Reseña de Cómic
Spider-Man Noir

Guión: David Hine y Fabrice Sapolsky
Dibujo: Carmine Di Giandomenico
Edición original: Marvel
Edición española: Panini Comics/Salvat

El Universo Marvel es un conjunto de miniseries —seis para ser concretos— que se publicaron en el año 2010. Eran unas series que presentaban a los personajes clásicos Marvel (X-men, Ironman, Lobezno o Spiderman) en un entorno típico de serie negra a principios del siglo XX, con todas las características de paisaje, localización, tecnología, y cambios sociales que eso implicaba.

La miniserie de Spiderman Noir fue de las más exitosas, guionizada conjuntamente por David Hine y Fabrice Sapolsky y dibujada por Carmine Di Giandomenico y fue tan popular que motivó la creación de una segunda miniserie y la inclusión del personaje en videojuegos y otras sagas del arácnido. La inclusión de las dos historias que conforman el título en un tomo del coleccionable de Salvat supuso la oportunidad de redescubrir esta obra, de la que ahora hacemos reseña.

Lo primero que hay que dejar claro es que esto no es una obra maestra. No es una serie imprescindible, ni algo que cambiará la vida de nadie al leerla, pero es una historia muy sólida, muy bien escrita y dibujada, y qué consigue introducir perfectamente a Spiderman y secundarios (Jameson, Osborne, Los Forzadores, Doctor Octopus) en el entorno de la Gran Depresión, adaptándolos a unos roles que encajan perfectamente en esa época sin perder por ello su esencia o sus características principales.

Es algo que parece sencillo pero no lo es en absoluto; la mayoría de las veces cuando se hacen estos experimentos los autores se limitan a contar una simple historia del personaje de turno cambiándoles los trajes. Pero este no es el caso. Aquí vemos cómo el sentido de la justicia de Tía May la convierte en una sindicalista que lucha por los derechos de los trabajadores explotados, como Osborn es un jefe mafioso que extiende sus tentáculos por todos los negocios ilegales que nacieron a raíz de la Ley Seca, como La Gata Negra encuentra su lugar cómo prostituta de alto standing o el Doctor Octopus es un científico supremacista con conexiones con él gobierno nazi.

A pesar de esos cambios, o mejor dicho de esa adaptación al entorno, todos los personajes son perfectamente reconocibles y ninguno actúa fuera de personaje. Como he dicho, un gran mérito por parte de los guionistas.

El tomo se divide en dos historias, la primera de ellas es más convencional y nos cuenta la historia de origen de este Spiderman, parecida a la original pero adaptada a la época, introduciendo todos los elementos característicos de esta. La segunda, más interesante, muestra una historia totalmente original centrada en Octopus y las ideologías supremacistas de la época —en los años 30 en América, Hitler y sus ideas fueron muy admirados, no sólo en Europa— y en ambas historias se citan multitud de hechos, personajes y de situaciones reales de la época, (alguna muy sorprendente) que indica que los guionistas han hecho los deberes y que contribuye a darle mucho peso a la historia.

Sí algo hay que destacar es la atmósfera que son capaces de imprimir los escritores a estas historias; la pobreza, la miseria y la desesperación qué impregnaban esos años de la Gran Depresión, con millones de personas desempleadas y convertidas en vagabundos que luchaban día a día por poder comer. Y es que por debajo de la historia superheroica hay una gran crítica social, y una representación de la violencia —explícita—, que pocas veces se ve en un cómic Marvel.

El dibujo es bueno, muy bueno. Giandomenico no es el dibujante de superhéroes estándar, sobre todo en los rostros. Los personajes tienen cierto toque feista (sin llegar a los niveles de Pitarra) pero con una capacidad asombrosa de trabajo; cada página se puebla de multitud de viñetas (prácticamente no hay splash pages en todo el tomo) y cada viñeta está abarrotada de fondos, detalles, vestuario… sí a eso le añadimos un color (buenísimo) recargado y de tonos apagados, nos da un conjunto que puede resultar agobiante y pesado a primera vista, pero que una vez te introduces en la lectura, transmite perfectamente la atmósfera y las sensaciones que una historia enmarcada en esta época ha de transmitir; desazón, asfixia y sofoco.

En general, una lectura muy recomendable, especialmente para aquellos que sufrieron los últimos años de Slott en Spiderman y que ya no reconocían al personaje en su series mensuales, y a los que les gustan los superhéroes con un giro diferente.

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