Reseña de Cómics
The Last God
de Phillip Kennedy Johnson y Riccardo Federici
Título original: The Last God (2019 series)
Editorial USA: DC Comics / Black Label
Formato comicbook americano
4.99 $ / 32 páginas
A menudo, como sociedad, convivimos con toda suerte de mitos y leyendas que nos inspiran y nos guían desde el pasado. Historias de héroes cuyas hazañas delimitan nuestra percepción de la realidad llegando, en algunos casos, a vertebrar la construcción —o reconstrucción— de naciones enteras a nivel anímico.
A menudo, ya sea por el paso del tiempo o por la determinación de un individuo o de un grupo de ellos, estos mitos son exagerados como un medio para conseguir unos fines.
Si existe un género ficticio donde los mitos y leyendas se presentan como pilares fundamentales sobre los cuales asentar una historia, ese es el género de la Fantasía Mágica. Un género que, desde fuera, parece circunscribirse a unos cuantos clichés para aquellos que sólo conocemos algo de la obra de Tolkien o que hemos seguido Game of Thrones en HBO.
The Last God, editado por el sello DC Comics / Black Label, nos deja claro que, lejos de ser un género agotado o limitado a matar monstruos o dragones, en Fantasía Mágica se pueden contar historias entretenidas con un fondo más profundo.
Lejos de quedarse en otra obra más del género, The Last God nos enseña que algunos de los ídolos sobre los cuales se construyen nuestras sociedades pueden tener, a menudo, los pies de barro. Y de cómo el aparente compañerismo entre héroes, puede esconder una realidad con importantes dosis de racismo y luchas raciales, mentiras, sexismo o mismo, hipocresía.
Apoyándose en la vieja fórmula de congregar a una serie de diferentes personajes alrededor de un enfrentamiento máximo, normalmente, una amenaza prácticamente invencible, en The Last God, Phillip Kennedy Johnson nos irá presentando una historia donde no solamente se nos contará las leyendas y los mitos del mundo llamado Cain Annun, sino la historia de cómo sus héroes se transformaron en parte de ese ideario mítico y de cómo tales leyendas han nutrido y definido al mundo en el que apenas acabamos de adentrarnos.
Y aquí, es donde Black Label de DC Comics intenta aportar esa dosis de madurez que, a priori, tiene como premisa para sus series.

Otro aspecto importante en este género es la creación de un mundo totalmente aparte del nuestro, especialmente adaptado a las exigencias del guion. Y es justo aquí, donde incluso el más desavisado lector, notará la enorme influencia de Dragones y Mazmorras.
De hecho, lejos de ocultarlo, DC Comics / Black Label sacó al mercado un número especial llamado The Last God, Tales from The Book of Ages, una propuesta completamente preparada y adaptada para permitir vivir la experiencia de The Last God en el mundo de Dungeons & Dragons.

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EQUIPO CREATIVO
Se puede apreciar como, en la ideación de Cain Annun, el equipo creativo ha hecho un concienzudo trabajo. Tanto a nivel conceptual como a nivel gráfico y visual.
Como es habitual en este tipo de sagas, al final de cada comicbook, encontraremos material extra que nos introduce aún más en su universo particular. Desde un mapa del mundo en el que se desarrollan los hechos narrados a historias sobre sus pueblos y personajes o, incluso, canciones populares creadas alrededor de las hazañas de sus héroes míticos, algo que seguro se debe al interés del autor por el mundo de la música.
Phillip Kennedy Johnson es un escritor nominado a los premios Eisner. Entre sus obras más conocidas encontramos, además de The Last God, a Last Sons of America, Warlords of Appalachia o Smoketown. Su trabajo en la presente obra es muy ágil, consiguiendo conducir en paralelo las narrativas del tiempo presente en el que actúan nuestros héroes con los recuerdos del pasado de los supervivientes del primer grupo.
El apartado gráfico merece capítulo a parte. El arte de Riccardo Federici (Aquaman, Dark Nights: Metal) es simplemente superlativo. Posee todo lo que un lector espera encontrar en una obra de este género y más. Su trazo es preciso, fuerte y expresivo y la puesta en escena de personajes, enemigos, monstruos y demás elementos es intachable.
Completan el equipo creativo los coloristas Sunny Gho —que ya trabajara con Federici en Aquaman—, además de Arif Prianto y Allen Passalaqua. Jared Blando se encarga de la cartografía, Tom Napolitano es el rotulista, Steve Wands cuida del diseñador gráfico de la obra y Kai Carpenter firma portadas realmente apetecibles.
LA HISTORIA
The Last God nos cuenta la historia de un grupo de héroes que, hace treinta años, derrotó al último dios, Mol Uhtep, hijo del Abismo y a la Plaga de Flores, un poder que mataba todo a su paso, transformando a cada criatura que tocaba en monstruos vegetales sedientos de sangre. Cada uno de esos héroes vencedores fue, finalmente, aclamado por su propia gente y elevados a la condición de líderes de sus respectivos pueblos y naciones.
En sus primeras páginas nos encontramos con el recuerdo de la mítica victoria para, a continuación situarnos en la ciudad Tyrgolad, la capital, gobernada por el rey Tyr y la Reina Cyanthe. Estamos en plena celebración de los treintas años de su victoria contra las fuerzas del Mal.
Pero, justo en medio de las celebraciones, un hecho hace que los reyes Tyr y Cyanthe tiemblen por dentro. Acaban de reconocer en el esclavo/gladiador Eyvindr, la manifestación de una profecía que prometía acabar con su reinado. Por unos instantes intentan negar lo que acaban de percibir. Por unos instante, intentan convencerse de lo contrario, pero es demasiado tarde. Tienen al enemigo encima, y este no se hace esperar: delante de sus ojos, la Plaga de Flores regresa de la nada, arrasándolo todo, para espanto de la muchedumbre.
“¿Cómo es posible? ¿Acaso el último dios no había sido derrotado?”, se preguntan todos. En cuestión de minutos, Tyrgolad cae y la leyenda de la muerte del Último Dios se revela como una farsa.
Desde este escenario, una nueva aventura recomienza. Encabezados por la Reina Cyanthe y el esclavo Eyvindr, una nueva generación de héroes se encamina hacia la legendaria Escalera Negra, al borde del mundo, esperando poder someter, una vez más, a Mol Uhtep y a su plaga. Esta vez, de forma definitiva.
A medida que nuestros héroes avanzan en su camino, viejos recuerdos vendrán a la mente de la reina. Y es a través de esos recuerdos y de una narración paralela, separada por treinta años, cómo el autor nos irá desvelando las verdades y mentiras sobre la primera epopeya, sobre las verdaderas relaciones entre dichos héroes, su potencial individual, tanto para el Bien, como para el Mal y, sobre todo, sus limitaciones, errores y defectos.
Tendremos tiempo también para un particular mito de la Creación de este mundo, una suerte de descanso místico filosófico, bastante bien hecho por cierto, con muchas referencias a mitos de diversas partes de nuestro planeta.
Pero, sobre todo, veremos mitos creados sobre medias verdades, reyes que no estaban a la altura de su pueblo, leyendas agrandadas y mucha propaganda. A razas enteras esclavizadas para mantener el estilo de vida de los vencedores y a especies borradas de la faz de la tierra para satisfacer la maldad interior de algunos antiguos aliados, como tributo a la paz que hasta no hace mucho reinaba en Cain Anuun.
Un juego de poder y mentiras para “el bien del público” contado en clave de Fantasía Mágica en el que las mentes y los corazones de la masa son el verdadero campo de batalla mágico y donde la mentira, la manipulación y la propaganda se revelan mucho más poderosos que los rayos que puedan salir de una varita, supuestamente, mágica.
Veremos que el verdadero poder no está en los objetos y en los hechos en sí, sino en la cantidad de personas que podemos convencer de que dichos elementos poseen algún tipo de poder.
Una obra muy atractiva visualmente, con un Federici muy talentoso y un equipo creativo capaz de traer a la manifestación las ideas de Johnson de manera espectacular. Sin embargo, lo atractivo de la obra reside —si cabe— en una lectura bajo sus capas superficiales, recordándonos una antigua afirmación de Eliphas Levi:
—¿Qué es la Magia si no el arte de servirse de las fuerzas ocultas?
A la cual podemos sumar: ¿Y qué puede haber de más oculto, sino nuestros pensamientos y emociones más íntimos?
Joder, que ganas de que llegue a España!! Tiene todos los ingredientes para que me encante. Sólo espero que mantengan al dibujante a lo largo de la serie. Odio cuando cambian de dibujante, bajan el nivel y sin querer te sacan un poco de la historia. Gracias por la reseña.
Gracias a ti por leernos!
Si, el dibujante se mantiene. Es una obra redonda.