Reseña de Cómic
Inhumanos
Guión de Carlos Pacheco y Rafael Marin
Dibujo de Jose Ladronn y Jorge Pereira Lucas
Los Inhumanos han sido uno de los conceptos más interesantes del Universo Marvel. Una raza de superhumanos que viven aparte de la humanidad en una ciudad escondida. Cada uno de ellos diferente al resto y cada uno con una habilidad específica, una genialidad salida de la cabeza de Stan Lee y Jack Kirby en su mejor momento y que aunque nunca habían pasado de ser invitados especiales o protagonistas de series cortas, tenían una magia y un misterio que hacía que siempre que aparecían en un cómic el interés se disparase.
En la Marvel de la década de los 2010 todo esto se acabó; el intento de convertir a los Inhumanos en unos mutantes de segunda —efecto colateral, dicen las malas lenguas, de la lucha de Marvel Studios y Fox por el control de los derechos cinematográficos de los mutantes— dio un lustro de sobre explotación de los personajes en series de discutible calidad. Pero antes de todo eso hubo un par de historias que consiguieron captar todo el interés y la grandeza de los personajes, una fue la serie limitada de Jenkins (aquí su reseña), de la que ya hicimos reseña anteriormente, y la otra es esta.
Los Inhumanos de Pacheco, Marin, y Ladronn es una rareza. En primer lugar, por ser la primera vez que unos guionistas españoles pudieron jugar con personajes Marvel en una serie oficial (luego los dos primeros se harían cargo de Los 4 Fantásticos) y segundo por la estética y el formato de esta obra, qué podría pasar perfectamente por europeo, sobre todo en la edición española, publicada en un álbum de tapa dura y formato grande y con unos dibujos de Ladronn que parecen sacados de la Metal Hurlant.
¿Y qué nos encontramos aquí? Pacheco y Marín hacen gala de su conocimiento enciclopédico del Universo Marvel, pero en lugar de darnos una aventura típica de los personajes, los llevan en la dirección totalmente inesperada, rescatando su origen Kree y contándonos una aventura espacial —que se adelantó decadas a eventos como Guerra de Reyes— y que pone a los personajes en una situación absolutamente inédita en su historia, sin que ello suponga la pérdida de su esencia, mezclándolos en una trama que engloba a los Shiar, los Kree y el juego de tronos cósmico Marvel.
Por si eso no fuera suficiente, Pacheco reivindica al personaje de Star Lord, aunque de eso no nos damos cuenta hasta la última página. Pero hablamos del Star Lord de verdad, la versión de Byrne, no el que nos ha impuesto el cine, un personaje plano y sin gracia escrito por Bendis. Sólo por eso merece la pena este tomo.
Pero es que, además, la historia funciona como un reloj. Una aventura espacial con varios giros inesperados que sorprenden incluso al lector más veterano y que tiene un dibujo simplemente INCREÍBLE.
Y aquí voy a hacer un punto y aparte para hablar de ese dibujo. Pocas veces podemos ver algo parecido en Marvel. Parece sacado de un cómic de ciencia ficción europeo. El trazo, el color, el detallismo, la estética… cuando lo abres, lo primero que se te viene a la cabeza es Moebius o Juan Giménez. Tienes que cerrarlo y mirar la portada un par de veces para asegurarte de que está el logo de Marvel.
Ladronn hace un trabajo soberbio y, aunque no pudo acabarlo porque las fechas de entrega se le echaron encima, su sustituto Jorge Pereira Lucas logra mimetizar su dibujo hasta tal punto que parecen el mismo.
En resumen, una joya. Algo que muy pocas veces podréis ver en Marvel, y dado la deriva de la editorial los últimos años, menos todavía.
Una obra más recomendable en todos los sentidos.