Reseña de Cómic
Clandestine
de Alan Davis
Edición original: Marvel
Edición española: SD/Panini Comics
Los 90 fueron, nadie lo duda, una época convulsa y muy dura para Marvel. Si bien la década empezó con ventas estratosféricas (que nunca se han repetido) y con un dominio editorial aplastante en el panorama americano, a mitad de está década, con el abandono de sus principales estrellas y la necesidad imperiosa de mantener su cuota de mercado, Marvel cayó en una espiral autodestructiva que combinaba una calidad lamentable en la mayoría de sus series con una política de edición basada en crossovers, eventos y portadas alternativas para asegurar ventas y que dio como resultado una de las peores etapas de su historia.
Pero incluso en los momentos más oscuros surgen joyas. Y Clandestine es, quizás, la más brillante de estas.
Clandestine surge de la imaginación y del amor por el género de Alan Davis, uno de los mejores dibujantes de superhéroes que ha dado el mercado americano, con un limpieza en su trazo, un dominio de la anatomía, una expresividad y una clase que lo ponen en el olimpo de autores del género junto a otros como Buscema, Byrne, Pérez y Adams.
Pero es que además Davis se reveló como un gran guionista, alguien capaz de entender la mentalidad y la esencia de los personajes con los que trabajaba y, respetándolos, hacerlos evolucionar dentro del gran tapiz que era el Universo Marvel de la época, a la misma vez que lo ampliaba.
Estas características empezaron a despuntar en Excalibur, una colección surgida de la necesidad de la oficina mutante de ampliar el número de series mensuales y que su guionista original, Chris Claremont, situó en Inglaterra intentando alejar a sus personajes lo más posible del centro de las tramas de la época, buscando intencionadamente —sin conseguirlo, por supuesto— evitar interferencias editoriales.
Ese Excalibur original ya contaba con dibujos de Alan Davis y resultaba una colección entretenida pero excesivamente convencional en manos del patriarca mutante. Fue cuando este la dejó, cuando Davis se hizo cargo de la autoría completa de guion y dibujo (la mítica portada del número 4 de la colección con el bedel hablando directamente al público fue lo primero que escribió como profesional) cuando el título explotó realmente, convirtiéndose en una de las mejores series de mutantes de la época y la más diferente que ha habido, mientras que el dibujo del maestro mejoraba número a número.
Una vez terminada su etapa en Excalibur, Davis estaba en la cima de su popularidad y las ofertas le llovían. Podía haber hecho la serie que quisiera, pero él optó por volcarse en un proyecto de creación propia, algo dentro de su tan querido género de superhéroes, pero diferente. Y de ahí surgió Clandestine, en la que estarían todas sus señas de identidad; el humor, la interrelación de personajes, el cambio constante de entorno y localizaciones, etc.
Para empezar, desarrolló el título de forma que pudiera encajar perfectamente tanto en el Universo Marvel como en el DC. De hecho, recibió ofertas de ambas editoriales. Pero, al final, se decantó por incluir a su serie en el Universo Marvel. Algo de lo que luego se arrepentiría.
Planteó su historia en torno a un clan, el Clan Destine, una familia de seres con poderes y que han vivido durante siglos ocultándose de la humanidad, haciéndose pasar por humanos normales. Los orígenes de esta familia son muy antiguos y tienen poco que ver con los mutantes o los experimentos genéticos tan en boga en la época, y se irían revelando conforme avanzaba la colección. Básicamente eran unos personajes con una vida muy larga y cuyos miembros, ante la ausencia de sus progenitores, se criaban y cuidaban entre sí hasta alcanzar la edad adulta.
Son dos de estos miembros, los más pequeños de la familia, los gemelos Rory y Pandora, los que dan lugar a la acción. Criados como humanos normales en Inglaterra bajo la tutela del que creían su tío, descubren sus poderes y, como adolescentes admiradores de los superhéroes, comienzan a hacer lo que estos hacen: fabricarse unos trajes, patrullar, intentar formar un grupo etc. ante el horror de su tío, que solo quiere vivir una vida tranquila y oculta a ojos de los humanos.
A la misma vez que esto ocurre, somos testigos de la caza de diferentes miembros de la familia por todo el mundo, con el resultado de la muerte de algunos de ellos, lo que hace que el núcleo familiar se reúna para decidir qué hacer. Y así comienza la historia.
Es una serie de superhéroes modélica, en la que, aunque prima la acción, lo importante está en la interrelación y el desarrollo de personajes, así como en las subtramas: el origen de los poderes de la familia, el destino del hermano mayor, el de los padres, el misterioso enemigo… Y que se distribuyen por toda la historia, además de los secretos y misterios que mantienen al lector pendiente de la serie y que se irán descubriendo conforme esta avance.
Del dibujo, ¿qué decir? Simplemente está a otro nivel. Alan Davis en su mejor momento creativo, trabajando con unos personajes a los que se nota que tiene muchísimo cariño, con un trazo, una narrativa y unos diseños de página y personajes como pocas veces se le ha visto —salvo quizá en Killraven— convirtiendo la lectura en un auténtico deleite visual.
Por desgracia, la serie no tuvo suerte en ventas. Por un lado, la primera mitad de los noventa, con los Youngblood, Spawn y demás personajes hiperviolentos, no era el momento adecuado para esta historia de regusto clásico y tono familiar. Además, Davis tuvo desavenencias con Marvel (que le hizo una serie de promesas en cuanto a publicidad y calidad de materiales, papel e impresión que no cumplió) que provocó que abandonara finalmente el título en el número 8, con la mayoría de las tramas cerradas.
Marvel continuaría la colección con otros autores pero ya muy alejados de la calidad y el nivel de Alan Davis (los números apócrifos) para cerrar finalmente en el numero 12.
Posteriormente Davis volvería a su creación para un crossover de dos números con los X-Men y para un corto relanzamiento «Clandestine: El Retorno». Finalmente, el título cerraría definitivamente con una serie de especiales que uniría al Clan Destine con alguno de los más importantes personajes del universo Marvel, todo ello incluido en este tomo Marvel Limited Edition que SD acaba de poner a la venta.
Una serie de superhéroes modélica que hará las delicias de los amantes de este género, con un dibujo magistral y un desarrollo de personajes y situaciones que retrotraen al lector a otra época, pero tan fresca que parece haberse creado hoy día.