Reseña de Cómic
Marvel Must Have. El Guantelete del Infinito
de Jim Starlin, George Pérez y Ron Lim

Jesús Mateos


Editorial americana: Marvel
Contenido original: The Infinity Gauntlet 1-6

Editorial española: Panini
Guion de Jim Starlin
Dibujo de George Pérez y Ron Lim
Cartoné. Color. 272 páginas. 15 euros
ISBN: 9788413346083

La línea Marvel Must-Have lleva trayéndonos grandes alegrías al menor precio que hay actualmente en el mercado. Bajo el cobijo de esta línea tenemos a la cósmica serie El Guantelete del Infinito de Jim Stalin, George Pérez y Ron Lim.

Una buena miniserie de seis números de principio de los 90 donde se dan cabida desde las entidades más poderosas de la editorial (que no desvelaremos para no incurrir en sorpresas que amarguen la lectura) hasta los héroes más callejeros, como Spiderman o Capa, para tratar de vencer a un todopoderoso Thanos borracho de poder.

Aún contando con grandes héroes entre sus filas, la principal oposición del implacable Thanos recae sobre los hombros de Warlock y Estela Plateada: los dos personajes más representativos del lado cósmico marvelita después del fallecimiento del Capitán Marvel a manos del propio Starlin casi una década antes. Y, a pesar de todo, el gran protagonista aquí sigue siendo Thanos.

La epopeya cósmica de destrucción, caos y poderes más allá de la comprensión sólo se explica por uno de los deseos más humanos y terrenales que puede albergar el negro corazón del titán: el amor. Pero un amor retorcido y cruel, que guarda sobre la Muerte, en mayúsculas.

La muda entidad de la Muerte se muestra impasible ante las cotas de crueldad y destrucción que Thanos hace porque cree que podrán conmoverla. Thanos sólo quiere ser digno consorte de la Muerte, y como plan para ganarse el afecto de la inmisericorde entidad, destruye sin miramientos la mitad de la vida en todo el Universo 616.

El caos y destrucción son bien plasmados con dramatismo en las viñetas dedicadas a observar la incomprensión de los seres vivos ante lo que les ha pasado. Los daños colaterales también toman sus víctimas en los héroes de la Tierra. Los grandes imperios cósmicos, se echan la culpa mutuamente sin saber verdaderamente qué les golpeó. Y, a pesar de todo, Muerte no cede a las retorcidas formas de “afecto” de Thanos, lo cual enloquece más, si cabe, al ya conocido como titán loco.

En este tebeo lo que vamos a ver es un recital de ideas llevadas al extremo que se entrelazan y son bien explicadas mediante las acciones de los personajes: la locura de Thanos, la pasión de Estela Plateada, el rechazo de la Muerte, el heroísmo del Capitán América, el deber de Lobezno y Hulk, el orgullo de Galactus y el Doctor Muerte o la perfidia de Mephisto.

Estamos ante un tebeo de ideas y sentimientos llevados al límite, cosa que permite al lector conectar con al menos una o varias de las posturas de nuestros héroes y villanos: ¿Quién no ha sufrido algún rechazo o ha tenido que rechazar a alguien que no quería? ¿Quién no ha hecho lo que estaba en sus manos por su familia o amigos? ¿O quién no se ha aprovechado ante una situación ventajosa?

Jim Starlin pone un disfraz cósmico a la psique y drama humanos y los desgrana con habilidad. Lo que sucede cósmica e íntimamente al todopoderoso Thanos, es lo que se hace a sí mismo: ante la omnipotencia, sólo él mismo podría ser su propio enemigo. Quizá aquí reside el motivo por el que el tebeo me haya gustado tanto: no soy muy fan de lo cósmico ni de planos superiores pero los sentimientos descarnados es algo con lo que puedes empatizar.

Afortunadamente la resolución del conflicto no recae en algo que podría parecer simple como cuando el Doctor Muerte obtuvo los poderes del Todopoderoso en las Secret Wars originales, pues el problema continúa incluso después de la caída de Thanos.

El tebeo está lleno de momento muy épicos, como ese cara a cara de Lobezno y el Capitán América contra Thanos, la carrera de Estela Plateada o las muertes de algunos personajes. Habiendo leído este tebeo después que las películas de los hermanos Russo Infinity War (2018) y End Game (2019) es cuando caigo en que algunas de las escenas y eventos que tanto disfrutamos son calcadas al tebeo: el chasquido con el guantelete, la caída de Hulk (Estela en el tebeo) en el Sancta Sanctorum del Doctor Extraño o la armadura de Thanos sirviendo de espantapájaros, entre otras.

Aunque la historia es épica y mole mucho (perdónenme la expresión de andar por casa) lo mejor del tebeo es el gustazo de ver a un George Pérez en estado de gracia que completó los cuatro primeros números y que lo siguió un Ron Lim impecable al seguir de alguna manera el estilo marcado por Pérez.

Es que describir la labor de Pérez no es tarea fácil: un hombre cuyo trabajo es muy detallista, reconocido en el medio por meter a muchos personajes en una viñeta y que queden todos perfectamente retratados, con una narración fluida y dinámica como pocos.

Difícilmente vemos una estructura de página repetida y es que suceden tantas cosas en este tebeo que el bueno de Pérez se preocupa de describir cada una de ellas con el número de viñetas adecuado. No sé cómo lo hace, pero imbuye de majestad y poder a los personajes que desprenden esas cualidades, cuando el Doctor Muerte o Hulk está rodeado de otros héroes no es como si Spiderman o Cíclope lo estuvieran. Las expresiones de Thanos son fantásticas y eso que a priori tiene una cara hierática.

Y Ron Lim, un poco más noventerista, con personajes un poco más musculados pero sin los míticos dientes apretados, sigue la estética marcada por Pérez, lo cual es un salto cualitativo en su trabajo. No le resto un ápice de crédito, también tiene algunas escenas de mamporros muy buenas con Thor, Drax y Hulk o cuando Nébula se enfrenta a todas las entidades cósmicas en una doble página de muy buena factura.

Y en lo relativo al arte del tebeo, sin querer “abrir este melón” y sin querer que los más puristas me tiren piedras, creo que este es un tebeo idóneo para pasar por el colorista de turno y que obtenga un coloreado digital más actual.

Las viñetas del espacio, explosiones estelares, y las sombras y brillos de Warlock, Estela o el Doctor Extraño ganarían mucho después de pasar por “chapa y pintura”. Siendo una obra de los 90 se quedó a las puertas de que este tipo de coloreado le llegara y creo que le sentaría bien una versión así, pero este debate será para otro día.

El Guantelete del Infinito tiene todos los ingredientes que debe tener un gran tebeo: héroes ante lo imposible; villanos sibilinos; drama familiar (¿no he mencionado a Starfox?); un plan intrigante de un antihéroe como Warlock; explosiones cósmicas; mamporros de los pesos pesados; “Luz, Fuego y Destrucción” y hasta tiene su tiempo para la introspección personal.

Si te ha gustado, como creo que sí, las películas de los hermanos Russo, no dejes la ocasión de leer este gran tebeo, que sería sin duda una gran adición a tu biblioteca.


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