Reseña de cómic
La Bomba
de Alcante, Bollée y Rodier
Ivan García
Edición original: La Bombe (Éditions Glénat, Marzo 2020)
Edición española: Norma Editorial
Guion: Alcante (Didier Swysen) y Laurent-Frédéric Bollée
Dibujo: Denis Rodier
Tapa dura: 472 páginas. B/N.
ISBN: 978-84-679-4546-1
39,95 €
Un trágico acontecimiento histórico puso fin a la Segunda Guerra Mundial e hizo que la humanidad entrase en una nueva era. Por desgracia, una era que iniciaba una carrera armamentística nuclear. Desde ese día el hombre puede activar el botón rojo de la autodestrucción.
La Bomba, un cómic francés editado por Norma Editorial en cartoné, tamaño europeo y con un buen papel en blanco y negro. Una edición de gran calidad y tamaño, ya que una vez en vuestras manos sorprende la gran cantidad de páginas que componen la obra.
El 6 de agosto de 1945 a las 08:15 horas, la ciudad de Hiroshima fue bombardeada por el avión B-29 estadounidense Enola Gay. Su carga, Little Boy, una bomba de 4 toneladas, explotó a 530 metros sobre la ciudad japonesa y mató a más de 70.000 personas mientras destruía la ciudad. Tres días después, Fatman, transportado por otro avión B-29, el Bockscar , sumaba a esta triste cifra 35.000 habitantes de la ciudad de Nagasaki. El mundo cambió para siempre. Pero, ¿Cómo llegó aquí la humanidad?
Y la respuesta a esa pregunta, es lo que nos relata esta obra. A lo largo de sus casi 500 páginas en blanco y negro repasa cronológicamente, ciñéndose a la realidad histórica y científica, los hechos que culminaron con el lanzamiento de la Little Boy.
Como si de un documental se tratase, iniciaremos la historia con una voz en off que nos acompañará durante toda la historia. Y esta voz será nada menos que el uranio, este recurso narrativo es una de las pocas licencias de ficción que se permiten los autores.
Y bajo su mirada implacable, se sucederán algunas de las figuras más relevantes de la historia del siglo XX: científicos de la talla de Leó Szilárd, Robert Oppenheimer, Enrico Fermi, Werner Heisenberg o Albert Einstein; políticos como Franklin Delano Roosevelt, Winston Churchill, Adolf Hitler, Stalin o Harry S. Truman o militares como Leslie Groves, Dwight D. Eisenhower, Douglas MacArthur o Charles McVay.
Todas ellos jugaron, en mayor o menor medida, un papel significativo en uno de los acontecimientos más importantes y sobrecogedores de nuestra historia. Sin olvidar a los soldados que participaron en la Segunda Guerra Mundial, a las víctimas del mortífero artefacto representadas por los habitantes de la ciudad de Hiroshima, ni a los trabajadores anónimos, los prisioneros y esclavos de la guerra que con su sufrimiento y, en ocasiones con su vida, padecieron las consecuencias de la guerra y la expansión del arsenal nuclear.
Para enlazar estos grandes nombres y desarrollar la trama, los guionistas han elegido tres hilos narrativos. El primero conducido por Leó Szilárd, físico húngaro-estadounidense precursor de la reacción en cadena e iniciador de la creación de un arma nuclear, que posteriormente se convirtió en el primer opositor a su uso durante el conflicto militar. El general Leslie R. Groves, alto mando militar a cargo del Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica. Y finalmente una familia japonesa, los Morimoto, que se verán muy involucrados en esta guerra.
A lo largo de la obra veremos los distintos puntos de vista y las reacciones de las diferentes facciones que tomaron parte del desarrollo de la Bomba H. Científicos, ingenieros, militares y políticos, deberán tomar terribles decisiones que conllevarán al horror que se descubrió después.
El inmenso trabajo de documentación histórica y el gran esfuerzo por divulgar su cara científica de forma amena, así como la disposición de hechos desconocidos para el gran público, hacen que este cómic sea accesible y fascinante. Anécdotas, operaciones secretas y encuentros oficiales, el material es denso, pero todo está perfectamente enlazado y la inmersión lectora es efectiva desde sus primeras páginas.
Durante las etapas del conflicto, a medida que avanza la historia y aunque el desenlace es un recuerdo mundial imborrable, el lector se apega a sus personajes, los odia, los compadece, vibra con ellos, se preocupa por su futuro, se enfurece por su decisión o los comprende.
Evitando la trampa del panfleto doctrinal, el trío de autores pinta un fresco histórico y humano que te mantiene en vilo desde el prólogo hasta el epílogo, pero no dudan en denunciar de manera clara las continuas violaciones de los derechos humanos que este proyecto acarreó.
Los decorados de Denis Rodier, así como su diseño, dan en el blanco en cada secuencia. El dibujante ofrece composiciones ambiciosas e inventivas para enfatizar la importancia de algunos momentos: una explosión, los monólogos de Uranio o juegos de primeros planos durante los silencios para acentuar la fuerza del momento.
Rodier logra un dibujo solido y eficaz de gran calidad, jugando con las sombras en un blanco y negro impecable. La decisión de la ausencia del color puede dar la sensación de un dibujo discreto, pero creo que es absolutamente acertada ya que refuerza el aspecto documental de la obra.
La Bomba no es una historia sencilla y afable. Retrata uno de los momentos más salvajes e inhumanos de nuestra historia. Una situación a la que no se llegó por un arrebato de ira momentáneo, sino a través de las decisiones de múltiples personas a lo largo de varios años. Sin embargo, también plantea la cuestión moral de la utilidad del uso de esta horrible arma.
Años después de acontecimientos como en el que se basa este cómic, se suele decir que es una historia que no deberíamos olvidar e intentar que no se repita nunca más. Sin embargo, hay una parte de la humanidad que se encapricha en intentar repetir los momentos más oscuros de nuestra historia.
Una obra altamente recomendable.