro en el piso 69 del edificio RCA del Rockefeller Center, a 259 metros de altura.
La historia empieza con Dan Shackleton, un joven novato sin experiencia que se unirá al equipo de Giant, un enorme irlandés sin mucha conversación, para reemplazar a un miembro del equipo que murió unos días antes en un accidente laboral.
Cuando un trabajador fallece, cada equipo de trabajo debe encargarse del funeral y de notificar a la familia la terrible noticia. En este caso, es Giant quien está a cargo de notificar a la familia así como de pasarles la módica pensión otorgada por el sindicato de trabajadores metalúrgicos.
Giant, aparentemente sin familia, no logrará anunciar la noticia y se hará pasar por su colega fallecido ante su familia, escribiéndoles cartas y enviándoles dinero con frecuencia. Un juego peligroso que bien puede volverse en su contra…
A partir de este punto es mejor que no sepáis nada más, y conozcáis la historia por vosotros mismos, leyendo esta delicia de cómic, editado por Norma Editorial en una elegante edición que contiene los dos álbumes franceses que reúnen esta historia.
Como autor completo Mikaël también se encarga de la parte gráfica, uno de los puntos fuertes de la obra. Con un minucioso diseño de entintado semirrealista, refinado y equilibrado, que se complementa de manera perfecta con tonos ocres y sepias, coloridos propios de postales y fotografías de principios del siglo XX.
La distribución de viñetas no es uniforme, composiciones de páginas desiguales con algunas completamente mudas, que se bastan por sí mismas, sin necesidad de apoyos de texto.
Hay que destacar el magnífico trabajo de investigación de la arquitectura, que transcurre a través de vistas urbanas, con sus calles estrechas, bares y, por supuesto, edificios, con una espléndida representación de los rascacielos.
Giant es una obra que narra una historia humana, dramática y sensible, pero da la sensación que la historia se queda corta, que no es lo más importante de la obra. Destaca más la vida cotidiana y rutinaria de sus protagonistas, como la de Giant, donde durante la narración se desvela paulatina y sutilmente su pasado, y como este representa claramente una carga que vive en silencio.
Con un tremendo talento para representar las atmósferas brumosas y la miseria de la época, nos convoca al Nueva York de la Gran Depresión, la Ley Seca, la inmigración, la lucha de clanes entre italianos e irlandeses, y la altura vertiginosa con vistas a Manhattan, durante la construcción del Rockefeller Center.
El apartado gráfico es soberbio, y el uso del efecto fotográfico sepia realza muy bien la New York de principios de siglo y sumerge al lector aún más profundamente en ese período de tiempo y en el corazón de la historia.
Echadle un vistazo, este cómic se merece una oportunidad como la tuvieron sus valientes protagonistas funambulistas de rascacielos.