Reseña de cómic: Kick-Ass: La Chica Nueva
Guión de Mark Millar
Dibujo de John Romita Jr.
Editorial americana: Millarworld
Editorial española: Panini Cómics.
Sin lugar a dudas Kick-Ass es uno de los títulos más exitosos de los creados por Mark Millar. Sus tres miniseries y el spin off de Hit-Girl, así como las dos películas dirigidas por Matthew Vaughn y Jeff Wadlow son buena prueba de ello.
Tras un tiempo donde parecía que ya no volvería a esa parte de su particular universo, Millar sorprendió lanzando dos series regulares: la centrada en Hit-Girl y una nueva encarnación de Kick-Ass, que es la que nos ocupa hoy.
Esta vez el planteamiento da un giro de 180 grados y cambiamos al adolescente Dave Lizewski de la trilogía original por una mujer afroamericana, madre y soldado que reside en Nuevo México.
En el primer número nos presentan a modo de flashback a Patience Lee, sargento del ejército destinada en Afganistán donde se enfrenta a una peligrosa situación para a continuación presenciar su vuelta a casa, donde se encuentra una desagradable sorpresa que pondrá su vida patas arriba y la acabará forzando a enfundarse el traje verde, pero por unas razones distintas a las del bueno de Dave.
Y es que acuciada por necesidades económicas se acaba metiendo en problemas con las bandas criminales que controlan su ciudad, lo que acabará desatando una ola de violencia.
Millar sigue apostando por la acción, la violencia desatada y antagonistas peculiares y pasados de rosca con guiños incluidos al legendario Señor Lobo de Pulp Fiction y ciertas pinceladas de Breaking Bad, pero no desaprovecha la ocasión de dar un tono más adulto y serio que en arcos anteriores al tocar temas sociales y convertir poco a poco a Patience en una especie de Robin Hood que trata de mejorar las vidas de sus vecinos además de la suya.
Al dibujo volvemos a encontrar como en las miniseries anteriores a un Romita Jr. Que firma uno de los mejores trabajos de los últimos años, con páginas de muy buen nivel que hacen pensar en que tuvo más tiempo para trabajar en la serie. También el color contribuye a realzar notablemente el resultado final.
En conjunto estamos ante una lectura agradable que establece un buen punto de partida sobre el que contar nuevas historias, que correrán a cargo del contrastado Steve Niles.
Sobre el tomo, al igual que el resto del sello Evolution de Panini, tiene un tamaño mayor al de una grapa, lo que permite disfrutar mejor del dibujo, y se completa con las biografías de los autores y una galería de portadas alternativas.