Reseña de Cómic
Don Vega
de Pierre Alary
Jesús Mateos
Editorial española: Nuevo Nueve
Guión y dibujo: Pierre Alary
Cartoné. Color. 96 páginas. 20 €
ISBN: 978-84-17989-73-6
Don Vega es un grandísimo tebeo que nos traslada a la California de la primera mitad del siglo XIX. Una tierra convulsa en plena fiebre del oro. Llena de oportunidades para las élites y llena de miseria para el resto.
En un momento histórico en el que en pocos años los californianos pasaron de ser españoles, a ser mejicanos, a ser californianos y por último, a ser estadounidenses. Os podéis imaginar el caos que esto supuso para la gente de a pie.
El tebeo nos pone en medio de un conflicto por las tierras entre un gran y poderoso terrateniente que imparte su propia ley ante la ausencia real de un estado y los pequeños propietarios que las van perdiendo entre amenazas y miedo.
En esta situación concreta se encuentra nuestro protagonista, un hijo pródigo llegado de España: Don Vega, que ha visto cómo el legado de sus padres le era arrebatado por el viejo general Gómez durante su ausencia.
¿A quién recurren cuando no hay fuerzas policiales, cuando la fe parece no ser suficiente? Pues desde el barro y la tierra, desde las minas y los campos se susurra un nombre… ¡El Zorro!
Sin duda, lo mejor de este tebeo es la forma en la que se trata al personaje del Zorro. Y es que desde la concepción del nombre de la obra (¿por qué llamar a la obra Don Vega en lugar de el Zorro?), parece que el Zorro brille por su ausencia. Pero nada más lejos de la realidad.
El Zorro toma un papel como si de un fantasma o leyenda de terror se tratase. El relato no es de horror en absoluto pero podríamos entender que su autor —Pierre Alary— toma ciertas licencias del género (invocaciones susurradas, un cariz religioso, el temor de las leyendas urbanas, etc.). Parece que el Zorro no es más que una invocación por parte de una congregación de fieles y cuando aparece el Zorro, corre la sangre.
Al Zorro no se le ve venir, ni siquiera está presente en toda la obra, ya que se toma su tiempo para hacer acto de presencia, pero sus actuaciones son memorables para todos los que reciben su justicia. El Zorro no se aprecia como un galán al que todos ven en medio de la plaza a la luz del mediodía, sino que actúa en la oscuridad, sigiloso y atacando donde más duele.
Hay momentos en la obra que me han parecido memorables como los descritos en la mina de oro donde se puede apreciar esa idea de que el Zorro no es una persona sino que es «el pueblo» mismo que se rebela contra la tiranía.
Los secundarios no son los más memorables, esto es cierto. Tenemos que tener en cuenta que aquí ni siquiera el Zorro es el verdadero protagonista, sino el pueblo llano: otro de los aciertos de Alary.
Mención aparte —quizá— es el señor Borrow que, siendo la mano derecha del señor Gómez, es quien se mancha y ejecuta la voluntad de su amo de forma violenta y hasta con cierto placer. Además, es Borrow quien guarda más relación con nuestro protagonista que el resto de secundarios, al menos debido a los mano a mano de sus duelos con sables.
A diferencia de lo que esperaríamos ver en California, es decir, desiertos, alta luminosidad, zonas amplias, Alary nos plantea una historia que se fragua en la noche, en la lluvia, en el barro y en la mina, en callejones oscuros y en habitaciones secretas. Aprovecha el entorno para darle una pátina de novedad al relato del héroe enmascarado lo cual es de agradecer.
Las composiciones de página siguen cánones establecidos con unas cinco o seis viñetas por página, que aumentan o disminuyen según sea necesario: más en las escenas de acción y menos en los momentos efectistas, en los que incluso llega a recurrir a algunas «splash pages» muy potentes.
El dibujo está marcado por una doble tonalidad amarilla y ocre para el día; y azul y gris para la noche, con sólo algunas tonalidades poco saturadas de otros colores de una paleta mínima. No lo menciono como algo que haga con que la obra pierda fuerza. «Au contraire». Gracias al uso del color tan concreto, Alary consigue potenciar mucho más su narrativa, creando una dualidad de conceptos presente en toda la obra.
La edición de Nuevo Nueve es más que satisfactoria. Sencilla, sobria, papel con un buen gramaje no satinado que beneficia al dibujo y un trabajo excepcional en la traducción, respetando voces y palabras más propias de América que de España. Punto para el traductor.
Don Vega es un tebeo francamente recomendable para todos los que deseéis una buena dosis de misterio, aventura, acción y drama novohispano. Su precio ajustado y la cantidad de elementos novedosos a la hora de tratar un mito que «ya conocemos» hacen que su compra aporte a tu biblioteca un notable añadido.