Reseña de Cómic
Amor loco
Edición original: DC Comics
Edición española: ECC
Guion y dibujo: Paul Dini y Bruce Timm
Si haces un poco de memoria, porque en asuntos del corazón con lo justo vale, seguramente recuerdes a alguna persona que no te supo querer como debía. Que no te respetaba. Que no respondía a tus llamadas. Que te dejaba en evidencia en público. Que te engañaba. Que, en definitiva, te hacía sufrir porque podía. Porque se lo consentías. Porque sabía, y quizá, en el peor de los casos, todavía sabe, que nunca le ibas a dejar tirado.
A todos nos ha pasado y todos, o casi, lo rememoramos con una viveza inusual. Por mucho tiempo que haya pasado y muchas personas que hayan llenado ese vacío. El mal amor, por llamarlo de algún modo, se ha convertido en una suerte de rito de iniciación por el que se debe pasar en algún momento. Un trance que ha servido, a su vez, para crear algunas de las obras literarias más reconocidas de siempre. Desde «El amor en los tiempos del cólera», de García Márquez, hasta «Rayuela», de Cortázar. También para darle forma al cómic y al personaje que nos ocupan: «Amor loco» y Harley Quinn.
Cuando Bruce Timm y Paul Dini, entre otros, presentaron al mundo a la loca amante del Joker en “Batman: The Animated Series”, no tenían la menor idea de la enorme popularidad que conseguiría el personaje con los años. No pasó demasiado tiempo, no obstante, antes de que vieran su potencial y decidiesen convertirlo en recurrente dentro de la serie. Llegados a este punto, los autores comenzaron a estudiar la posibilidad de crear una historia de origen de Harley en la que se emplease el cómic como soporte.
«Paul (Dini) me mencionó un día informalmente que se le había ocurrido un origen para Harley Quinn. ¡Resultaba que la payasa chiflada había sido la psiquiatra del Joker! Me pareció un giro fenomenal y le sugerí que contáramos la historia en un cómic en vez de en un capítulo de la serie de televisión. Obtuvimos el visto bueno de DC y trazamos el argumento a lo largo de varias comidas y cenas», recuerda el dibujante Bruce Timm en el volumen «Batman: Amor loco y otras historias» (ECC), donde se pueden encontrar varias obras basadas en la serie animada del murciélago.
Entre las páginas del “one-shot”, que vio la luz en 1994, los autores muestran un personaje muy diferente al actual icono feminista fabricado por Detective Comics. Siguiendo la estela de la serie de televisión, Dini y Timm crearon una Harley Quinn completamente anulada por el amor. Obsesionada por restañar la grieta que la separa de un Joker inmerso en su cruzada contra Batman. En la búsqueda de una solución al problema, la payasa llega a la conclusión de que todo terminará cuando el Caballero Oscuro desaparezca, definitivamente, de la ecuación.
Mientras Harley busca la forma de librarse del murciélago, Dini y Timm van mostrando retazos de su origen. Desde su tiempo como Harleen Quinzel en la Universidad Estatal de Gotham -donde se graduó en psicología manteniendo relaciones con el profesorado- hasta su aterrizaje profesional en Arkham. La joven cruza la puerta del manicomio con la ambición de escribir un libro que la proporcione fama y dinero. Un plan que se trunca cuando comienza a tratar al Joker. Según pasan las sesiones, el payaso va ganando influencia en la doctora. A los pocos meses, no queda nada de Quinzel. Solo Harley Quinn recostada en un diván.
Lo que ocurre después, atendiendo a la obra y a la serie animada, es una historia de maltrato arquetípica. Tan dura en su argumento que contrasta tremendamente con el dibujo tipo “cartoon” cultivado por Timm. Los únicos momentos en los que el Joker muestra un auténtico afecto hacia Harley se encuentran en la imaginación de la protagonista. En los impases entre desprecio y desprecio en los que se entretiene pensando en el futuro dorado que le aguarda a la pareja el día que Batman no esté. Algo que, como explicábamos, le ha pasado, en mayor o menor medida, a más de uno y de dos en el mundo real.
Sea como fuere, hacia el final de la obra los malos tratos del Joker llegan a su clímax. Por un momento, parece que Quinn se quita la venda de los ojos y decide desandar el camino recorrido. Que dejará al payaso tirado y recuperará la vida a la que renunció por él. Sin embargo, como explica Dini, pegar un volantazo de este tipo nunca es fácil. Especialmente cuando el amor es loco: «Todos lo hemos hecho. Todos hemos elegido a la pareja que no toca, nos han hecho daño y, con suerte, hemos salido de la experiencia siendo más sabios. Pero hay algunos que, aunque afronten una decepción constante, siguen creyendo que la intensidad de su deseo se verá recompensada, al final, por el premio gordo del afecto».
Tuvieron que pasar muchos años para que Quinn terminase su relación con el Joker y comenzase a recorrer su camino en solitario. Actualmente podemos verla dando tumbos por varias series de DC. Alejada, más o menos definitivamente, de la sombra del payaso. Llama la atención, especialmente, la versión madura e inteligente del personaje que está proponiendo Sean Murphy en su «Batman: Caballero blanco» (ECC). Sin duda, una de las colecciones más interesantes de la Detective Comics actual. También merece un vistazo el reciente «Harleen» (ECC) de Stjepan Šejić, donde el autor croata reimagina el origen del personaje.