Hablar de Tellos es hablar de una época que ya no volverá y unos autores que ya no están entre nosotros (al menos uno de ellos)
La época, el final de los 90 y principios de los 2000. El lugar, Image.

LOS COMIENZOS DE UNA NUEVA IMAGE COMICS
Unos años y una editorial que habían dejado atrás las exageraciones anatómicas y los guiones vacíos y empezaba por un lado a renovar el género de superhéroes completamente con Stormwatch, Authority y Planetary y por otro a abrirse a otros géneros: aventuras, terror, ciencia ficción y fantasía heroica, pavimentando así el camino para el mercado tan diverso del que disfrutamos hoy día.
Los autores, Todd Dezago, un actor frustrado que había acabado como guionista (con bastante éxito tanto) en Marvel y DC, y sobre todo Mike Wieringo, uno de los dibujantes más queridos del mercado americano y cuya prematura muerte a los 43 años nos privó de su arte. Un talento capaz de fusionar la estética Disney, el anime y el cartoon más clásico con el Amerimanga (muy en boga aquella época) creando un estilo propio totalmente reconocible y que enamoraba a la vista.
HOMENAJE A LA LITERATURA DE AVENTURAS
Ambos autores se conocieron trabajando en Spider-man en una etapa aún recordada por los aficionados al personaje. Al final de la serie, decidieron crear algo por ellos mismos. Algo que se alejara del grim & gritty que había dominado los 80 y de los ya señalados excesos de los 90.
Su idea era volver al cómic de fantasía y aventuras que habían disfrutado de niños. Una historia que bebía sin disimulo de fuentes tan dispares como Aladino, el Señor de los anillos, la Historia interminable, la Isla del tesoro y muchas más. Y así crearon a Tellos, un mundo de fantasía formado por tierras y razas muy diferentes entre sí y que vive bajo la amenaza de un gran mal. Uno que solo puede ser derrotado por alguien especial que porte un objeto mágico que hará frente a la bestia.
La trama, como vemos, no es muy original. La típica historia del elegido fusionada con la de Aladino… pero funciona. Así, el joven huérfano Jarek encuentra un extraño medallón qué encierra en su interior al legendario Djinn, el único ser capaz de enfrentarse a Malesur, el villano qué amenaza con conquitar y destruir todo, por lo que ha de iniciar un viaje a lo largo y ancho de Tellos acompañado de su fiel compañero, el tigre humanoide Koj, viaje en el que encontrarán a aliados (la exótica capitana pirata Serra, el mago Tom) enemigos y peligros.
EL ARTE DE WIERINGO
La historia es entretenida, se lee de un tirón y está trufada de acción, luchas y mucho humor. Destaca por encima de todo el dibujo de Wieringo. Un dibujo que, como ya mencioné, fusiona diferentes estilos y en los que se ve clara la huella de dibujantes contemporáneos al autor cómo Humberto Ramos, Scott Campbell (sobre todo en los personajes femeninos) y sobre todo Madureira, cuya influencia en los rostros y el diseño de los personajes es patente.
Si algo se le puede achacar es un tono en excesivo juvenil, buscado totalmente por los autores, y unos derroteros en la historia que a los lectores veteranos les pueda sonar a lo ya leído muchas veces… Esto dura hasta el final, dónde un giro de guión lo cambia todo y da respuesta a pequeños detalles y momentos que habían salpicado la trama. Una trama que, años después, fusilaría Morrison punto por punto para una de sus obras.
Pero eso es otra historia.
La edición de Dolmen, buenísima, es un tomo integral que reúne los 10 números de la serie original, mas dos historias cortas; una de presentación de la serie al público americano y otra ahondando en el pasado de alguno de los personajes. A esto hay que añadirle un epílogo del guionista y un artículo exclusivo hecho para esta edición. Además de todo esto, por supuesto, portadas y páginas de extras en forma de ilustraciones y bocetos.
En conjunto una lectura muy agradable, entretenida y, sobre todo, muy bien dibujada. El cómic perfecto para regalar a un joven lector pero que quizás peque de demasiado previsible para uno más veterano.