Reseña de Cómic
Green Lantern Green Arrow
de Dennis O’Neil y Neal Adams
Jesús Mateos
Editorial americana: DC
Contenido original: Green Lantern 76-87 y 89 USA, The Flash 217-219 y 226
Editorial española: ECC
Guión: Dennis O’Neil
Dibujo: Neal Adams
Cartoné. Color. 368 páginas. 33,50€
ISBN: 978-84-17106-05-8
Tenemos ante nosotros una de las obras que forjó el cómic de la década de los 70. Una obra que expandía los límites propios de las historias de súper héroes. Y todo esto lo hacía adentrándose en el día a día del estadounidense medio. ¿Cómo? dejaba atrás el espacio y la tónica de ciencia ficción cósmica de Green Lantern y ponía al héroe esmeralda en el barrio y la calle propia del arquero deceíta.
Lo más atrayente de la obra al principio (y sólo ya por esto se merece que se compre) es el arte de Neal Adams. Es portentoso. ¡Qué trazos, qué plasticidad! Es un maestro con el lápiz tanto a la hora de plasmar las peleas (magníficas las llaves de Canario Negro), así como los pueblos y escenarios por los que nuestros dueto van a vagar.

No quiero pararme a describir el arte de Adams pero es por méritos propios uno de los mejores dibujantes que el medio ha producido. Y es que todo lo que se diga de la secuenciación, narración, de las viñetas o del detalle más pequeño es bueno. En este sentido es una obra redonda.
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En cuanto al guión de O’Neil, hay mucha gente que ha argumentado que ha envejecido regular. Cuando se publicó esta saga, fue por méritos propios muy rompedora, de eso no hay duda. Pero hay conflictos o tratamientos que en el siglo XXI ya se han quedado atrás. El tratamiento sobre la drogadicción por ejemplo, que ocupa los números finales, es el que más acusa este problema. Los otros dilemas morales que van apareciendo a medida que pasan los números entre el arquero y el policía espacial, siguen estando vigentes.

Por una parte, tenemos a Hal Jordan con un poder minimizado (no desvelaremos el porqué) descubriendo su papel como héroe. En un mundo lleno de grises era el paso a la madurez de las historietas de súper héroes. Lantern es el personaje conservador.
Por otra parte, su compañero de fatigas Oliver Queen, hace de contrapunto moral: el progresista. Las discusiones entre los dos sobre cómo solucionar un conflicto es francamente muy divertido. Incluso cuando las formas de encarar los problemas sean muy inocentes o muy expeditivas al final suelen resolver el conflicto aún sin ponerse de acuerdo.

También es muy llamativo la forma de presentar historias donde los héroes pierden al no poder resolver el problema existente, aún venciendo al villano de turno. El paro, la pobreza, los conflictos raciales no se solucionan ni con el arma más poderosa del universo. No en vano, hablamos de una «road movie» en la que cuando lleguen a su destino no serán las mismas personas. Pues incluso Flecha Verde, que hace de «Pepito Grillo», también cambia gracias al aporte de Hal. La sinergia es constante y muy bien gestionada.

Por último mencionar también a varios secundarios importantes como son Canario Negro, John Steward y los Guardianes. La primera es la más importante, y tiene un papel de aliada muy potente. Su tira y afloja en la relación con Oliver servirá como pistoletazo de salida para algunas historias. John Steward es presentado aquí, y me ha sorprendido ver el humor y la pillería más «macarrilla» que destila en contraposición al Steward post Crisis: más serio y hierático. Mientras tanto, uno de los Guardianes, acompaña al dúo para aprender de la experiencia de recorrer EEUU. Vendría a ser como el escriba que recoge las enseñanzas éticas.
En definitiva, este conjunto de historias es un clásico entre aquellos que disfrutamos con las historias míticas. Es una lectura llena de acción episódica, conflictos éticos y su pizca de humor y drama. Un paso a la madurez del medio con un dibujo sobresaliente en todas sus facetas. Merece la pena su compra.