Reseña de cómic: Giant Size X-Men (1975)
Guión de Len Wein
Dibujo de Dave Cockrum
Publicado por Marvel.

Ahora que Jonathan Hickman ha puesto patas arriba el universo mutante es buen momento para volver la vista atrás y recordar uno de los momentos claves de la franquicia.

Los X-Men nacieron en 1963 en plena efervescencia creativa de unos Stan Lee y Jack Kirby que no paraban de presentar nuevos y fascinantes personajes y conceptos que enriquecían mes a mes al todavía joven universo Marvel.

En un principio la serie iba a titularse The Mutants, pero el rechazo del editor Martin Goodman argumentando que los lectores no sabrían qué era un mutante propició que Stan Lee los rebautizase como X-Men.

X-Men #1

El cómic presentaba a una nueva raza dotada de poderes gracias a una mutación genética, algo que provocaba el miedo y la desconfianza en la humanidad en una nada disimulada referencia al racismo imperante en la década de los sesenta en Estados Unidos.

De hecho tampoco era nada casual el paralelismo entre el pacifismo del profesor Xavier y la beligerancia de Magneto, que reflejaba la postura de líderes sociales como Martin Luther King y Malcolm X.

El grupo de adolescentes protagonistas y la galería de villanos que poco a poco se fue creando auguraba un gran futuro a la colección, que quedó truncado cuando sus creadores la abandonaron tras apenas una veintena de números para centrar sus esfuerzos en otras series.

El sucesivo baile de autores condenó a X-Men a ser la serie con peores ventas de Marvel y ni siquiera la llegada del excelente Neal Adams apoyado por los sólidos guiones de Roy Thomas pudo evitar la cancelación de la serie.

X-Men de Neal Adams

Habría que esperar varios años de travesía por el desierto hasta que por fin y tras deambular por distintas colecciones los X-Men volverían a contar con una nueva oportunidad en su propia cabecera.

El concepto de la Segunda Génesis sugerido por Roy Thomas era rompedor para la época: una nueva alineación de mutantes sería presentada en un especial con la característica de que provenían de distintos países y representaban a varias razas y culturas. Marvel promoviendo la diversidad cuarenta años antes de que lo hiciera Axel Alonso.

La nueva formación

El pretexto para que esto sucediera fue la desaparición del grupo original en una misteriosa isla, lo que obligaba a Xavier a recorrer el mundo reclutando a nuevos mutantes para encabezar una misión de rescate liderados por Cíclope, que había logrado huir de la trampa donde habían caído sus compañeros.

Así en las primeras páginas se presentaba por primera vez a Rondador Nocturno, Tormenta, Coloso y Ave de Trueno a la vez que se reclutaba para la causa a viejos conocidos como Banshee y Fuego Solar y a un mutante canadiense que acababa de ser presentado por Len Wein en las páginas de Increíble Hulk y que respondía al nombre de Lobezno. Sin apenas tiempo para conocerse se lanzan a la aventura y deben aprender a trabajar como equipo superando sus diferencias.

Lobezno dimitiendo

Los encargados de poner de nuevo en el mapa al grupo fueron el guionista Len Wein, que además de sus trabajos para Marvel ha pasado a la historia como creador de La Cosa del Pantano, y el dibujante Dave Cockrum, recién llegado a la editorial tras salir de mala manera de DC por una disputa sobre sus páginas originales.

De hecho esa casualidad provocó que tres diseños de personajes que Cockrum tenía listos para ser presentados en la Legión de Superhéroes acabasen convertidos finalmente en Tormenta, Coloso y Rondador.

Estrenando trajes

Ambos autores consiguen en un especial lo que hoy llevaría al menos seis números: presentar a los personajes, mostrar su carácter y sus diferencias y narrarnos una aventura accesible para cualquier lector, independientemente de que conociese o no la historia anterior del grupo.

Es la hora de las tortas

Un cómic histórico cuya icónica portada ha sido homenajeada en incontables ocasiones y que se convirtió en un éxito que significó la primera piedra que cimentó la gloria que estaba por llegar, y es que tras unos pocos números Wein cedería el control total a un joven y prometedor guionista inglés llamado Chris Claremont que acabaría sacando petróleo de aquel puñado de personajes hasta llevar a los X-Men a convertirse en el cómic más vendido de la industria.

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