Reseña de Cómic
Hulka: Empezar de Cero
de Rainbow Rowell y Rogê Antônio
Norman C
Editorial española: Panini
Editorial americana: Marvel Comics
Guion de Rainbow Rowell
Dibujo de Rogê Antônio y Luca Maresca
Contiene She-Hulk 1-5
Rústica. 120 páginas. Color
ISBN: 9788411013970
14 €
Coincidiendo con el final de la serie de Disney Plus, en Panini no han querido dejarnos sin nuestra dosis de Hulka y publican la nueva serie de la abogada verde más famosa del cómic.
Pero antes pongamos al personaje en contexto: el origen de Hulka fue realmente curioso, ya que Marvel decidió crearla temerosos de que la exitosa serie televisiva de Hulk diese el paso de presentar a una versión femenina del Goliat Esmeralda y no poder tener los derechos del personaje.
Así se nos presenta a Jen Walters, prima de un Bruce Banner que se ve obligado a hacerle una transfusión de su sangre para salvarle la vida, dando origen a la Salvaje Hulka.
El personaje gozó de su propia serie, que alcanzó la cifra de 25 entregas y donde ya se establecieron algunas diferencias con el Hulk original, como el hecho de que tuviese mayor inteligencia en su versión verde. John Byrne se alzaría como una figura importante de su trayectoria, primero haciendo que formase parte de sus 4 Fantásticos y después realizando su descacharrante nueva serie que estableció normas como la ruptura de la cuarta pared. Te hablamos de ella en profundidad aquí.
El nuevo siglo traería otra buena temporada para Hulka de la mano de un Dan Slott que siguió dotando a su serie de un aire divertido. Tras varias etapas como las de Peter David o Charles Soule, el personaje sufrió una importante transformación como consecuencia de los sucesos de la infausta Civil War 2, perdiendo el tono humorístico y mostrando a una Jen luchando contra el estrés post traumático en una etapa escrita por Mariko Tamaki que pasó sin pena ni gloria.
Por desgracia, Hulka acabó tocando fondo al perder su inteligencia y verse convertida en un Hulk genérico del montón que echaba por tierra todo la que la hacía especial como personaje. Pudimos verla así en la incalificable etapa de Jason Aaron en Vengadores. Afortunadamente, el estreno inminente de su serie para Disney Plus puso fin a semejante despropósito.
Y es justo aquí donde arranca el tomo que nos ocupa, con una Hulka que ha recuperado su inteligencia y su trabajo como abogada y comienza su nueva andadura en un bufete al tiempo que se instala en un piso, cortesía de La Avispa.
El primer número nos presenta todo este regreso a los orígenes de una forma amena aunque sin abusar tampoco del humor, y cierra con el inesperado regreso de un personaje que llevaba bastante tiempo fuera de juego. Trataremos de mantener su identidad en secreto en texto y viñetas adjuntas por si algún afortunado lector ha conseguido evitar los spoilers.
El resto del arco se centra en la relación que se establece entre Hulka y dicho personaje en su intento de volver a acostumbrarse al mundo que dejó atrás. Aunque hay pequeñas escaramuzas, la acción que se nos presenta es bastante anécdotica y tiene poco peso, lo que deberá ser tenido en cuenta por los que esperan un festival de tortas.
Por el cómic también desfilan varias caras famosas del Universo Marvel, que no dudan en pasar a saludar a Hulka o pedirle ayuda legal. También nos encontraremos con algún viejo conocido de etapas anteriores.
Sin embargo, a pesar de que la lectura es amena y tiene encanto, el desarrollo se antoja demasiado lento y peca de dar excesivas vueltas para lo que quieren contarnos.
Los autores
La encargada de tratar de devolver a Hulka al estatus que nunca debió abandonar es Rainbow Rowell, conocida escritora de novelas para jóvenes que debutó en Marvel trayendo de vuelta a los Runaways.
Al dibujo nos encontramos al brasileño Rôge Antônio, conocido por trabajos para Patrulla-X Roja o Conan y cuyo trazo limpio y elegante con una expresividad en los rostros que recuerda a Stuart Immonen sienta bastante bien a la serie. El cuarto número está realizado por el italiano Luca Maresca, cuyo estilo no desentona con el resto del arco.
En definitiva, nos encontramos ante un cómic con buenas intenciones y bien dibujado pero lastrado por la falta de ritmo y la sensación de que no pasa nada.