RESEÑA DE CÓMIC
Essex County
Editorial Española Astiberri
Guion y Dibujo Jeff Lemire
Jeff Lemire es uno de los autores más populares del momento, siendo un guionista prolífico, versátil y eficaz que se maneja con solvencia en cualquier género: lo mismo escribe una historia de superhéroes (Green Arrow) como una de ciencia ficción (Descender), que una de terror (Gideon Falls) o un drama costumbrista (Royal City). Pero siempre hay una constante: todas sus obras tienen un nivel de calidad muy alto.
Essex County es un cómic que, a priori, no me interesaba demasiado ni por su temática (drama costumbrista rural canadiense) ni por su dibujo. Pero es tal la confianza que tengo en este autor, que desembolsar 25 euros en esta obra no me parecía un riesgo.
La obra consta de tres historias que suceden a lo largo de varias décadas en el condado canadiense de Essex: “Los Cuentos de la Granja”, “Historias de Fantasmas” y “La Enfermera Rural”. Jeff Lemire es originario de esa zona y ello contribuye a que, durante las 500 páginas del cómic, las historias y los lugares resulten muy verosímiles para el lector, independientemente de que sepamos en todo momento que se trata de una ficción.
A continuación, una sinopsis de las historias, pero cuidándonos de no hacer spoilers, ya que la obra, en su último tercio, nos muestra todas sus cartas y nos depara algunas sorpresas.
“Los Cuentos de la Granja” es la historia de un muchacho huérfano que tiene que adaptarse a una nueva vida al lado de su tío en una granja, después de la muerte de su madre. Por su parte, “Historias de fantasmas” trata de la relación de dos hermanos que juegan profesionalmente al hockey, y sobre cómo ésta va mermando a través de las décadas. Finalmente, “La Enfermera Rural” —mi favorita— trata de una enfermera que dedica su vida a cuidar de su comunidad, cuya historia se complementa con un flashback en el que se narra la odisea de una monja en un orfanato de la zona hacia 1917.
Si Jeff Lemire es una celebridad en el mundo de los cómics es gracias a su faceta de guionista, y no por su trazo. Sus dibujos dependen exclusivamente del conjunto: si te gusta la obra, su estilo resulta sencillo y feísta, y si no te gusta, es llanamente feo y simple.
Pero para un dibujante no todo es hacer bonitas ilustraciones. Lemire es muy consciente de ello, y compensa con creces sus limitaciones a través de la narración y la composición de página. Sus viñetas fluyen igual que una película. Si algún día alguien adapta Essex County al cine, ya tendrá hecho el storyboard. Se nota que Lemire tiene formación cinematográfica en que, al contrario que muchos dibujantes/guionistas, evita los bocadillos o cajas de texto extensos en pro de una narración visual.
Sin desvelar nada importante de la trama, me gustaría destacar el momento que más he disfrutado: el de la monja caminando con los huérfanos por el bosque. Es corto, pero increíblemente atmosférico y aterrador; un excelente ejemplo de las habilidades de Lemire como narrador.
Leyendo los tres relatos por separado, el planteamiento narrativo es sencillo y efectivo; pero si se leen en conjunto, la totalidad se vuelve compleja, ya que en el fondo Lemire va tejiendo sigilosamente una historia, en la que solamente al final se puede apreciar la magnitud de la obra de ingeniería que resulta ser el guión.
Los protagonistas están dotados de mucha humanidad, lo cual refuerza la credibilidad de la obra. Lemire construye personajes que al principio pueden parecer sencillos, pero que a partir de pequeñas acciones visuales acompañadas de lacónicos diálogos, van creciendo capa a capa hasta terminar siendo viejos conocidos del lector, de modo que acaba resultando imposible no empatizar con ellos.
Concluyendo: esta obra es de las que deja poso. Hace una semana que la terminé, sigo macerándola y releyendo algunas páginas. Pese a tratarse de situaciones y personajes muy alejados de mi contexto vital, la historia apela a los sentimientos básicos de cualquier persona, siendo así muy accesible para cualquiera.
Lo irónico es que me daba pereza empezarla precisamente por la sinopsis y el dibujo, pero ahora mismo, si me preguntan, se trata de mi obra favorita de Jeff Lemire.