Reseña de Cómic
Ring Circus
de David Chauvel, Cyril Pedrosa y Christophe Araldi
Joseph Alfe
Edición original francesa: Delcourt
Edición integral española: ECC Ediciones
Guión: David Chauvel
Dibujo y entintado: Cyril Pedrosa
Color: Christophe Araldi, Cyril Pedrosa
Cartoné, 208 págs. A color.
21,85 €
Dos jóvenes muchachos, buenos amigos pero con una personalidad distinta, dan un vuelco a sus vidas con la llegada a su ciudad de un circo, el Ring Circus. El más impulsivo y desarraigado de ellos, Jerold, ávido de libertad, aventuras y embriagado por un repentino amor decide irse con el circo justo cuando éste se marcha en dirección a la lejana Ruskovia…y claro, su amigo lo sigue.
A partir de aquí, y durante el ininterrumpido trayecto hacia Ruskovia, sucederán un montón de cosas, de pequeños sucesos, que dotarán de singulares vivencias los días de los protagonistas. En su ruta hay amor, desamor, misterio, secretos, humor, ternura, crímenes, lucha contra los elementos, pintoresca cotidianeidad dentro de lo que es la vida en un circo, y un sinfín más de elementos. Incluso lo mágico y sobrenatural tendrá cabida en su itinerario.
Cuando empecé a leer “Ring Circus”, obra que consta originalmente de cuatro álbumes, lo primero que me llamó la atención fue su dibujo y color. Por un lado tenía ante mí un dibujo que de alguna manera me recordaba a una producción Disney pero por otro con una firma y estilo muy personal. Luego supe que el autor de tan magnífico apartado gráfico, Cyril Pedrosa, había trabajado para Disney.
Conforme avanzaba el primer álbum, al tiempo que me maravillaba de lo que veía, también iba calando en mí el interés por lo que leía y por lo que sucedía. No fue un amor completo a primera leída, pero llegué al segundo álbum y ya estaba completamente fascinado por el canto de sirena de esta serie. Lo visual cada vez iba incluso a más y la historia, bastante bien escrita, me tenía atrapado en su desarrollo y riqueza. Junto con todos esos elementos iba creciendo una expectación muy bien construida, de a dónde conducirían los acontecimientos y cómo se resolverían ciertos misterios. Y en esa fantástica experiencia llegué al cuarto y último álbum.
La primera decepción del cuarto álbum fue ver que el magnífico, artesanal y climático color de Pedrosa, había sido sustituido por uno infográfico que, sin ser malo, a mi juicio perdía respecto a su predecesor. Incluso el entintado parecía perder solidez y definición tras su pase por el ordenador, quedando en algunas páginas una reproducción peor. Sin embargo, la historia seguía con interés página tras página, pero se iba creando en mí una sensación de inquietud porque las páginas se agotaban y no veía yo cómo iban a resolver todo tan rápidamente…y entonces llegó la siguiente decepción que fue el final. Final, que según he podido ver por la red, desconcertó en general al personal y parece que no para bien.
“Ring Circus” ofrece una lectura que te encandila poco a poco y te transporta con fuerza a una historia, en un mundo henchido de maravilla y en muchos sentidos, pero por contra te da un final que te deja frío, por no decir desangelado. La primera impresión es la de: ¿Ya está ?
Te quedas como diciendo, bueno a ver cómo rematan en el siguiente álbum, para recordar al momento que no hay ni habrá siguiente álbum, que el final y desenlace a todo es ese que acabas de leer. Es entonces cuando uno ya no sabe qué pensar. Incluso se te pasa por la cabeza que los autores con poco margen y no sé porqué razón dijeran: ¡Venga va, acabamos!
De hecho, el narrador del tebeo llega a decir literalmente: “voy a dar por finalizado este relato, cansado como estoy de tanto escribir”. La verdad es que luego uno revisa, reflexiona sobre lo leído, y se le vienen a la cabeza interpretaciones y sentidos, justificaciones o intenciones del relato, pero aún así no logra uno desprenderse de ese cúmulo incómodo de sensaciones de estar en un final al que le faltan cosas, fallido, no bien cerrado, precipitado, donde podemos intuir muchas cosas pero no todo está bien explicado y, sobre todo, donde la ambigüedad se cierne de forma soberana.
Hay mucha ambigüedad. Y sí, quizás esa fuera la pretensión de sus autores pero la sensación de coitus interruptus es notable. Pero bueno, tampoco voy a extenderme no sea que en mi tentativa de análisis suelte algún spoiler indeseable para los que lo lean por vez primera.
¿Merece a tenor de lo dicho subirse a la caravana del Ring Circus ? Para mí sí. Aún con el desconcierto del final, la travesía es estupenda. El dibujo de Pedrosa, junto con su color, son asombrosos. Recrea una realidad de una plasticidad y belleza embriagadora. Su talento para la expresividad y el movimiento no requieren ni una distribución de viñetas creativa, le basta con lo que sucede dentro del marco. Su dibujo es fino, elegante, suelto, pero al mismo tiempo plagado de mil detalles…es tantas cosas que podría estar rato escribiendo sobre él aunque no hay nada mejor que verlo por uno mismo, teniendo en cuenta que las fotos no le hacen entera justicia. Esto hay que verlo en papel.
El guión por su parte, sin ser explosivo, va sembrando con acierto y poco a poco te va ganando, va cogiendo tono, vigor y riqueza, aunque al final, a mi parecer, desfallezca. Me ha gustado mucho su juego de realidad histórica y fantasía, el cómo se sirve de sucesos reales y se inspira en algunos personajes históricos, que sobre sí dieron pie a toda una leyenda fantástica y que, aunque no sean directamente mencionados, son reconocibles.
Por último, mencionar que la edición que tengo yo es la de los cuatro álbumes de Norma, en rústica y a tamaño europeo pero que está descatalogada. Posteriormente, en el año 2017, la editorial ECC la ha editado en un sólo volumen integral, de poco más de 200 páginas, cuyo problema es que tiene un formato de página más reducido.
Si al lector le interesa esta obra, siempre puede darle un vistazo a la edición disponible de ECC y valorar si es de su agrado o si, por otro lado, prefiere buscar la de Norma.