Reseña de Cómic
Noche negra en Brest
de Damien Cuvillier, Bertrand Galic & Kris
Jesús Mateos
Editorial original: Futuropolis
Contenido original: Nuit noire sur Brest basado en el libro Nuit franquiste sur Brest
Editorial española: cARTEm Comics
Guion: Bertrand Galic y Christophe Goret (Kris)
Dibujo: Damien Cuvillier
Cartoné. Color. 80 páginas.
ISBN: 978-84-124933-2-0
22 €
Hoy desde Comicverso os traemos un tebeo de esos que cuando terminas de leerlo te quedas con ganas de más. Como esas películas históricas que te fascinan tanto y te dejan con tantas inquietudes que buscas información sobre aquella época o tal o cuál personaje en cuanto sales de la sala.
Y esto nos trae cARTEm: una historia verídica de espías y llena de tensión. Y, además, por si te quedan dudas, puedes aprender mucho gracias a sus numerosos extras. Extras que considero indispensables en esta ocasión.
Noche negra en Brest pone encima de la mesa una historia enmarcada durante la Guerra Civil española (1936-1939) pero fuera de nuestras fronteras. Concretamente en la Bretaña francesa, al norte de Santander, en un importante puerto marítimo internacional: Brest. Puerto donde para una cantidad ingente de facciones políticas (y sus brazos armados), cada cual con su propia agenda explosiva.

Cuando se dice que la Guerra Civil española fue la preparación para la Segunda Guerra Mundial es algo totalmente cierto: todas las tácticas, tecnología e inteligencia militar que vimos desde del 39 al 45 se probaron antes en la Guerra Civil. El C-2, el submarino republicano, buscaba asilo formal y reparaciones en las instituciones gubernamentales francesas, aunque éstas no podían intervenir en una guerra en la que oficialmente «no estaban involucrados». Aquí comienza la historia…
Lo que no saben los marinos del C-2 es que el bando franquista tiene aliados en la propia Francia que quieren apoderarse de dicho submarino, ya que el bando franquista cuenta con muy pocas de naves de este tipo.
Pero lo que no saben los franquistas es que grupos anarquistas y comunistas de origen francés y de exiliados españoles quieren apoyar a sus camaradas para que el C-2 vuelva a la batalla y ayude a dar un vuelco a la guerra.

A todo esto, el conglomerado de marinos españoles no es tampoco un bloque cerrado. Hay diferencias de opinión entre su comandante: José Luis Ferrando hasta el último mozo. Cada facción cuenta con sus propios intereses: unos más individuales y otros más colectivos. Y todos pueden ser a su vez sobornados, lo que enrevesa el plan de los implicados.
Y como en toda historia que se precie de este ámbito, están los espías. Estos son los que hacen que la trama se aderece con tensión palpable en los lugares propios del género noire: callejones oscuros, sofocados pubs o incluso a plena luz del día a la vista de todos para intentar no levantar sospechas.
No en vano toda la historia la vamos a ver desde los ojos de uno de estos espías. Un hombre de aquí y allá que pasa inadvertido hasta para el lector más centrado. No me di cuenta hasta la segunda lectura que está presente en todo momento. No lo pierdan de vista.
Dicho lo cual, el principal problema de la obra es que, al haber tantas facciones y tantos personajes que conforman cada comando, cuesta en sólo 80 páginas quedarse con los nombres y caras de todos ellos. ¡Ojo! y eso que Cuvillier los hace a todos diferentes.
Intuyo que en el libro original, de donde proviene esta adaptación, este problema no debería existir al contar con más textos y espacio para remarcar cada uno de los personajes y sus acciones. He de admitir que me he perdido varias veces en la primera lectura y he tenido que echar mano de los extras para enterarme de los detalles. En este sentido, recomiendo encarecidamente una lectura pausada o incluso doble.
A mi juicio, es un tebeo que gana mucho con su segunda lectura. Además, al leerlo de nuevo puedes volver a tomarte tu tiempo en disfrutar de las maravillosas planchas y colores que ofrecen las plumas de Damien Cuvillier, autor joven al que debemos seguir de cerca, pues su magistral trazo da vida a las viñetas. Y hay mucha vida y muchos personajes en esta historia.
La mezcla de tintas y colores de acuarelas aportan el toque añejo. Y con esos colores claros, poco saturados dan semejanza a las primeras emisiones antiguas a color o a una foto antigua. Si embargo, cuando pasa a colores más intensos: rojos, amarillos y ocres; más saturados; Cuvillier nos pone alerta y podemos ver la acción, la violencia, la presión palpable y los sentimientos desenfrenados: algo va a pasar.
En definitiva, Noche negra en Brest nos trae una historia de la Historia, no conocida por el gran público y muy interesante para ver los entresijos de la Guerra Civil y la actuación de comandos y espías desde una perspectiva muy realista. Léela con atención para no perderte los detalles y disfruta del color y las tintas de un fantástico álbum. El único pero es que quizá podría haber sido un poquito más largo: especialmente para contar el final de algunos personajes.