Reseña de Cómic
Highest House
de Mike Carey y Peter Gross
David Haldon
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Edición original: Glenat/IDW
Edición Española: Planeta Comic
Guion: Mike Carey
Dibujo: Peter Gross
Cartoné. Color. 200 páginas.
Precio: 18.95€
El mercado español del cómic es hoy día más rico y diverso de lo que ha sido nunca. En nuestras librerías pueden encontrarse cómics de prácticamente cualquier género y nacionalidad, publicados por una miríada de editoriales que parecen crecer como setas y que han multiplicado la oferta de forma exponencial.
Pero a pesar de ello, dicho mercado sigue dominado por los superhéroes y el manga, repartiéndose la atención de los aficionados y el espacio expositivo en las tiendas de forma que el resto de novedades suelen pasar muy desapercibidas a no ser que venga respaldados por un nombre de peso como un Moore o un Gaiman.
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Eso hace que pasen desapercibidas maravillas como esta «Highest House», un título desconocido de unos autores, Mike Carey y Peter Gross, con una buena reputación pero lejos del brillo de autores como los anteriormente nombrados y que, sin embargo, han creado una obra redonda tanto en guión como en dibujo, que se convierte por derecho propio en una de las mejores series publicadas este año en nuestro país.
«The Highest House» nace de la mente de Mike Carey, miembro (aunque tardío) del desembarco británico que revolucionó el mercado americano de comic, autor de innumerables series, algunas tan conocidas como Lucifer o Unwritten dibujadas por su compañero Peter Gross, autor también de esta obra y donde hace quizás su mejor trabajo.
Aunque el título y los autores pueden llevar a pensar que es cómic americano, lo cierto es que fue publicado originalmente para el mercado francés, concretamente por IDW, siendo reeditada posteriormente en Estados Unidos en un formato más grande del habitual cómic book, cercano al tamaño del álbum francés.
Tamaño que, por cierto, hemos perdido en la edición española de Planeta, que tiene el estándar de cómic, lo que va en detrimento de la obra ya que fue diseñada para páginas más grandes y las viñetas quedan pequeñas, transmitiendo sensación de agobio.
La obra ha cosechado críticas positivas casi unánimes, aunque unas discretas ventas que hicieron que los autores pausaran la serie después de su primer arco, aceptando la oferta de Joe Hill para trabajar una de las series que estaba desarrollando en el sello «Hillhouse» para DC ( «La Casa De Muñecas» también publicada en España).
«The Highest House» tiene lugar en un entorno medieval que destaca por lo bien que está construido, un world building prácticamente perfecto que sirve de escenario para contarnos la historia de Moth, un niño que es hijo de unos campesinos muy pobres y que es vendido por su propia madre para poder alimentar al resto de sus hermanos.
Un niño aparentemente normal pero que el Maestre de una de las Casas Nobles que dominan este mundo feudal elige por razones que conoceremos más adelante. Y es ahí donde comienza realmente la historia.
A través de los ojos de Moth conoceremos este mundo, su historia, su geografía, su estructura política, sus facciones, su religión etc. Un ejercicio narrativo impecable que hace que el lector descubra este universo y sus personajes a través de los ojos de este niño que, mediante su experiencia, va ganando conocimiento y, con el tiempo, sabiduría.
Nuestro pequeño héroe se ve envuelto en los enredos políticos de sus amos (la familia feudal más destacada) los problemas cotidianos de los esclavos (en la mejor tradición de Downtown Abbey) y se relaciona con un poder dormido que despierta una vez llegando a la Casa, llegando a convertirse en mucho más de lo que estaba destinado por nacimiento.
Todo ello esta narrado a través de los lápices prodigiosos de Gross, en esta ocasión realzados por el colorista francés Fabien Alquier, dando como resultado unas páginas absolutamente espectaculares, con un trazo limpio y detallado que probablemente este entre lo mejor de su carrera.
Al guión Carey iguala la calidad de su «Lucifer». No sólo en la superposición de tramas que se van desarrollando de forma orgánica y natural sino en la creación de secundarios tridimensionales y creíbles, desde la princesa heredera, un simple instrumento político para sus padres pero con secretos propios que pueden echar por tierra una muy trabajada alianza matrimonial, a los criados, en su pequeño universo de cocinas, establos y tejados, con una jerarquía tan rígida y estructurada como la de sus amos, el Maestre misterioso, con mucho más poder del que podría suponerse en un principio, etc.
Nos encontramos también con una extraña entidad misteriosa, que anida en el corazón de la casa y que va descubriéndose conforme avanza la trama, dando un toque sobrenatural que no desvirtúa sino que da otra capa de interés a la historia principal, que no es otra que el proceso de crecimiento y conocimiento de nuestro protagonista, mientras se tocan temas que van desde lo filosófico a lo religioso, pasando por el orden social, las obligaciones familiares, la esclavitud, el poder o la felicidad.
Todo ello tratado y desarrollado de forma exquisita, sorprendiendo el hecho que el autor haya sido capaz de hacerlo en tan sólo 200 páginas.
En conjunto, un cómic redondo tanto el guion como de dibujo, al que no se le puede poner un pero salvo quizá que sus autores no decidieron continuarlo. Y es que aunque este tomo puede leerse como autoconclusivo y cierra la mayoría de las tramas planteadas, queda truncada la futura evolución del personaje, que debería haberse visto en sagas sucesivas que nunca llegaron, pero eso no impide disfrutarlo como lo que es, uno de las mejores comics que han llegado a nuestro mercado los últimos años.